Bittersweet • {Meanie}

☂️ 5 ☂️

Ya habían pasado dos semanas desde el último encuentro entre Mingyu y Wonwoo. No volvieron a verse desde entonces. Ni siquiera se pusieron en contacto a través de una llamada telefónica o un simple mensaje de texto.

Nada.

Era lunes a las ocho de la mañana. Tocaba levantarse temprano. Chan tenía que ir al colegio y Wonwoo tenía que trabajar. Éste último se encontraba un poco enfermo desde hace un par de días, pero no le dio importancia.

Wonwoo, como de costumbre, estiró el brazo para apagar el despertador.

—Channie... es hora de levantarse.— Wonwoo acarició la cabeza de su hijo, que seguía durmiendo plácidamente, y dio leves golpecitos a su pequeño trasero. —Bebé.

—Huuum...— Fue el único sonido que recibió como respuesta por parte de su hijo.

—Venga, hay que ir al cole.— Wonwoo iba a levantarse de la cama, pero en el intento se sintió mareado, así que volvió a sentarse sobre el colchón.

Mientras tanto, Chan abrió sus ojos para gatear hasta el regazo de su madre y sentarse en él. Apoyó su mejilla en su hombro, dispuesto a volver a dormir.

—Ni se te ocurra volver a dormirte, Channie. Hay que vestirse y desayunar.— Dijo Wonwoo mientras acariciaba el pelo de su pequeño.

—Mami, tás carente.

Wonwoo tocó su propia frente. Era cierto. Estaba ardiendo.

—Sí, eso es normal, bebé.— Wonwoo sonrió.

—Pero, mami. Tú siempre estás sío.

—Se dice frío, bebé.— Corrigió Wonwoo mientras se levantaba del colchón con su hijo en brazos.

—Sío.— Volvió a decir Chan.

Wonwoo caminó hasta el baño para lavarle la carita y las manos a su hijo. Después, le puso el uniforme del colegio y se vistió él mismo.

—Ve un rato los dibujos mientras hago el desayuno, bebé.

—¡Sí, mami!— Chan se sentó frente a la pequeña televisión encima de un cojín.

Mientras Wonwoo calentaba un vaso con leche y un café, su teléfono sonó.

—Aish, ¿y este qué quiere ahora?— Dijo Wonwoo para sí mismo al ver que era Mingyu el que estaba llamando. Se quedó mirando al teléfono, pero no contestó. Simplemente lo dejó sonar.

El teléfono volvió a sonar otra vez. A Wonwoo empezaba a darle dolor de cabeza, así que apagó el aparato.

—Channie, a desayunar.— Wonwoo dejó sobre la pequeña mesa del salón el vaso de leche de Chan, para luego echarle un poco de miel, y un cuenco con cereales con una cuchara en forma de rana.

Tras desayunar, se pusieron camino al colegio. Hoy Chan no tenía ganas de andar, así que Wonwoo le llevó en brazos casi todo el camino.

—Channie, mamá está cansado. Anda un poquito, ¿vale?— Dijo dejando al niño en el suelo para luego agarrar su pequeña mano.

—Mami, ¿tás malito?

—No, claro que no. Mamá nunca se pone malito.

—¿Por qué no, mami?

—Porque... tengo que estar bueno para poder cuidar de ti.— Wonwoo sonrió.

Minutos después, llegaron a la entrada del colegio. Wonwoo paró en seco cuando vio a Mingyu esperando frente a la puerta. Quiso dar la vuelta para entrar por la puerta trasera, pero era tarde. El más alto ya les había visto.