|| Désere||

0.31 𝐹𝑖𝑛𝑎𝑙.

𝑲𝒍𝒂𝒔𝒔
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Ⓢ︎Ⓐ︎Ⓣ︎Ⓞ︎Ⓡ︎Ⓤ︎

La lógica ya no era algo con lo cual se podría razonar, estaban envueltos en demencia, misterios y drama. Algo ya me había quedado claro, Tara era una chica jodida y loca, maldición, no me había dado cuenta, no se guiaba por la lógica, había pasado tantos años reprimida que ahora solo quería sentir todo a la vez. Estaba tan malditamente rota que no podía entender cómo fingía ser una chica normal.

Megumi había sido una creación de sus poderes, pese a que yo cuide de él, jamás lo note realmente, era patético en tantos aspectos, ya no sabía qué hacer ni cómo reaccionar. Me preguntaba si todo lo que había en mi cabeza ahora era real, ya no comprendía nada realmente, todo estaba tan distorsionado.

Klass realmente no existía o al menos había muerto hace años, Tara exclusivamente jugo con Sukuna para poder sentir esa adrenalina de emoción; Maki fue ilusa, Tara le dio las herramientas para destruir al clan Zennin y así ganarse su confianza y destruir el clan, cosa que la harían liberar su furia contra aquellos que mataron a su madre.

Creó que Megumi para no sentir dolor, amar a su hermano la motivaba a seguir con vida y la hacía ser feliz, hizo todo eso para sentir felicidad; Vivió con Nanami para sentir amor, él la respetaba y trataba bien, ella solamente quería atención y él se la daba sin rechistar.

De esta manera las piezas se unían, pero todavía quedaba una, el origen de está demencia, el saber porque diablos Tara actuaba así, porque se había vuelto tan disfuncional y errática, confusa y poco practica. Si lograba averiguar lo que pasaba por su cabeza, tal vez podría saber que le sucedía.

Suspire con cansancio y me tumbe por completo sobre el piso, ya no aguantaba más, no tenía ni la más mínima idea de que hacer ni mucho menos que pensar, escuche la puerta principal abrirse y me incorpore de inmediato, me metí bajo la cama y mantuve en silencio. Inumaki entro a la habitación de Tara, ¿acaso ellos se conocían?, carajo. Vi que abrió el armario se Tara y saco una caja de zapatos, dentro había unas llaves y también un trozo de papel, no pude leer que decía, pero por lo que vi era importante porque él la metió a su bolsillo y salió casi trotando, decidí seguirlo, baje por las escaleras de emergencia hasta el estacionamiento.

El subió a un pequeño auto rojo, supongo que es de Tara, lo encendió y partido, salí del lugar tan rápido cómo pude, subí a mi auto y lo seguí, trate de ser lo más discreto posible, luego de casi 2 horas, llegamos a un bosque muy extenso, en lo más profundo había una cabaña, espere a que él entrara y luego lo seguí, pude ver que Megumi, Nanami y Tara estaban ahí. Di la vuelta al sitio, trepe por unas enredaderas y subí hasta una habitación, Nanami estaba ahí, sentado en un rincón con la mirada perdida.

— Kento — traté de llamar su atención pero el parecía inmerso en sus pensamientos— Kento...

Finalmente, volteo a verme, pero su rostro se veía confuso, sus ojos estaban dormidos, su ropa sucia y sus heridas se veían fatales. Parecía perdido en sus propios naufragios mentales.

—¿Satoru?.

—Joder Kento —me acerqué a él, quedando a centímetros— ¿qué mierda te paso?

—Satoru, ese no es Megumi, es ..., está en la cabeza de Tara.

—¿De que carajos hablas?  Te sacaré de aquí