d o c e

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¿Qué tanto puede cargar una persona con su dolor?

Yo juré ser feliz.

Después de toda la mierda quería ser feliz.

No sé cuanto tiempo llevaba ya en aquella cabaña, mi cabaña era mi lugar seguro.

La había comprado como un simple y moribundo terreno, ella creció junto a mí.

Tuve que ahorrar casi cuatro años, trabajando en múltiples oficios, después de que me convertí en tatuador era más fácil ganar dinero.

Nadie sabía sobre ese lugar, probablemente si muriera nadie jamás me encontraría.

Quedaba a las afuera de la ciudad, eran casi tres horas.

Pero todo el tiempo del mundo valía la pena si quería estar sólo.

Tuve un ataque de ansiedad, uno que hace mucho tiempo no tenía, me dio tanto miedo que no supe que más hacer sino huir.

Fue horrible, me recordó a las muchas veces que los había tenido.

Me siento algo mal por Zee, él merecía al menos una explicación, Gulf... el pequeño Gulf.

Me puse algo melancólico al recordar sus lágrimas y el dolor que llevaba dentro.

Un dolor fuerte se incrustó en mi pecho.

—No soy fuerte como tú Gulf...

Salí al jardín, me gustaba la jardinería para distraerme, el exterior era muy grande.

Pasé con cuidado, regando con agua aquellas plantas que eran mi felicidad.

Había un girasol en especial me recordaba tanto al pequeño, era más bajo que los demás girasoles, pero este era el más vivo y con los mejores colores.

Me acerqué y lo acaricie lentamente.

Esperó estes bien Gulf...

Le dije suavemente.

Pasaron algunos días y aquel girasol se estaba empezando a marchitar, era extraño por qué lo había cuidado como los demás.

El resto estaban lindos y saludables, el que me recordaba a Gulf parecía que iba a morir en cualquier momento.

—¿Qué pasa?

Le dije observando todo de él.

Parecía triste.

Un mal presentimiento vino hacía mí.

No me podía comunicar con alguien, pues no contaba con señal.

Le reste importancia, y entré a la cabaña de nuevo, el olor a madera me invadió, era mi olor favorito.

Me preparé un té, y me dispuse a ver una de laa peliculas que tenia grabadas.

Lentamente caí dormido.

"¡Ustedes son los peores padres del mundo! ¡desearía morirme!"

Me levanté agitado.

Observé mi reflejo en el espejo, la ojeras cada vez se hacían más presentes, esos últimos días no había podido dormir bien, tenía tantas pesadillas y malos recuerdos.

Que desgastante.

Me levanté y salí a la ventana, la luna estaba igual de hermosa como siempre.

Me dediqué a verla, y a sus acompañantes las estrellas.

El sueño se volvió a hacer presente, y me devolví a la cama, rezaba por poder descansar al menos un poco.

El otro día el girasol estaba casi muerto, se me hizo muy extraño, y no pude dejar de pensar en que era una especie de señal.

【 𝑇𝑎𝑡𝑡𝑜 】↠ 𝑴𝒆𝒘𝒈𝒖𝒍𝒇 !¡♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora