Alexandra
Mi alarma empieza a sonar, no quiero levantarme, pero debo hacerlo, tengo dos horas para estar lista.
Ya han pasado cuatro semanas desde que empecé a estudiar en ese colegio.
A veces me siento bien.
A veces no.
A veces me quiero regresar a mi antiguo instituto.
Y a veces me quiero matar.
Lo normal.
Veo la hora en mi celular y recuerdo que tengo semanas de no abrir Instagram, casi nadie me envía solicitudes, pero había una, me dirirí Instagram para ver de quién se trataba.
Mis ojos se abren como platos al ver que la solicitud es de nada más y nada menos que de Daniel, el estúpido Daniel.
Tenia semanas de no abrir Instagram, por lo cual hasta ahora vi su solicitud. El muy estúpido seguramente estaba esperando que la aceptara para husmear.
¿Qué es lo que quiere? Solo lo hace por molestarme, es tan estresante a veces, pero muy guapo. Me pongo a pensar si aceptar o no la solicitud, pero antes de hacerlo mi mamá toca la puerta de mi habitación para decirme a que baje a desayunar.
—¡Buenos días, amor! —dice mi madre dándome un abrazo.
—Buenos días, mami de mi vida —digo riéndome.
—¿Cómo dormiste? —se sienta en la orilla de la cama?
—Bien —volteé el celular—. Mira, este chico me ha enviado una solicitud.
—¿Y por qué no se la aceptas?
—Porque no me cae bien.
—Ujum... Claro
—Mamá, no es lo que piensas —sonreí.
Y se fue de mi cuarto con una gran sonrisa, se qué imaginó que me gusta.
–
Ya estaba lista para irme para el colegio, cuando el taxi llega. Salgo de mi casa para dirigirme al colegio, cuando recuerdo que no le acepté la solicitud, creo que voy a dejar pasar unos días más para aceptarla.
No quiero que piense que ando por ahí toda ilusionada con el para aceptarla inmediatamente. Puedo recordar lo que me dijo hace unas semanas en el cine, que después de ese día ya nunca podría olvidarlo.
En fin, un estúpido.
Por ir pensando en lo que ha pasado, no me percaté que ya estábamos frente al colegio, pero el señor del taxi no me había dicho, quizá pensó que estaba pensando en entrar o no. Cuando veo que ya estamos al frente, bajo de inmediato, no me gusta llegar tarde.
Me dirigo a mi salón, pero queda muy lejos, siempre me cansa caminar hasta llegar a él.
Llego a mi salón, pero muy pocos han llegado y la teacher aún no viene, así que me pongo a leer un libro.
Uno de romance claro. Pero primero me percato de leer reseñas, o de investigar si algún protagonista muere, estoy evitando eso de leer libros tristes.
Leo puro final feliz.
Pasaron unos minutos y llega la teacher, segundos después, atrás de ella venía Daniel, se veía un poco desvelado, con ojeras y cansado. Pero siempre se ve muy guapo, su cabello negro un poco húmedo y sus labios muy rosados.
En cuestión de segundos la teacher se percató que una vez más llegó tarde, empezó a darle el mismo sermón de siempre, Daniel hizo un gesto de cansancio y mejor se sentó en la primera fila.
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Miradas oscuras
RomanceLa vida de dos jóvenes de diecisiete y dieciocho años está a punto de cambiar. Pero siempre hay algunas personas que te ayudan a salir del precipicio al que has caído. Dos jóvenes que se ven envueltos en las jugadas del destino. Deberán aprender a s...