Venganza Inconclusa
Daniel Johnson.
Aquella tarde en la que Ale y yo nos hicimos novios el señor Leandro llegó y actuó como un hipócrita.
Estaba recordando ese momento, también cuando hicimos el amor por primera vez. Ya han pasado dos semanas, ya tenemos dos semanas de ser novios.
Luego de esa vez, yo entré a su casa cuando no estaban su padre y hermano. Hacíamos el amor, luego cenábamos o veíamos una película. Todo con ella era… Tan lindo.
Hundirme en ella era lo más hermoso que podría haber, sentirla y no querer salir de ella nunca. Ella era eso que me mantenía siempre con fuerzas para seguir muchas cosas. Por ejemplo, venir al colegio aún cuando ella no venía.
Ale me había platicado que su maldito ex novio se había mudado a Bryson city. Para colmo también estudiaba en el mismo colegio. Ella me pidió de mil maneras que no me le acercara, para que no iniciará ningún pleito. Yo acepté, como decirle que no a esa carita y esos ojos color miel que me tienen loco.
Estábamos en la cafetería comiendo algo en el receso, cuando sentí que Oliver me pegó en la cabeza.
—¿Qué te pasa? —agarró una de mis papas y me miró.
—Estaba pensando —dije sin más.
—En ella, ¿No?.
—Si. En mi novia —respondí firme.
"Mi novia" Aún no me lo creía, no creía que me había aceptado.
—Que afortunado eres, Daniel —hace una pausa—. ¿Recuerdas que hace un par de meses estábamos acá viéndola como hablaba con su amigo y hablando de lo linda que es?
—Lo recuerdo perfectamente —sonreí como un imbécil.
—Nunca pensé verte así, pensé que moriría y no lo vería.
—Me tocó, me tocó enamorarme —dije comiendo una papa.
—Y yo me alegro de eso —miró hacía su alrededor—. Y no la friegues, no arruines eso tan bonito que tienen.
—Créeme que no lo haré —tomé mi soda y tomé un trago grande.
Oliver se levantó y se fue por unas papas para el. Estando yo solo, pasaron Alisson Adams y Gabriela. Marco, el ex novio de Ale, iba con ellas.
Alisson no era buena amiga, yo le advertía a Alex de que ella era muy traicionera y cosas así. Pero él decidió pedirle que fuera su novia. Hasta que llegó al punto de que ahora a Oliver no le habla, mucho menos a mí.
Ale seguía con sus clases en línea, yo me dirigía todos los días a su casa, para que pasara los apuntes. Ella no se sentía preparada para regresar al colegio. A pesar de ser el último año.
Estaba terminando mis últimas papas cuando vi a Max, el amigo de mi novia.
Sin pensar lo llamé a mi mesa y él se acercó.
—¿Max Echeverry? —pregunté.
—Si. ¿Se te ofrece algo?.
ESTÁS LEYENDO
Miradas oscuras
RomanceLa vida de dos jóvenes de diecisiete y dieciocho años está a punto de cambiar. Pero siempre hay algunas personas que te ayudan a salir del precipicio al que has caído. Dos jóvenes que se ven envueltos en las jugadas del destino. Deberán aprender a s...