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-Nanami dijo que te cuidara - el hablo primero- me iré cuando las chicas vengan, así no te quedaras sola en este peligroso lugar

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-Nanami dijo que te cuidara - el hablo primero- me iré cuando las chicas vengan, así no te quedaras sola en este peligroso lugar

-No es necesario que te quedes, tengo las habilidades necesarias para cuidarme sola.

El me ignoro y se recostó en uno de los pequeños sofás de la sala, casi se tumbo por completo en el abriendo levemente las piernas, parecía muy cómodo y eso me molestaba.

Por mi parte saque la mano de mi bolso resignada, lo cerré y deje en la cocina, no sabia en que momento se iría, pero tampoco tenia muchas opciones, me senté en otro sofá mientras el me observaba, tenia inmensas ganas de golpearlo.

-¿Eres virgen, verdad Tara?

Su pregunta me asusto, su rostro cargaba mucha burla y de seguro el mio estaba rojo por completo, aun así mantuve la compostura y solo torcí los labios, con molestia.

-Eso no le incumbe sensei, si va a decir ese tipo de cosas, váyase.

-Llámame Satoru, cuando estemos solos claro.

-No tengo motivos para llamarlo de esa forma, sensei

Trate de ser cortante, no entendía que diablos le pasa  a este hombre, definitivamente estaba loco, el solo se recostó aun más en el sofá, ignorando el hecho de que yo lo miraba de mala manera., necesitaba que las chicas llegaran ya.

Baje la mirada a mi teléfono, no había mensajes de las chicas, necesitaba que llegaran de una vez, nuevamente me levante y camine a la cocina, me serví un vaso de agua y lo tome casi sin parar.

𝗚𝗼𝗷𝗼 𝗦𝗮𝘁𝗼𝗿𝘂, un hombre sumamente raro y bipolar a mi parecer, nunca estuve de acuerdo en asistir a una escuela de hechicería y ahora con el como profesor solo me arrepiento aun más, pero el tío Nanami confía en mi y no pienso decepcionarlo, mi teléfono vibro, era un mensaje de Megumi

•🅗︎🅔︎🅡︎🅜︎🅐︎🅝︎🅘︎🅣︎🅞︎•

𝐌-¿Llegaste a casa?

Tan cortante como siempre, pero bueno, al menos preguntaba y se preocupaba un poco, debía darle crédito por eso.

𝐓-Si, ya estoy en casa, todo va bien.

𝐌- ¿Y Gojo?

𝐓- Se fue hace horas, estoy esperando a las chicas ahora.

𝐌-Bien, buenas noches

𝐓-Buenas noches

Si, le mentí, pero no podía decirle _𝖦𝗈𝗃𝗈 𝖾𝗌𝗍𝖺 𝖺𝗊𝗎𝗂, 𝗉𝗋𝖾𝗀𝗎𝗇𝗍𝖺𝗇𝖽𝗈 𝗉𝗈𝗋 𝗆𝗂 𝗏𝗂𝗋𝗀𝗂𝗇𝗂𝖽𝖺𝖽_ le daría un infarto, o tal vez no pero de seguro vendría corriendo y se crearía una gran disputa, con la que no quiero lidiar. Voltee dispuesta a volver a la sala pero me encontré con el albino parado en el marco de la puerta, el ya no tenia sus gafas, pude ver con claridad sus ojos, esos ojos azules tan brillantes.

_𝖳𝖺𝗋𝖺, 𝖺𝗇̃𝗈𝗌 𝖺𝗍𝗋𝖺𝗌_

Los ojos son la ventana del alma, siempre lo supe, mis padres no me habían dicho eso, o al menos no lo recordaba pero era una palabra que resonaba en mi cabeza sin parar. Apreté con fuerza la manija de mi pequeña maleta, un hombre de cabello negro y enormes ojeras me llevaba a mi nuevo 𝗵𝗼𝗴𝗮𝗿.

Megumi y yo habíamos sido separados, no sabia a donde llevarían a mi hermano, solo estaba asustada, ¿y como no estarlo?; las cosas parecían peligrosas, solo quería ir a casa, con mi padre y mis hermanos.

Pronto el auto que nos llevaba freno frente a un gran edificio, en la entrada un hombre de cabellos rubios parecía esperarnos, mi "𝗮𝗰𝗼𝗺𝗽𝗮𝗻̃𝗮𝗻𝘁𝗲" bajo primero, se acerco al hombre y lo saludo, le dijo algunas palabras que no pude oír y luego ambos voltearon a verme.

El sonrojo en mis mejillas creció, sentía algo de vergüenza, aquel hombre de cabellos negros volvió a acercarse a mi, me hizo una seña con la mano para que bajara. No me quedo de otra más que obedecer, baje junto a mi pequeña maleta, me sentía pequeña ante aquellos hombres, odiaba tener miedo.

-Buenos días -el rubio me saludo formalmente- soy Nanami Kento, a partir de hoy y para siempre seré tu tutor

¿Tutor, en donde estaba Megumi?, estaba asustada, mis piernas temblaban y yo simplemente no sabia como lidiar con estos cambios, di un paso al frente antes de hablar, no debía mostrar debilidad, eso no era lo que mi padre me había enseñado.

- Buenos días -salude de la misma forma- soy Fushiguro Tara, es un honor.

-Puedes retirarte 

Le dio o mas bien le ordeno al otro hombre, luego de que el auto se fuera, el mayor dio media vuelta dispuesto a entrar al edificio, pero yo me quede quieta, era un lugar nuevo y aterrador a mi parecer, solo quería volver a casa.

El pareció notar mi preocupación, dio unos pasos en mi dirección y extendió su mano frente a mi, era mucho más grande que la mía, sujete uno de sus dedos, y me deje guiar por el. Entramos a un ascensor y oprimió algunos botones, no solté su dedo en ningún momento, de cierta forma me hacia sentir segura y protegida.

Las puertas se abrieron, dejando ver un hermoso lugar, bastante grande, el volvió a caminar, adentrándose en el departamento, giramos en un pasillo y al fondo pude ver una puerta de madera muy bonita tenia detalles bien grabados en ella, parecían flores.

El la abrió y me indico entrar, el lugar, era hermoso,pintado en un color rosa pálido, con bonitas luces empotradas, tenia una cama bastante grande, un escritorio, espejos, un tocadiscos, un balcón con vista a la ciudad y varios sofás, había otras dos puertas en el lugar pero aun no sabia de que eran.

-Esta sera tu habitación a partir de ahora - el se acerco a una de las puertas- este es tu baño, y el de ahí -señalo la otra puerta- es tu armario, notaras que hay varias prendas en el, creí que podrías usarlas, pronto iremos de compras.

Note que hablaba con mucha formalidad, me agradaba eso, honestamente el lugar era hermoso, sin duda alguna era una buena persona, ya que debía vivir aquí, mostraría gratitud y buenos modales, esta seria mi vida ahora.

-Muchas gracias -fue lo primero que pude decir.

_𝖠𝖼𝗍𝗎𝖺𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽_

Ahora, sus ojos estaban casi pegados a los míos, su rostro tan cerca incluso podía oler su perfume, era tan raro y era desagradable, no se parecía en nada al tío Nanami.

-𝗚𝗼𝗷𝗼 𝗦𝗮𝘁𝗼𝗿𝘂, 𝘂𝗻 𝗺𝗶𝘀𝘁𝗲𝗿𝗶𝗼-







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