Capítulo Diez

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I am not the only traveler who has not repaid his debt. I've been searching for a trail to follow again (The Night We Met - Lord Huron)

-Yo creo que el verde te queda mejor. -Oliver me ayudaba a elegir ropa nueva. Necesitaba no llevar siempre la misma. Además, las heridas ya eran casi invisibles, lo que significaba que podía ponerme ropa de verano.

-Sin duda. Me llevo esta. -Era una camiseta. Me quedaba grande, sí. Pero ya no era una sudadera. Un gran paso.

Llevaba mucha más ropa. Oliver la cargaba toda en sus brazos.

-Me empiezan a doler los brazos. ¿Puedes mover tu inexistente culo hacia la caja para que mis músculos puedan relajarse un poco?

-Por el insulto, cargarás con las bolsas después.

En dos semanas me había acercado bastante a los hermanos.

Un poco más a Oliver, ya que Bri pasaba casi todo el día trabajando en la juguetería.

Después de pagar toda la ropa, pasamos a ver a Bri.

- Este te lo robaré. Bueno, mejor dicho, me lo quedo ya. -Bri había metido la cabeza en las bolsas, para cotillear. El que le había gustado era un vestido de estampado floral.

-Si quieres te lo presto, pero trae, es mío. Para una vez que tengo ropa decente...

Tener más amigos aparte de Ian me había hecho darme cuenta de que no era el mismo sentimiento.

No sentía lo mismo por Ian que por Oliver.

A los dos los quería, no de la misma forma.

Entendí que, quizás, me gustaba un poco Ian.

-¡Han puesto un cacharro nuevo! -Casi gritó Oliver, ilusionado.

-¿Qué dice? -pregunté a Bri en un susurro.

-¿Ves al niño de unos seis años montado en el caballo? A eso se refiere.

Cuando volví a mirar a Oliver, estaba peleándose con el niño, en la parte de la tienda donde se encontraban esas mini atracciones con formas de coches o caballos a las que echabas una moneda y se movían.

A lo lejos, lo vi bajando al niño y subiéndose él. Se me escapó una carcajada cuando metió la moneda y el caballo empezó a moverse con él encima.

-Es como un niño.

-De ahí que lo llame Peter Pan cuando me enfado.

-¿Puedo usarlo?

- Claro. Le molesta mucho. Más si se lo dices en tono sarcástico.

-Me lo apunto.

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Llegamos del parque minutos atrás. Ian había estado fumando mientras hablábamos y me había sentido incómoda, porque ahora sabía que no era tabaco -que ya de por sí era malo- sino algo peor.

Le pasé el bol lleno de palomitas a Ian, que miraba atento la película.

-¿Pero por qué va por ahí? ¿No ve que la van a matar? -Yo le decía a la televisión mientras lo observaba. Estaba como ido, me recordó a la primera noche que pasé en su casa.

-Si no va por ahí se acabaría la película.

-¡Pero le persigue un payaso asesino!

-Es lo que tiene ser protagonista de una película de miedo. Te arriesgas a que te maten.

Necesitaba hablar con él. Urgentemente.

-Ian... ¿quieres hablar?

-Si es sobre lo que yo creo, no.

RecuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora