Survivors (Minho & tú)

Capítulo 24

*Narra Jessica*

-Jess, Jess- alguien me despierta y yo me sobresalto.

-¿Qué pasa?- pregunto adormilada, a nuestro alrededor todo es oscuro, no hay ni una luz encendida.

-Es CRUEL, están cerca- en seguida me pongo en pie y salimos sigilosamente de la sala de reuniones- Ve a dormir, es tarde y tienes que descansar- me da un beso en el pelo y se va con Vince.

Miro triste en su dirección y decido irme a dormir, por suerte me arrasa un sueño muy profundo y duermo mejor que cualquier otro día de los anteriores meses, esta vez no me asaltan los recuerdos con Minho.

Al día siguiente alguien me despierta.

-Jessica- es Brenda, susurra porque el resto de personas están dormidas aún, la miro adormilada y con el ceño fruncido.

-¿Qué pasa?- pregunto.

-Es Thomas, se ha ido- me incorporo en seguida, con los ojos como dos órbitas.

-¿Que se ha ido? ¿A dónde?

-Con Newt y Fritanga, estoy segura de que se han ido a la última ciudad

-¿La ciudad de la que hablaba Sonya?

-Ayer estuvimos hablando de la ubicación, Thomas cree saber donde está y no se va a rendir, va a hacer lo imposible por rescatar a Minho

-¿Sabes por dónde han ido?

-Creo que sí, vamos

-¿Ahora?

-Contra antes, mejor

-¿Vamos a ir las dos solas?

-Con Jorge- asiento y cojo mis cosas, nos encontramos en el taller con Jorge y le saludo.

-¿Estáis seguras de querer hacer esto?- pregunta Jorge.

-Nunca he estado tan segura de algo en mi vida- respondo.

-Bien, entonces vamos- nos montamos en una camioneta, Jorge conduce, a su lado está Brenda y yo estoy en el asiento del medio de atrás. Llegamos pronto a un túnel.

-¿Escucháis eso?- pregunto, se escucha mucho barullo dentro, como si estuvieran atacando a alguien.

-Están ahí, están ahí dentro- afirma Jorge.

-¿Están siendo atacados?- pregunta Brenda.

-Sí- respondo quitándome la chaqueta por el calor que me ha entrado de repente- Jorge, déjame conducir

-¿Estás segura?

-Muy segura

-¿Has conducido alguna vez?- pregunta Brenda.

-No, pero con la adrenalina que tengo ahora, puedo hacerlo

-Toma- Jorge me pasa una pistola y me la guardo, cambiamos asientos y ahora yo conduzco, Jorge está a mi lado y Brenda en la parte de atrás, pero en la que no hay asientos.

-Agarraos fuerte- les aconsejo, arranco y piso el acelerador todo lo que puedo, avanzamos a toda prisa y nos metemos en el oscuro túnel, a la mitad de este nos encontramos con que Fritanga, Newt y Thomas están rodeados de Raros, al lado tienen el coche en el que iban puesto boca abajo en el suelo, haciéndonos saber que han volcado por ir demasiado rápido.

Atropello a un par de Raros que están más cerca de los chicos que el resto, Brenda empieza a disparar y a indicar a los chicos que se suban.

-Jorge, ponte al volante- le ordeno, me bajo del coche con la pistola en la mano y me acerco a los chicos al ver que no pueden avanzar hacia nosotros por los Raros. Disparo a los más cercanos- ¡Vamos! ¡Moveos!- los chicos se montan en la camioneta y un par de Raros me tiran al suelo sin darme cuenta.

Disparo a uno y peleo con el otro, pero...evito gritar cuando unos dientes se clavan en mi hombro izquierdo. Me quito de encima al Raro y le disparo, me quito a los otros de encima con ayuda de Brenda. Corro hacia la camioneta y me monto en la parte de atrás de los asientos junto a Thomas y Newt y me pongo la chaqueta antes de que vean mi hombro.

-¿Estás bien?- pregunta mi hermano, le fulmino con la mirada.

-¿Cómo se te ocurre salir sin avisar a nadie? Te voy a matar- digo cogiéndole por los hombros.

-Eh, eh, perdona, lo siento- se disculpa- No quería meteros en esto

-Creo que lo que intenta decir es, gracias por salvarnos- dice Fritanga con una sonrisa desde la parte de atrás donde no hay asientos.

-De nada- dice Brenda con una sonrisa cuando salimos del túnel.

-No os hagáis ilusiones, ese puesto de control era la última defensa de la ciudad. Si estaba infestado de Raros, la ciudad lo estará también- dice Jorge.

-A no ser que hayan encontrado la manera de que no entren- dice Newt mirando por la ventana, nosotros también miramos y Jorge para de repente el coche. Ante nosotros hay una majestuosa ciudad rodeada por unos altos muros para que los Raros no entren.

Bajamos de la camioneta para poder ver mejor.

-Qué gracia, pasamos tres años detrás de los muros intentando escapar y ahora queremos volver a entrar- dice Newt sarcástico.

-Sí, de locos- dice Fritanga.

-Jorge. ¿Cómo entramos?- pregunta Thomas.

-No me mires, hermano, esos muros son nuevos, será la solución que ha encontrado CRUEL- responde Jorge.

-Desde aquí no podremos descubrirlo- dice Brenda, nos volvemos a montar en la camioneta para adentrarnos en los alrededores de la ciudad, pero tenemos que dejar la camioneta cubierta un poco más allá. Al adentrarnos en los alrededores, observamos que hay mucha gente protestando contra CRUEL porque no les deja pasar.

-No me extraña que protesten, en esa ciudad seguro que solo están algunos afortunados elegidos por CRUEL- me quejo rodando los ojos- Así son

De repente escuchamos a un grupo con un megáfono, pasan entre la gente en un coche, algunos dentro y otros subidos en el techo de este, hay uno que cuando pasan frente a nosotros no despega la mirada de Thomas, no puedo distinguirle la cara porque tiene una máscara, igual que sus compañeros, pero cuando me mira puedo jurar que se ha asombrado.

Nos acercamos más a donde va la gente, que es un espacio vallado y nos mantiene unos cuantos metros apartados de la puerta real de la ciudad.

-Ya está, vamos a entrar- dice Thomas demasiado convencido de que podremos, si toda esta gente está aquí protestando porque no han podido entrar, nosotros tampoco podremos.

-Thomas, esto no es lo que estás buscando. Toda esta gente está intentando entrar, ¿y tú crees que vas a conseguirlo?- pregunta Jorge leyéndome el pensamiento.

-No he llegado hasta aquí para ahora dar marcha atrás- pasamos entre la gente como podemos.

-¿En qué coño nos hemos metido?- pregunta Fritanga, me doy la vuelta para mirarle ya que él y Newt está detrás de mí y me doy cuenta de que los chicos de la camioneta con máscaras nos siguen y tienen su mirada fija en nosotros.

-Tenemos que irnos, ya- digo asustada, están viniendo a por nosotros.