Capítulo 4

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Relamo mis labios antes de acercarme a ellos lentamente, no me gusta la gente, creo que ya lo he dejado claro. Me siento al lado de un rubio que me mira curioso.

-Hola- saludan dos chicos sonriendo, sentados frente a mí, yo no digo nada y aparto la mirada.

-¿Te has quedado sin palabras, preciosa?- pregunta el otro, esos dos no parecen amigos de los que están sentados a mi lado (un chico moreno de piel, el chico rubio, un chico moreno y el asiático), es más, parece que se acaban de conocer.

-¿Cómo te llamas?- me pregunta tranquilamente el rubio, parece simpático. Los otros dos chicos se miran molestos por haberlos ignorado a ellos.

-Jessica, ya lo ha dicho antes Janson- respondo seca.

-Bienvenida Jessica, yo soy Newt y ellos son Minho, Winston y Fritanga- miro a cada uno de ellos hasta que mi mente se para en el nombre del rubio- No pareces nueva

-He estado aquí antes- respondo sin querer dar mucha información- Después del Laberinto, como todos

-Tampoco pareces alguien a quien le guste este sitio, incluso si es seguro para todos- dice Newt muy interesado en lo que he dicho.

-¿A dónde crees que les llevan?- pregunto señalando a la puerta, refiriéndome a los chicos que ha elegido Janson, por si acaso ellos saben algo relacionado con CRUEL.

-Lejos de aquí, afortunados- dice uno de los chicos delante de nosotros sentados, que no pintan nada en la conversación pero llevan escuchando desde que he empezado a hablar.

-Es una especie de granja, un lugar seguro, solo pueden llevarse a unos pocos cada día- dice el otro.

-Espera, ¿has dicho Laberinto?- me pregunta Newt después de procesar mis palabras de antes.

-Tío, todos los de aquí vienen de un Laberinto- dice el otro chico.

-¿Qué?- pregunta Newt.

-¿Cuánto tiempo lleváis aquí?- pregunta Minho a los dos chicos queriendo saber más.

-Dos días, aquel tío de allí es el que más lleva aquí, una semana. Él era el único chico de su Laberinto

-¿Todas eran chicas menos él?- pregunta Minho medio sonriendo.

-Los hay que tienen suerte- el chico que dice eso se lleva una mirada mía bastante fea.

Me giro para mirar a donde los demás están mirando, que es el supuesto chico que lleva una semana aquí, y mi corazón se para.

-Aris- murmuro llamando la atención de los chicos en la mesa.

Dios mío, no me acordaba de Aris.

Me levanto llamando la atención de varias personas de alrededor, incluida la de Aris. Lleva el gorro de su chaqueta puesto, por lo que se lo quita en cuanto me ve. Se levanta de la mesa y ambos sonreímos, corremos hacia el otro y nos fundimos en un fuerte abrazo que llevo necesitando desde hace unos días.

-¿Cómo narices sigues viva?- grita mi mejor amigo.

-No lo sé, pero me alegro de verte- nos volvemos a abrazar- ¿Por qué no te has ido todavía al refugio?

-Nunca dicen mi nombre, pero hay algo aquí que me da escalofríos y quiero saber qué es

-Yo sé qué es- nos sentamos en su mesa y nos acercamos más el uno al otro para que nadie nos escuche- Estas personas no son rescatadores, son CRUEL, siguen siendo CRUEL y se supone que esta es la Fase 2. Tenía razón con este lugar, esto no es seguro, no es un refugio. Esas personas...esas personas no van a un lugar seguro, Aris

-¿Qué? ¿Y a dónde les llevan? ¿Tu padre tiene algo que ver?

-No sé a dónde les llevan ni qué hacen con ellos, pero pienso averiguarlo. Y no digas que es mi padre, por favor

-¿Esa es la razón por la que huiste de aquí?

-Sí, él no es mi verdadero padre, cuando era pequeña me vendió a unos hombres para que hicieran experimentos conmigo y para encontrar una cura, él dijo que si no lo hacían ellos, él se aprovecharía de mí igualmente para usar la cura solamente para él mismo, si es que la hubiera en mi sangre

-¿En serio?

-Sí- me callo para mirar alrededor y vuelvo a hablar- Dios cuánto me alegro de que no te hayan llevado a ese lugar, porque te iban a matar o algo peor, estoy segura

Hablamos un rato para conversar y pasar el rato, le cuento todo lo que sé de CRUEL. Él es mi mejor amigo y si pido que no diga nada, no lo hará, además no pienso ocultarle algo así.

En un momento dado giro mi cabeza para mirar a los chicos con los que me he sentado antes, ninguno nos está mirando, cada uno está a lo suyo, menos uno.

Minho.

El asiático nos está mirando, bueno, más bien me está mirando a mí fijamente. Nuestras miradas se conectan y el corazón me late más rápido de lo que esperaba, me recorre una extraña sensación por todo el cuerpo que no había experimentado antes. Conozco a este chico de algo, y sé que mi subconsciente me quiere hacer recordar algo, pero no puedo.

-Eh, ¿me estás escuchando?- pregunta Aris chasqueando sus dedos frente a mis ojos para salir del trance en el que estoy metida, le miro y sonríe.

-¿Por qué me miras así?- pregunto incómoda y un poco sonrojada.

-Ese chico, el asiático, ¿te gusta?

-No le conozco, sólo sé su nombre- me excuso.

-¿Sientes algo cuando le miras? Porque puede ser amor a primera vista

-Leerte tantos libros en el Claro te ha nublado la mente, Aris- me burlo, él se ríe pero sabe que lo que ha dicho es cierto- Solo me suena de algo, he tenido unos recuerdos sin completar en los que salía él, nosotros, pero de pequeños

-¿Es eso posible? ¿Crees que puedes recordar algo de antes del Laberinto?

-No lo sé

-Jessica- Janson entra en el comedor y todo el mundo se queda callado, si hay algo que odio de verdad es que todos se queden mirándome sin decir nada.

-¿Sí?

-Seguro que tienes hambre y estás cansada, acompáñame- miro a Aris por última vez y me levanto de la mesa, pasamos por la mesa de los otros chicos y les miro sin ninguna expresión en mi cara, seria.

Me pongo nerviosa porque realmente no sé a dónde me lleva Janson, si esto es una trampa y quieren hacerme daño....

Survivors (Minho & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora