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—¡Cierra los ojos, mami!— Dijo Chan en cuanto el señor gigante abrió la puerta de la casa.

—Vaaaale.— Respondió Wonwoo mientras obedecía a su hijo.

—Yo te ayudo, mami.— Chan agarró la mano de su madre para guiarle hasta el salón mientras que Mingyu dejaba la tarta sobre la mesa y encendía las velas.

—¡Mami, mira ya! ¡Mira ya!— Dijo el pequeño mientras daba saltitos de emoción.

—¡Feliz pumpeaños!— Gritaron Mingyu y Chan cuando Wonwoo abrió los ojos.

—Pide un deseo, Won.— Dijo Mingyu antes de que Wonwoo soplara las velas.

Y eso hizo. El de pelos rizados no creía en esas cosas, pero pidió un deseo de todas formas.

—Mami, ¿pediste muchos regalitos?— Chan sonrió.

—No, bebé. Pensé en otra cosa.

—¿Carros llenos de chuches?

—Tampoco eso.— Wonwoo rió mientras peinaba los pelos de su hijo con la mano.

—Channie, ¿por qué no le enseñas a mamá lo que le has hecho?— Sugirió Mingyu.

—¡Chí!— El pequeño corrió hasta una mesita que había en un lado del salón, donde coloreaba y jugaba. Cogió un papel y volvió hasta los brazos de su madre. —¡Te hice un dibujo, mami! Este eres tú.— Explicó el niño felizmente mientras señalaba una parte de su obra maestra. —Yo soy este y este es el señor gigante. Y este es Totu.

Wonwoo sonrió. Hasta sentía ganas de llorar en ese momento.

—Es precioso, Channie.— Besó las mejillas de su hijo una vez más. —Muchísimas gracias, bebé.

—El señor gigante tambén te hizo un regalo, mami.— Dijo Chan.

—¿Hum?— Wonwoo giró a mirar al más alto.

—Oh, sí. Bueno...— Mingyu se frotó la nuca y le entregó una bolsa. —Espero... que te guste.

Wonwoo sacó de la bolsa un pequeño paquete. Lo abrió con Chan sentado sobre sus piernas.

—Mingyu, no hacía falta-

—Pensé que te sería útil.— Interrumpió el más alto.

Un móvil. Mingyu le había comprado un móvil. Uno mucho mejor al que tenía antes.

—Este sí tiene internet...— Mingyu soltó una pequeña risa nerviosa.

Wonwoo sonrió.

—Muchas gracias, hyung.

🍭🍭🍭🍭🍭🍭🍭🍭

Después de comer, Wonwoo se encargó de dormir a Chan en la siesta. Le dejó en la cama y él bajó a la cocina para ayudar a Mingyu a limpiar.

Wonwoo metió la tarta en la nevera. Ni siquiera la probaron, pues esperarían a que Chan despertara.

—Won, ¿quieres ver una película?— Sonrió Mingyu.

—¿Ahora?

—Sí. Si te apetece, claro...

—Está bien.— Wonwoo se encogió de hombros.

La relación con Wonwoo no había avanzado. Mingyu intentaba volver a ser igual que antes, con las bromas y juegos que tenían cuando estaban juntos, pero no lo conseguía. El más joven no solía reír sus gracias, rara vez le sonreía y, normalmente, no hablaban de temas que no estuvieran relacionados con Chan.

Cuando ya ambos estaban sentados en el sofá viendo la película, Mingyu la puso en pausa.

—¿Por qué la paras?— Preguntó Wonwoo.

—Insúltame.— Soltó Mingyu. Girando a mirarle.

—¿Qué?— Wonwoo giró a mirarle también.

—Insúltame.— Repitió el más alto.

—¿Qué te ha dado, Kim?

—Insúltame, Wonwoo. ¡Me lo merezco!

—¿Por qué?

—¿Por qué? ¡Por todo el daño que te he hecho estos años, Wonwoo! ¡Por eso!— Mingyu necesitaba soltar todos los pensamientos que estuvo reprimiendo hasta ahora. Y empezó a llorar. Sin quererlo lágrimas iban cayendo por sus mejillas. —Soy una persona horrible, Wonwoo. Soy una desecho humano. Ni siquiera sé cómo has aceptado a seguir en contacto conmigo. No me lo merezco.

—Mingyu-

—Te abandoné, Wonwoo. Te dejé solo y ni siquiera me molesté en llamarte ni una sola vez para preguntar cómo estabas, aún sabiendo que estabas embarazado. Tuviste que hacerte cargo de Chan, de pagar un alquiler y de trabajar tú solo. Y ahora vengo y no me reclamas nada. Ni dinero ni cosas por el estilo.

—Mingyu-

—No sé qué hice en mi vida pasada para haberte encontrado, Wonwoo, pero me alegro de ello. Eres una maravilla de persona, Won.— Mingyu seguía llorando. Lágrimas traicioneras.

—Mingyu...— Ahora era Wonwoo el que se sentía la peor persona del mundo. Le dolía el corazón solo de ver a Mingyu en ese estado. —No importa, olvídalo.— Sonrió. —Al fin y al cabo, ya pasó.

—Pasó, Wonwoo. Pero no se puede dejar pasar. Hice mal, MUY mal, y entiendo que no quieras perdonarme. Eso no se puede perdonar...— Mingyu se limpió las lágrimas de la cara con la mano. —Pero... espero que con el tiempo volvamos a llevarnos igual de bien que antes y-

Un abrazo.

Wonwoo le estaba abrazando.

—Está bien, Mingyu. No te preocupes.— Dijo Wonwoo mientras acariciaba la espalda del más alto.

Mingyu le devolvió el abrazo. Apoyó su mejilla en el hombro del más bajo.

—Te quiero mucho, Wonwoo. Muchísimo. No sabes cuanto.— Estaba llorando de nuevo. Hoy Mingyu tenía el día sensible.

—Hyung...— Wonwoo se separó lentamente del abrazo.

—¿S-sí?

—Yo... te eché de menos todo este tiempo.

Bittersweet • {Meanie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora