Rendida a ti

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Tom me contó muchas otras cosas que me ayudaron a recordar mi adolescencia con más facilidad y detalles, seguíamos en el salón, mientras que a mi mente venían más y más recuerdos.

—Busca al viejo de Malfoy

—Le dije que era mayor para mi-reí

—Lo es, no sé cómo te enamoraste de Malfoy

—No es algo que yo pueda elegir, pero te haré caso, lo voy a buscar

—¿Me das la dirección?

—Eres una tonta—sonrió con malicia

—Cállate

Tom me dio la dirección y me fui a la mansión Malfoy, ya estaba en la puerta, un poco indecisa, eran casi las 5 de la mañana, pero ya no lo pensé más y golpeé. Habían pasado unos minutos y ni siquiera los elfos abrían, así que me resigné e iba a irme, pero justo se abrió la puerta, Lucius estaba parado con cara de sueño, su típico pijama de seda y el cabello suelto.

—Mila...

Sin aguantar mis ganas, solo caminé para quedar más cerca y me tiré a él, por suerte me sostuvo y pudo cargarme a tiempo, rodeé su cintura con mis piernas, y mis brazos alrededor de su cuello. Lo besaba con desesperación, necesitaba de él, tantos años, tantas cosas y en lo único que pensaba era en sentirlo.

Dejé de besarlo y esperé alguna reacción de su parte.

—¿Qué ocurre contigo?—susurró

—Solo estoy esperando a que mi lindo esposo me lleve a la cama—sonreí

—Dijiste que...

—Sé lo que dije, pero te recordé gracias a Riddle

—Tenemos que hablar

—Lo sé, pero hablaremos luego de hacer el amor—susurré sobre sus labios

—Mi linda mocosa está de vuelta

—Te amo...

Comenzó a caminar hasta llegar a las escaleras y subir, aún conmigo en brazos, no le costó subir. Me llevó a la que era nuestra habitación y me recostó en la gran cama, se puso encima de mi y quedó viéndome.

—¿Por qué me miras así?—pregunté

—Cuatro años, Mila...

—No ahora—susurré

Volví a besarlo, mientras que una de sus manos bajó hacia mi entrepierna, levantó el vestido y metió su mano en mi ropa interior, metió un dedo primero y luego otro, mis quejidos se hicieron presentes al instante, sus dedos dentro de mi se sentían bien. Dejó de besarme y fijó su mirada en la mía, mientras que aceleraba los movimientos de sus dedos.

—¡Lucius!—gemí

Con delicadeza quitó sus dedos y volvió a dejar en la normalidad mi ropa interior, mientras me miraba, guio sus dedos hasta su boca y los lamió. Solté un gemido sin razón, su acción me excitó mucho más, bajó hasta llegar a mi intimidad, hundió su cabeza haciendo que arqueara mi espalda, mi ropa interior estaba empapada, Lucius dejaba pequeños besos en mi centro.

De pronto un golpe en la puerta nos interrumpió.

—¡PAPI!

Helen

Lucius se levantó de inmediato y me ofreció su mano para levantarme también.

—No podemos darle esta noticia como si nada...

𝐈𝐭 𝐰𝐚𝐬 𝐚𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐲𝐨𝐮| Remus Lupin #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora