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Hoy Wonwoo tuvo que llevar solo a Chan al colegio, pues Mingyu había entrado antes al trabajo. Como esa mañana el pequeño no estaba por la labor de andar, decidieron ir en el autobús público.

—Mami, ¿cuánto falta?— Chan estaba sentado en las piernas de su madre. Solo quedaba un asiento libre en la parada de autobús, así que Wonwoo se sentó primero para sentar a su pequeño encima.

—Falta poco, bebé.

—Mami, tengo hambe.

—¿Hambre? Acabas de desayunar, Channie.

—Tengo hambe.— El pequeño dio unas pequeñas pataditas al aire.

—Ains, está bien.— Wonwoo sacó una pequeña barrita de cereales de la mochila que llevaba para el trabajo y la abrió para dársela a su hijo. —Mastica con cuidado, Channie.

—Chi, mami.

Un par de minutos después, llegó el autobús. Wonwoo bajó a Chan al suelo y le agarró de la mano para ayudarle a subir los escalones del vehículo. Pagó los viajes de ambos y fueron a sentarse.

Chan cogió el asiento que estaba al lado de la ventana, para poder ver la calle, y Wonwoo se sentó a su lado.

—¡Mira, mami! ¡Miau!(*)— El pequeño señaló a un gato que andaba por la calle.

—Has visto qué bonito es.— Sonrió el mayor.

—¡Un guau! ¡Como Totu!

El pequeño se pasó todo el trayecto diciendo las que cosas que iba viendo. Un parque, muchos perros, una tienda de golosinas, una heladería, otro parque, un señor calvo...

Cuando bajaron del autobús, solo tuvieron que andar unos metros más para llegar a la entrada del colegio.

Wonwoo se puso de cuclillas para poder colocar bien la mochila de Chan, su chaqueta, su pelo... los últimos retoques de siempre.

—Pórtate bien, Channie. Hazte caso de los profesores y presta atención, ¿vale?— Wonwoo repetía, como todos los días, su discursito de siempre mientras acariciaba las mejillas de su pequeño.

—Chi, mami.

—¡Buenos días, Channie!— Saludó Seokmin alegremente. —Oh, ¿aún sigues desayunando?

—Oh, vaya.— Wonwoo se había olvidado completamente de la barrita de cereales. Barrita que, por cierto, estaba casi entera. Chan apenas había comido. —¿No quieres más, Channie? Dámelo-

—Chi que quero.— Chan apartó la mano para que su madre no pudiera quitarle la comida.

—No puedes entrar al cole comiendo.

—No te preocupes, Wonwoo.— Interrumpió Seokmin. —Aún faltan algunos minutos para empezar la clase, puede comer mientras.— Sonrió.

—Está bien...— Wonwoo besó las mejillas de su hijo varias veces antes de ponerse de pie de nuevo. —Papá vendrá a recogerte después, bebé.

—¡Vale, mami!— Chan agarró la mano de Seokmin con su mano izquierda mientras sujetaba la barrita de cereales con su mano libre.

—¡Oh! Por cierto, Wonwoo.

—¿Hum?

—¡Felicidades!— Sonrió el profesor.

—Ehh...gracias.— Sonrió Wonwoo, algo confundido. —Hum... ¿felicidades por qué?

—Chan lleva desde la semana pasada diciéndome que va a tener un hermanito. ¡Enhorabuena, Wonwoo! ¡Me alegro mucho por ti!

—Oh... ¿eso te ha dicho? Gracias.— Volvió a sonreír.

—Bueno, Channie. Vamos a irnos ya a clase, ¿no te parece?

—¡Chi!

Wonwoo se inclinó un poco para darle un último beso a su hijo antes de irse.

—¡Que te lo pases bien, Channie!

—¡Tú tambén, mami!— El pequeño giró a mirarle mientras caminaba de la mano de Seokmin y movía su pequeña manita, con la que aún sujetaba la barra de cereales, en forma de despido.

—La que va a liar con la barrita de cereales...— Dijo Wonwoo para sí mismo.

—Señor Diki.— Habló Chan mientras andaban por el pasillo del colegio.

—¿Sí, Channie?

—¿Está ya el señor profesor?— Preguntó el pequeño, esperanzado con que su profesor favorito hubiese vuelto ya al colegio.

—No, Channie.— Hasta el propio Seokmin entristeció al ver como la sonrisa se borraba de la cara del pequeño Chan. —Aún faltan unas semanas para que vuelva.

—¿Está malito?

—¡No, claro que no! Pero tiene que cuidar de su bebé.— Explicó Seokmin. —Anda, Channie. Termina de comer.— Sonrió el más mayor.

—Era para el señor profesor...— Chan bajó la mirada. Mintió cuando le dijo a su madre que tenía hambre. Solo quería darle un pequeño regalo a Jeonghan al volver a verle, porque pensaba que hoy sí estaría en clase.

Seokmin hizo un puchero con sus labios. Se sintió mal al ver a Chan tan triste, así que pensó en una idea para poder alegrarle.

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LA PUTA MADRE POR QUÉ ME HAN DADO GANAS DE LLORAR CON LO DE CHAN PONIÉNDOSE TRISTE POR ESPERAR POR JEONGHAN 😭😭😭😭😭

(*) por cierto, al parecer en cada país los ruidos de los animales cambian. Por ejemplo, en España (de donde soy), se imita el ruido de los perros con un guau y el de los gatos con un miau. Digo esto por aclarar, por si alguien está confundido.

Vuelvo a insistir con que lean mis otros fics en español porque de verdad que están bien 😭😭

Bittersweet • {Meanie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora