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—Duerme conmigo, Won.— Mingyu hizo un puchero mientras seguía a Wonwoo por toda la casa después de dejar a Chan durmiendo en su habitación.

Pasaron la tarde comiendo tarta y jugando con el niño y Bobpul. Por un momento parecían una familia feliz de las películas de Hollywood.

—Te dije que no, Mingyu.— Wonwoo frunció levemente el ceño. —Voy a dormir con Chan, como siempre.

—Duerme conmigoooooooooo.

—No voy a dormir contigo.

—Won.— Mingyu fingió un lloriqueo. —No seas así. Solo por hoy. Por fiiiiiiiiiiiiiiiiii. Chan tiene que acostumbrarse a ir durmiendo solo.

—Aish.

—¿Por qué no quieres dormir conmigo? Antes te encantaba dormir abrazado a mí...— Hora de ponerse melancólico para Mingyu.

—Está bien... solo esta noche.

Mingyu agarró la mano del más bajo y caminó felizmente a la habitación. Ambos se tumbaron en la cama, uno frente al otro.

—Won.

—¿Hum?

—Quiero besarte.

Y surgió. Todo empezó con un beso inocente, pero acabó siendo mucho más que eso. (*)

🍭🍭🍭🍭🍭🍭🍭🍭

—Chan se ha despertado.— Dijo Wonwoo mientras salía de la cama y se ponía una de las camisetas de Mingyu para taparse.

—¿Qué? Yo no he oído nada.— Mingyu intentó hacer que Wonwoo volviera a la cama, quería seguir durmiendo, pero éste ya había salido de la habitación.

—M-mami.— Chan estaba sentado en la cama. Se despertó en medio de la noche y se asustó al no notar a su madre a su lado.

—Ya estoy aquí, bebé.— Wonwoo se sentó sobre la cama y sentó al pequeño en sus piernas. —Shhh, ya pasó.

—¿Dónde tabas, mami?— Preguntó el niño con un puchero en sus labios.

—Estaba... durmiendo con el señor gigante.

—¿Por qué no dormimos todos juntitos?— Sugirió Mingyu cuando entró en la habitación, con un pijama ya puesto.

—Vale.— Respondió Chan mientras se frotaba los ojitos.

Wonwoo se levantó de la cama cargando a su hijo en brazos y caminó de vuelta a la habitación del más mayor. Los adultos se tumbaron a los lados y dejaron al niño entre ellos dos.

El de pelos rizados daba pequeñas palmaditas en el trasero de Chan, era una de las mejores formas de hacerle dormir rápido.

—Won.— Susurró Mingyu.

—¿Sí?

—Te quiero mucho.

Wonwoo no respondió, pero el sonrojo en sus mejillas ya servía de respuesta para el más alto.

🍭🍭🍭🍭🍭🍭🍭🍭

Unos pequeños toques en su cara empezaban a hacerle despertar. Se pasó la mano por la cara, a lo mejor era un pelo o algún mosquito molesto, pero, al segundo, los toquecitos volvieron.

—Ts, joder.— Mingyu acabó abriendo los ojos para encontrarse con la cara de Chan a milímetros de la suya. —¡Ah!

—¡AAAAH!— Gritó Chan de vuelta.

—¿¡QUÉ PASA?!— El siguiente en despertar de golpe fue Wonwoo al escuchar a su pequeño gritar.

—¡AAAAH!— Chilló Chan de nuevo.

Así que los toques que sentía Mingyu en su cara era Chan con sus manitas.

—Pero, ¿qué hora es?— Preguntó Mingyu con los ojos medio abiertos. Su voz ronca por estar recién despierto.

Wonwoo giró a ver el pequeño reloj que descansaba sobre el escritorio de la habitación.

—Las seis de la mañana...— Respondió mientras se dejaba caer en la cama.

—Pero qué hora son estas para el despertar de un niño...— Contestó Mingyu con la misma energía de Wonwoo. Hasta los ojos se le cerraban mientras hablaba.

—Señor gigante, roncas.— Chan volvió a tocar la cara del más mayor con sus manitas. Primero le apretó las mejillas, luego la nariz y la barbilla y terminó con un pequeño pellizco en su moflete derecho.

—¡Ay!— Mingyu volvió a abrir los ojos de nuevo. Esta vez sí que despertó del todo.—Won, tu hijo acaba de pellizcar mi preciosa cara.— Giró a mirar al más bajo, pero estaba dormido.

—Mami tá dormido.— Susurró Chan mientras ponía su dedo índice sobre sus labios. —Shhhhh.

—Vamos, Channie. Dejémosle dormir un rato más.— Mingyu salió de la cama y cargó a Chan en sus brazos. Se aseguró de que Wonwoo estuviera bien arropado antes de salir de la habitación.

Cuando llegaron a la cocina, Mingyu dejó al niño sentado sobre la encimera.

—¿Qué te apetece desayunar, bebé?

—Mami tambén me llama bebé.— Chan sonrió.

—¿Cómo me llamas tú a mí?

—Señor gigante.— El pequeño levantó los bracitos para darle emoción a sus palabras.

—Y... ¿no te gustaría llamarme de alguna otra forma? No sé... algo un poco más corto.

Chan se quedó mirándole en silencio. No entendía a qué se refería el señor gigante.

—Channie, a Wonwoo le llamas mami.

Chan asintió sonriente.

—¿No te falta un papi?

—Mami tambén es mi papi.

—Bueno, no. Eso es- —Mingyu dejó de hablar. No tenía sentido ponerse a explicar nada ahora. El niño no lo entendería. —¿Sabes qué, Channie? Me gusta que me digas señor gigante.— Sonrió.

A lo mejor nunca conseguiría que Chan le llamara papá.

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(*) hagan uso de su imaginación, damas y caballeros ;)

Bittersweet • {Meanie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora