Capítulo Ocho

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¿Quién paga?

Alexandra Rossi .

Estoy tan cansada. Solo quiero llegar a mi a mi casa y dormir y dormir. Pero la conversación entre Max y yo está muy interesante, por momentos me hace olvidar lo cansada que estoy, no he hecho nada agotante este día, excepto las clases que me dejan muy estresada. Pero igual no entiendo nada.

Tomo un sorbo de mi café y como un pedazo de mi galleta, es muy rica por cierto.

—¿Y ya no piensas contestarle? —la voz de Max me sorprende por completo porque estaba muy distraida.

—Talvez mañana —digo desinteresada.

—Hazlo ahora.

—No quiero, no tengo ganas de escribir
—digo viéndolo con una cara de sueño.

—Tienes unas ojeras impresionantes —dice riendo.

—Eso es raro porque yo dormí toda la noche.

—Pues parece como que no haz dormido en una semana —sonríe—, ¿si duermes? —pregunta riendo.

—Claro que si, no tengo nada mejor que hacer —sonrio—, amo dormir.

—Yo igual, aunque me duermo cuando la mayoría se esta levantando, bueno a veces —dice haciendo un puchero.

—¿Y eso por qué? —pregunto confundida.

—Ale, yo trabajo por las noches. —dice cansado.

—¿En serio? que cansado debe de ser —digo asombrada.

—Es muy cansado, por eso siempre ando tomando café en el colegio —hace una pausa—, porque casi siempre ando desvelado, aunque amo el café.

—Mira pues, yo también lo amo. —digo riendo y tomando un poco de este.

—¿Tienes hermanos, Ale? ¿O hermanas? —pregunta curioso.

—Tengo un hermano, se llama Mateo.

—¿Esta guapo? —pregunta con una sonrisa en su rostro.

—Si lo está, ojalá lo conozcas algún día —digo levantando una ceja.

—Ojalá.

—Por dios, Max, —hago una pausa—, ¿Muy alborotadas esas hormonas, eh? —digo riendo.

—Como todos los jóvenes ¿O tu no eres así? —pregunta rodando los ojos.

—Claro que no —río—, aún no doy mi primer beso —digo haciendome la digna.

—Esa no te la creé nadie, eres muy bonita,—hace una pausa—, me imagino a miles detrás de ti.

—No creas, solo he tenido un novio y fue un fracaso total, así que si he dado mi primer beso, pero hasta ahí —digo respirando hondo.

—¿Y ese suspiro? —el chico pregunta interesado.

—Nada, solo que me hizo mucho daño.

—¿Qué hizo?

—Casi embaraza a mi ex mejor amiga —digo con la mirada un tanto triste.

Este es un tema del que no me gusta hablar casi con nadie. Marco, el era la persona que yo más amaba y me traicionó con mi ex mejor amiga, desde entonces dije que no volvería a confiar en alguna chica amiga mía, cuando llego Alisson pensé que seria diferente, pero no.

—¡Que idiota! —dice enfadado.

—Si, pero ya fue hace un tiempo, ya no tengo comunicación con ninguno de los dos
—hago una pausa—, y espero nunca volver a verlos.

Miradas oscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora