Felicidad completa

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Desperté asustada por ese sueño, mi corazón estaba acelerado, me senté en la cama y observé cada parte de la habitación, mi mirada quedó fija en la puerta, la manilla se estaba moviendo.

Creo que no fue un sueño

—Es una broma muy pesada, Tom-dije viendo al que se supone que era mi padre

—¿Qué broma?—preguntó Tom

—Entonces... ¿Eres tú?—lloriqueé

—Es algo que te explicaré en otro momento, mi querida Mila—respondió

Se sentó a mi lado y me abrazó, estuve cada día recordándolo, estaba tan confundida, pero a la vez tan feliz de verlo y tenerlo conmigo de nuevo.

—Te extrañé tanto—comencé a llorar

—Ya estoy aquí

—Estoy muy confundida

—Ya tendremos tiempo para hablar sobre eso...

—Prométeme que no me vas a dejar sola de nuevo—me separé de él y sequé mis lagrimas

—Ahora todo es... Diferente, no hay amenazas

Traté de poner un poco los pies sobre la tierra, luego de ese pequeño intercambio de palabras con mi padre, bajamos al comedor para almorzar, tenia muchas dudas, y también mucho que contarle sobre lo que había pasado en los últimos años, Tom salió sin decirme nada, estaba segura de que se sentía incómodo con la presencia de Albus. Almorzamos en silencio y luego fuimos al patio, en donde estaba el gran sillón columpio, ese era mi lugar favorito para leer o solo descansar. Ambos nos sentamos para hablar mientras mirábamos como atardecía.

—Debo contarte muchas cosas...—murmuré

—Adelante

—Me enamoré de quien no debía, padre...

—Estamos hablando de Lucius, ¿No es así, Mila?

—¿Cómo sabes eso?

—He estado más cerca de lo que crees

Olvidaba que él lo sabía todo, pero seguía sin explicarme como.

—Debiste tener tus motivos para hacer... Esto, ¿Verdad?

—Hay cosas que deben pasar, pero no siempre tienen una explicación

—Estuve embarazada—dije desanimada

—Siento tanto haber mentido, hija, pero debía hacerlo para que no sufrieras

—Ahora lo entiendo padre, pero ese tema no es muy agradable de tocar—murmuré

—Lo entiendo

—Me separé de Remus, así que estoy aquí viviendo con Tom

Nos quedamos en silencio, en este momento estaba tan feliz, Albus me hizo mucha falta en todo este tiempo, necesitaba sus consejos, sus abrazos, y todo en realidad. Mientras miraba al piso oí que alguien tosió.

—Severus, que gusto verte de nuevo—saludó Albus

—¿Tú sabias esto?—miré a Severus

—Luego hablarán—interrumpió

—Los dejo, iré a Hogsmeade—murmuré

—Ve con cuidado, Mila

Ambos se quedaron hablando y yo me fui a a Hogsmeade, estaba nevando, todo se veía tan lindo, la nieve cubriendo los techos, los niños jugando, todo era hermoso.

Noté que había una tienda de ropa nueva, al entrar me di cuenta de que era grande, todo estaba lleno de ropa para invierno, pero por un lado también habían vestidos y tacones, era muy raro que hubiera una tienda así en Hogsmeade, debía tener algo especial.

—Dumbledore—alguien llegó a mi lado

—Tom, supuse que estarías por acá—sonreí

—¿Qué estás viendo?

—Me dio curiosidad ver la ropa

—¿La ropa o Malfoy?

—¿Malfoy?—pregunté confundida

De pronto lo vi saliendo de un vestidor, traía puesto un traje negro, pero estaba acompañado de Draco, me alegraba verlos juntos, ambos se veían muy bien con el traje negro. Mirar a Lucius era inevitable, su cabello recogido se veía lindo.

—Tienes un poco de boca en tu saliva—rió Tom

—No es cierto

—Lo mejor es que ya no vivamos juntos, Mila

—¿Lo dices por mi padre?

—Sí, ambos sabemos que no le agrado

—Quiero que te quedes conmigo

—Dumbledore...

—Por favor—pedí

—Bien, pero si amanezco muerto ya sabes quien fue...

—Eres un tonto, Riddle

—Allá viene—habló y se fue caminando lentamente

Quedé congelada mientras que Lucius se acercaba a mi, imaginaba que me veía muy tonta en este momento, su mirada me hipnotizaba, Malfoy era un hombre diferente, había algo en él que me encantaba.

—Dumbledore

—Señor Malfoy, que sorpresa verlo acá

—Lo mismo digo—respondió con indiferencia

—Ese traje se le ve muy bien, señor Malfoy

—Lo sé, mocosa

Arrogante

—Fue un gusto saludarlo, pero ya debo irme—me despedí

Comencé a caminar hacia el fondo de la tienda, era un pasillo que no estaba tan iluminado, había tres puertas a cada lado, la tienda por fuera se veía pequeña, pero por dentro realmente era grande y bonita. Al llegar al otro lado de la tienda, la cual estaba llena de espejos y unas puertas de madera que tenían unos nombres raros destacados en blanco. Me acerqué a una de las puertas y la abrí, era muy grande el espacio, antes de entrar sentí a alguien que estaba detrás de mi y me empujó.

—No deberías estar aquí, Mila

—Lucius, ¿Qué es esto?—pregunté mirando hacia una puerta negra

Estaba decidida a abrirla y entrar, pero antes Lucius me tomó de la cintura y me pegó a él.

—No vas a entrar ahí, Mila

—¿Por qué no?

—Hay cosas a las cuales no debes acercarte—murmuró

—Ya puedes soltarme

—Nada me asegura que me harás caso

Su respiración cerca de mi oído me ponía los pelos de punta, sus grandes manos rodeándome, y era inevitable sentir su erección pegada en mi trasero.

—Por favor...

Con un brusco movimiento me dio la vuelta, nuestras miradas conectaron al instante, aunque seguía pensando en esa puerta que estaba detrás de mi, tenía curiosidad por saber lo que había dentro.

—Quiero entrar...

—No puedo permitir eso, mocosa

—Dame una razón

—Solo no entres—gruñó

Nuestras bocas estaban rosándose, su rico olor me embriagaba, aunque odiaba ser tan débil frente a Lucius, este hombre era mi debilidad.

—Te amo—susurré

ME ATREVÍ POR FIN  



Ya era hora de que se lo dijera JAKAKAJ:3

𝐈𝐭 𝐰𝐚𝐬 𝐚𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐲𝐨𝐮| Remus Lupin #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora