【 𝑇𝑎𝑡𝑡𝑜 】↠ 𝑴𝒆𝒘𝒈𝒖𝒍𝒇 !¡♡

d i e c i s é i s

Me dirigí al baño mientras aún la imagen de Mew sin camisa seguía presente en mi mente.

Abrí la ducha y aguante las ganas de gritar, ¡El agua estaba helada!

—¡Gulf, gira hacía la izquierda la cosa esa, la derecha es agua fría!—oí a Mew gritar fuera.

—¡Gracias!

¡Lo hubiera dicho antes!

Hice caso y el agua caliente hizo contacto con mi piel.

—¡Ah!—disfruté la sensación de relajo.

Pasé mis manos por mi rostro tallando bien mis cuencas y demás.

Peine mi cabello hacía atrás, el vapor se hacía presente y se empezaba a acumular.

Minutos después terminé y enrolle una de las toallas, la verdad es que no sabía con que iba a dormir.

—¡Mew!—grité.

El llego en segundos.

—¿Sucede algo?

—¿Tienes algo con lo que podría dormir?—pregunté tímido mientras abría la puerta.

Él se me quedó viendo y asintió mientras se devolvía a su habitación, luego me trajo una camiseta y una pantaloneta.

—Gracias.—ome la ropa mientras cerraba de nuevo la puerta.

Me vestí rápidamente, la ropa no me quedaba tan grande, me vi en el espejo, lucía algo atractivo, tomé mis lentes y me los puse.

Salí, secándome el cabello viendo que Mew se encontraba viendo televisión.

—¿Terminaste?—ne dijo suavemente.

Yo asentí mientras me acercaba y me sentaba a su lado.

Sentía los nervios apoderándose de mi, pensé en como me beso en el parque de diversiones, la manera en como me acorralo, toque mis labios suavemente.

—¿En que piensas?—Mew notó que estaba un poco perdido.

Yo agache la mirada, con un poco de calor recorriendome el rostro.

—Si te lo digo te burlaras.—murmure aún sin verle.

—Claro que no, te lo prometo.

—Estaba pensando en como me besaste hoy...—le miré con mis pupilas soñadoras.

El abrió sus ojos, creo que esperaba de todo menos esa respuesta.

Un silencio corro de colo en la habitación.

—¿Quieres que lo haga de nuevo?—me contestó mirándome los labios.

Yo trague ante su mirada tan intimidante.

Me estremeció un poco.

—Si...

Tiré la toalla un poco lejos.

Mew me miró y se sentó a mi lado.

De nuevo tragué saliva, su cercanía me ponía demasiado nervioso.

Me miró con una mirada algo extraña, nunca la había visto antes.

Acerqué lentamente mis dedos y suavemente mi piel hizo contacto con el metal oscuro de su piercing.

Seguí pasando mi digito por sus labios, se veían tan provocativos, los deseaba.

Mew se acerco a mi, y su fresco aliento chocó con el mío, nos rozamos los belfos, pero no sabía el por qué no los juntabamos de una vez.