【 𝑇𝑎𝑡𝑡𝑜 】↠ 𝑴𝒆𝒘𝒈𝒖𝒍𝒇 !¡♡

d o s

Mis padres me felicitaron, un cariño tan falso, como todos los años anteriores.

Me preguntaba si algún día ellos me querrán de verdad.

De igual forma no podía evitar estar un poco feliz.

Sonreí para mí, no sabía como pero aquel desconocido del cuál sólo sabía su nombre, pareció darme un poco de su energía.

Por primera vez me sentía algo vivo.

Subí a mi habitación, puse seguro, y decidí acostarme, era viernes por lo qué ya no tenía muchos trabajos, ventajas de tener una familia que te ahoga todo el tiempo, es que haces todo con anticipación.

Decidí abrir mi celular, por cierto, por suerte me dejaban tener celular, sólo por qué servía para fines académicos, de resto me habían prohibido tener cualquier red social, no querían que me distrayera.

De todos modos me cree una a escondidas, no con mi nombre, no era tan tonto y obvio.

Antes de buscar al chico del parque, me llegó una notificación del grupo de mi clase.

Ojalá nunca haberla abierto.

X: Qué demonios con ese raro de Kanawut, volvió a quedar de primeras.

Y: Pues si no tiene amigos lo único que le queda es estudiar y ser una rata de laboratorio jajajaja.

Z: Dicen que sus papás ni siquiera lo dejan salir, me compadezco debe ser una lástima no poder ser un adolescente normal. XDDD.

S: Oigan...creo que Kanawut está en el grupo...

¿Cómo debería sentirme?

—De todas maneras es verdad, lo que dicen, cruel pero cierto.—reí mientras suspiraba tristemente.

Era normal que la gente me odiara, nicsiquiera creo que me envidiasen, más bien sentían lástima por mí.

De cualquier manera mi vida no les debería importar a ellos.

Igual, no tenía el suficiente valor para quejarme o algo, sólo lo dejé pasar, así como dejaba pasar todo.

Abrí mis brazos dejándome descansar sobre todas las colchas.

—¿Por qué mi vida apesta tanto?—me dije mientras observaba el techo.

Intentando restarle importancia decidí ir a Instagram y buscar a aquel sujeto.

"Mew"

Coloqué en el buscador, me aparecieron varias cuentas, pero ninguna daba con él.

—Definitivamente apesta.—volví a decir mientras dejaba mi celular a un lado.

Me dispuse a pensar, se viene un fin de semana, no tenía amigos, ni adonde salir, nisiquiera me dejaban salir.

Lo que hacía mayormente en esos días era terminar mis trabajos, estudiar y de vez en cuando jugaba uno que otro videojuego, eso si, nada de violencia.

—Por favor, nisiquiera tengo diez años, mentira, a puesto a que un niño de esa edad tiene más vida social que yo.—proteste señalando el techo.

Me revolví en la cama de un lado al otro, pataleando como un bebé.

Después de tener otra crisis existencial, me levanté y decidí observar por la ventana.

Lo único de lo que no me quejaba era del dinero que teníamos, vivía en uno de los barrios más caros de Bangkok, mi padre era un asesor comercial de una importante empresa, mi madre era fisioterapeuta, yo, pues, bien, con salud; o eso creo.