【 𝑇𝑎𝑡𝑡𝑜 】↠ 𝑴𝒆𝒘𝒈𝒖𝒍𝒇 !¡♡

d i e c i n u e v e

Entramos a la Universidad, vagos recuerdos pasaron por mi mente, observaba las aulas y los pasillos, tantos lo lugares donde había un Kanawut infeliz.

Pero ahora estaba mucho mejor, sonreía más y me alegraba de ello.

—¿Cómo les fue anoche?—preguntó Ana mientras me miraba divertida.

Yo abrí mis ojos en señal de pánico.

—B-bien.—tosi disimulando.

—Parece que muy bien.—rió ahora Mild mientras señalaba mi cuello.

—¿Qué?—contesté confundido mientras me acercaba a una ventana.

¡Tenía un maldito chupón!

—Tranquilo, es normal.—habló Ana con una burla camuflada.

La vergüenza se hizo presente en mí, de nuevo ¿Cuántas veces ya?

—Así como ustedes, supongo.—devolví las palabras divertido, no me iba a dejar.

—¿Q-que?—el nerviosismo presente en ambos los había delatado.

—Oh, entonces, ¿No fuiste tú Ana quién contestó el celular de Mild?—espete mientras me cruzaba de brazos y ennarcaba una ceja.

Ninguno dijo nada.

—Que obvios.—reí mientras seguía caminando.—¿No vienen?—ellos se habían quedado estáticos.

—¿No estás enojado?—comentó Ana quien cogia el paso.

La miré extrañado.

—¿Acaso debería estarlo?

—Pues, no te dijimos nada, sobre nosotros.—Mild se unió a la conversación mientras señalaba a ella y a él.

—¡¿Ustedes están saliendo?!—pregunté impresionado.

—Pues...si, ¿No lo habías acabado de descubrir?—anunció el más bajo con un gesto de confusión.

—¡Pensé que sólo habían tenido sexo!—grité agarrandome el cabello.—¿¡Desde cuando están saliendo?!—

Ellos se voltearon a mirar diciéndose mutuamente como "la cagamos".

—Un momento, ¡¿No me iban a decir!?—cuestione exaltado señalándoles.

—Si..., pero no sabíamos cómo decirte.—hablo ella.

—Ni cuando.—agregó Mild.

Yo los miré algo ofendido, se supone que eran amigos.

Yo sólo bufé, no sabía como describir el cómo me sentía, o sea es verdad que no los podía presionar a decirme, pero entonces ¿cuánto tiempo hubiese pasado si no lo hubiera sabido hoy?

—No pasa nada.—les dije mientras me dirigía a la oficina.

—En serio que te lo ibamos a decir.—Mild me miró con ojos de cachorro.

—Como les dije, no pasa nada, lo bueno es que pues... ya lo sé.—le contesté mientras le intentaba restar importancia.

Seguí mientras entraba al lugar donde necesitaba, y pase mi carta de retiro.

No se demoró mucho el trámite, ya que en pocos minutos salí.

—Bueno, oficialmente ya no estudio.—hablé sosteniendo la carpeta.

—¿Te encuentras bien?—Ana se levantó mientras se acercaba a mí.

—Si, igual era algo que no me gustaba, me estoy librando poco a poco de todo.—respondí sonriente.