Capítulo Nueve

23 4 25
                                    

So I never really knew you, god I really tried to (Moral Of The Story - Ashe)

Cincuenta mensajes sin leer.

Veinte llamadas perdidas.

Todo de Ian.

Al despertar la mañana siguiente, encontré a Bri a mi lado en la cama.

Yo siempre había odiado todo tipo de drogas. Tanto el alcohol, como cualquier otro. Lo odiaba.

Transformaban a mi padre.

No soporté la idea de que Ian pudiera consumir eso.

Ni de que él pudiera estar metido en un mundo tan peligroso como ese.

Pedí a Bri y a Oliver que me acompañaran a casa.

Y después les ofrecí pasar la noche en mi piso, ya que era bastante tarde y quería devolverles el favor.

Dejé a Bri sola en la cama, ya que aun dormía. Al salir de mi dormitorio, encontré a Oliver en el sofá.

Juraría que podía ver la baba cayendo. Parecía tan cómodo durmiendo.

Me quedé con los codos apoyados en la encimera de la cocina unos segundos.

No me apetecía desayunar nada.

Miré la hora en mi móvil. Las ocho y media de la mañana.

Poco después, la puerta se abrió y dejó ver a una Bri aun medio dormida con la misma ropa de la noche anterior.

—Buenos días. ¿Has dormido bien?

—Nunca había dormido con nadie que pegara tantas patadas por la noche. Tengo mínimo tres moretones nuevos en las piernas. —Bromeó.

Yo sonreí un segundo.

—Lo siento.

—Muchas gracias por esto, Hera. La juguetería abre en media hora, así que tengo que irme, pero te llamaré. Puedes pasarte por la juguetería si necesitas algo, lo que sea.

—Lo sé. —Bri realmente era una buena chica.

—Un segundo.

Dio media vuelta, caminó hacia el sofá y segundos después, Oliver estaba despierto. Parecía imposible, porque el chico tenía un sueño realmente profundo. Pero al parecer, el poder de los dedos de su hermana apretando su oreja funcionó.

—Suéltame, andaré solo. Me vas a arrancar la oreja.

—Si llego tarde por tu culpa convertiré tus órganos sexuales en relleno para osito de peluche.

Sonreí ante la imagen. Hubiera pagado por tener un hermano.

Aunque, pensándolo mejor, daba gracias a que nadie más hubiera tenido pasar conmigo por lo mismo que pasé yo.

—Hera, me caes bien. Ya vendré por aquí. El sofá es cómodo y podemos ver todas las temporadas de The Walking Dead cuando quieras.

—Lo tendré en cuenta.

—Mueve el culo. —Insistió Bri.

—Adiós, chicos. Volved cuando queráis.

—Me lo tomo literal. —Dijo Bri y me sonrió antes de salir por la puerta principal con su hermano detrás. Este último me guiñó un ojo antes de salir.

Esos dos eran un espectáculo. Y supe en el momento, que nos llevaríamos bien.

Caminé hasta la ventana. Tenía vistas de la ciudad desde ahí. Se veía viva.

RecuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora