Alexandra Rossi
Con tremendo monumento, claro que había quedado asombrada.
Pero mi querida amiga se estaba encargando de bajarme de la nube de algodón, en la que el tipo de rulos me había dejado.
Daniel se sentó atrás mio, me sentia tan nerviosa, escuchaba que estaba hablando con sus amigos de lo bien que la habia pasado en sus vacaciones, y mencionó a una chica llamada "Gabriela" ala que el llamaba Gaby.
A lo mejor es su novia, crush, ligue.
Un monton de ideas llegaban a mi cabeza.—¡Alexandra! por el amor de dios, en que planeta estabas, por que no estabas aqui
-Ali comenta riendose.—Estaba pensando en ese chico, que entró tarde a clases —me removí incomoda—. ¿Cómo es que se llama?
—Él es una basura, ya te dije como es él ¿Y aun asi te interesa? Te entiendo que es demasiado atractivo y todo lo que quieras pero el no es buena persona para ti —dice un tanto molesta.
—¿Por qué dices eso? —pregunte confundida.
—No te conviene, y ni pienses que a mi me interesa por que sabes que mis intereses son otros —me dice algo enojada.
—Pero...
—Pero nada, tienes que evitar poner los ojos en él. ¿Me entiendes?
Decidí responder de inmediato para que dejara de joder.
—Si.
—¿Si? ¿Qué?
—Que no lo voy a andar viendo, ¿Vale? —respondí un poco molesta.
Me estaba incomodando ya esta conversación. Parecía muy interesada en que yo no ponga los ojos en el para decir que no le interesa.
Decidí ignorar eso.
Me pongo a pensar que tan malo puede ser para mi Daniel para que Alisson me diga esto.
¡Ay Alexandra! Todavía piensas eso. No puedes entender que si te dice que es malo para ti, es porque solo le gusta follar y no quiere nada con nadie, soy una estúpida, todavía pensando en que puede ser malo, si es más que obvio.
Pero, puedo conocerlo yo misma.
¿Y si lo que me dice no es verdad?
Puede ser.
—Tranquila, Ali. No voy a ilusionarme con él, tengo otro chico en la cabeza y no es Daniel Johnson —miento.
Le menti, por que nadie más estaba en mi cabeza, su cara tan perfecta, su cabello negro y sus rulos me estaban alocando la cabeza. No quiero pensar en él, no puedo permitir que me guste. Es guapo, pero no es para tanto.
Claro...
¡Tú cállate!
–
Pasó la primera clase y Ali y yo nos dirigimos hacia la cafeteria.
—Mira el que esta hablando con la teacher de la clase pasada es Alex, el tipo que me gusta, por decirlo así —pude ver lo emocionada que se puso al verlo.
Alex es muy guapo, tiene un cuerpo perfecto, su cabello oscuro esta rizado y su piel blanca hace que se vea más divino, junto con unos labios carnosos y muy rojos.
—Es muy guapo, ¿Por qué no vas y le hablas? —digo despreocupada.
Cuando veo que el empieza a ver a Ali le da unas miradas tan provocativas, a los dos se les nota que se gustan, pero ninguno tiene el valor de hablarse, sin embargo veo que Alex se esta acercando a nosotros.
—¿Qué hago viene hacia nosotros? —me dice asustada, y veo como sus mejías empiezan a tornarse rojas.
—Tranquila, no te pongas nerviosa , lo va a notar —le digo tratando de tranquilizarla.
Alex llega hacia nosotros y Ali se pone muy nerviosa y se pone como papel blanco.
—¡Hola! ¿Qué tal niñas?, quisiera hablar con Alisson, si se puede... —dice muy nervioso.
El ambiente se pone muy pesado... Y yo siento que sobro en el lugar. Hasta que Alisson habla.
—Hola. Si, claro que quiero hablar contigo, vamos —le responde hecha un papel blanco.
Yo me pongo tan nerviosa, aunque a Ali se le ve que se le fueron los nervios.
Ali se fue con Alex a tomar un refresco y a platicar mientras yo me quedo por ahí sentada, solo existiendo.–
Pasan alrededor de treinta minutos y veo que al frente de la mesa en la que yo estoy sentada llega a sentarse Daniel con sus amigos, si, era él, al fin lo puedo observar de frente y lo puedo analizar, ver sus comportamientos.
¿Qué? ¿Por qué querría ver yo sus "comportamientos"?
El estaba ahí tomandose un refresco viendose tan atractivo como siempre, esta con su amigo al cual lo menciona como Oliver, desde donde estoy puedo escuchar un poco de lo que hablan, yo estoy ahí sentada leyendo una obra llamada Lazarillo de Tormes, una obra que nos dejaron de tarea leer.
Una pesadilla, porsupuesto.
Aunque la lectura me gusta mucho, este libro no es de mi agrado.
Lo mío es más el romance.
Me descuido un momento de observar a Daniel, y cuando vuelvo a verlo, veo que está sentado a su lado una chica.
A lo mejor es Gabriela, la chica que el menciono en clases con sus amigos. O Podría ser otra, claro.
Les quito la vista a ellos para ver a Alisson con Alex, vienen muy sonrientes, ¿Qué habrá pasado?
—Alexandra, ¡Estoy tan feliz! —respiró hondo antes de hablar—. ¡Somos novios! ¡Al fin somos novios!
Me sentí muy feliz por ella. Se pasaba horas hablando de él, pensando en lo feliz que sería el día en el que por fin le pidiera ser su novia.
Y pensé en todos los libros de romance que he leído.
Ojalá algún día yo pueda encontrar un chico así.
¿Así cómo?
Como los ficticios, claro.
Me volví a la realidad cuando Alex pasó una mano al frente para que les hiciera caso.
—¿Nos das tu bendición, Alexandea? —Alex me mira que una gran sonrisa.
—Claro que si, solo con una condición, que la hagas feliz y no la lastimes, porque si no te las vas a ver con totto y conmigo. —digo riéndome
—¿Quién es totto? —Alex pregunta confundido.
—Es mi hijo —Ali dice muy seria.
—Tranquilo, es su perrito —le digo riéndome a Alex.
—Ya me habían asustado —reclama Alex.
Los tres nos quedamos riendo y contandonos cosas (Yo de mal tercio) esperando que llegue la hora de salida.
–
Se llegó la hora de la salida, Alisson y Alex se quedan en el colegio y yo me voy hacia mi casa, cuando siento que alguien me grita:
—Niña, niña nueva, alto —una voz muy ronca y bonita me esta hablando atras.
Vuelvo a ver hacia atras y quede en shock con lo que vi.
Era Daniel Johnson.
–
Mensaje de la autora.
¡Hola!
Debido a mis ocupaciones no habia podido actualizar el segundo capitulo, disfrutenlo, espero les guste.
Gracias!!!
Azucena Hernández.
Sígueme en Instagram: @azuu_books
Hasta luego, besos.
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Miradas oscuras
RomanceLa vida de dos jóvenes de diecisiete y dieciocho años está a punto de cambiar. Pero siempre hay algunas personas que te ayudan a salir del precipicio al que has caído. Dos jóvenes que se ven envueltos en las jugadas del destino. Deberán aprender a s...