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|𝖤𝗑𝗂𝗌𝗍𝖾𝗇 𝗆𝗈𝗆𝖾𝗇𝗍𝗈𝗌 𝖾𝗇 𝗅𝗈𝗌 𝖼𝗎𝖺𝗅𝖾𝗌 𝗇𝗈 𝖽𝗂𝗌𝗍𝗂𝗇𝗀𝗂𝗆𝗈𝗌 𝗅𝖺 𝖿𝗂𝖼𝖼𝗂𝗈𝗇 𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝗋𝖾𝖺𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽, 𝗉𝗈𝗋 𝖾𝗅 𝗌𝗂𝗆𝗉𝗅𝖾 𝗁𝖾𝖼𝗁𝗈 𝖽𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝗈𝖻𝗍𝖾𝗇𝖾𝗆𝗈𝗌 𝗉𝗅𝖺𝖼𝖾𝗋 𝖺𝗍𝗋𝖺 𝗏𝖾𝗌 𝖽𝖾 𝗎𝗇𝖺 𝖿𝖺�...

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|𝖤𝗑𝗂𝗌𝗍𝖾𝗇 𝗆𝗈𝗆𝖾𝗇𝗍𝗈𝗌 𝖾𝗇 𝗅𝗈𝗌 𝖼𝗎𝖺𝗅𝖾𝗌 𝗇𝗈 𝖽𝗂𝗌𝗍𝗂𝗇𝗀𝗂𝗆𝗈𝗌 𝗅𝖺 𝖿𝗂𝖼𝖼𝗂𝗈𝗇 𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝗋𝖾𝖺𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽, 𝗉𝗈𝗋 𝖾𝗅 𝗌𝗂𝗆𝗉𝗅𝖾 𝗁𝖾𝖼𝗁𝗈 𝖽𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝗈𝖻𝗍𝖾𝗇𝖾𝗆𝗈𝗌 𝗉𝗅𝖺𝖼𝖾𝗋 𝖺𝗍𝗋𝖺 𝗏𝖾𝗌 𝖽𝖾 𝗎𝗇𝖺 𝖿𝖺𝗇𝗍𝖺𝗌𝗂𝖺; 𝗅𝖺 𝗀𝗋𝖺𝗇 𝗉𝗋𝖾𝗀𝗎𝗇𝗍𝖺 𝖾𝗌, ¿𝖼𝗎𝖺𝗅 𝖾𝗌 𝖾𝗌𝖺 𝖿𝖺𝗇𝗍𝖺𝗌𝗂𝖺? |

Mire con enojo al albino parado frente a mi, por alguna razón lo odiaba con muchas ganas su manera de comportarse, bufe antes de dar la vuelta, tratando de calmarme, observe mi reflejo en el espejo del elevador mientras peinaba mi cabello con mis dedos. Hable de forma calmada, no quería levantar ningún tipo de sospecha hasta estar segura de saber quien era esta persona, seguía esperando aquella respuesta, pero fui interrumpida.

-Si hablamos de deseo -note su tono sarcástico- deseo muchas cosas Tara, pero por ahora, vamos lento, no hay necesidad de apresurarnos.

-No tengo ningún interés en sus deseos, espero comprenda mi petición, deseo negociar mi privacidad y libertad, estoy aquí por mis deseos, no por los suyos.

—¿Acaso no es algo de dar y recibir?

—No tengo nada que ofrecerle, sensei

—No lo se, sorprendeme Tara

•𝗚𝗼𝗷𝗼•

Las cosas estaban difíciles en mi nueva misión, 𝙁𝙪𝙨𝙝𝙞𝙜𝙪𝙧𝙤 𝙏𝙖𝙧𝙖, o más bien la futura princesa era un peligro, no podían controlar el destino y eso afectaba sus planes, debido al rechazo de Megumi hacia el clan Zenin, impedía su relación con este, debido a que el era el primogénito de Zenin Toji, debía ser el siguiente líder del clan, pero por obvias razones aquello no podría ser posible, entonces se decidió que ella lo seria.

Claro que no seria una cosa fácil, era muy terca pero a la vez manipulable, al principio su clan la rechazo, pues no era bien visto que un futuro líder de un clan tan prestigioso compartiera vientre con una mujer, pero hoy en día ya no tenían ,mas opción que acceder, y ahora que ella asistiría a la academia, era mi deber protegerla de todo tipo de daño.

 Decidí que dejaría de jugar con ella, ya no le haría esos extraños comentarios ni nada parecido, no era tiempo para eso, y mucho menos con una niña como ella, mi responsabilidad era mas grande y ahora que ella había notado mis verdaderas intenciones, no se me toleraran los errores, negociar con ella tal vez sea bueno.

 Podía sentir su calor, estaba cerca mio, era tan extraño, Si bien Nanami siempre decía que ella era una chica cálida, de seguro no lo decía por su nivel corporal, moví mis dedos, quería alcanzar su mano, roce su brazo con ellos, pude sentir su piel erizarse, era muy sensible, demasiado, incluso con estos roces podía provocarle escalofríos. Movió el brazo bruscamente, casi con rabia.

-Responda me de una vez, Gojo, no quiero dejar este tema a medias.

-Hay cosas que no puedes saber Tara, que finjas ser una adulta no significa que estés preparada para el golpe de realidad que vendrá

-Soy una adulta, puedo cuidarme sola, no tengo cinco años, dígame la verdad, no necesito una niñera.

-Dímela tu, guardas tantos secretos como yo.

La observe de reojo, esperando alguna reacción, pero solo se mantuvo serena, rasco ligeramente sus muñecas y volvió a hablar. 

-Usted ya debe conocerlos todos - realizo una pequeña sonrisa antes de mirarme de frente- ¿ acaso no le han dado toda mi información ? , se como trabajan los altos mandos.

-¿Lo sabes, realmente sabes cuantas personas están involucradas en esto?, te recomiendo seguir el juego, mantenerte callada y asistir a clases.

-El tío Nanami estará furioso cuando se entere, no pasare por alto esta falta de respeto a mi persona, se van a arrepentir todos aquellos que están involucrados.

-No actúes como ganster - el ascensor abrió sus puertas, finalmente salimos- solo no digas nada, al menos por ahora o pondrás en peligro a Nanami.

En el poco tiempo que conocía a esta niña, había notado dos cosas, la primera, era muy lista, demasiado y la segunda, era una maldita malcriada, Nanami la había consentido de mas, como tutor, debía entregar un informe psicológico de la niña una vez al mes. Antes de venir había revisado varias carpetas, nunca se mostraban comportamientos inusuales, según los reportes, Fushiguro Tara era una niña tranquila, sociable y responsable, no le costaba ocultar sus poderes y no tenia intención de saber de su familia paterna. Si bien solía hablar de su padre, solo decía cosas pequeñas y poco importantes.

Papi me cargaba

Papi me compraba dulces.

Papi me daba un beso de buenas noches

Sus relatos sobre el difunto Toji no variaban en nada, al contrario de los de su madre, hablaba muy poco de ella o mas bien casi nada, cada vez que alguien trataba de preguntarle, ella hacia un berrinche y la conversación terminaba, Nanami nunca le puso limites y siempre cedía ante sus caprichos. La información que daba de su madre siempre era la misma, repetía esa oración una y otra vez.

Mami se fue, papi se quedo, el me ama y me protege, no necesito a mami.

Ahora que la miraba de cerca, se parecía bastante  Toji, esa mandíbula y nariz, eran una copia exactas a las de su padre, ignore mis estupideces y salí del edificio, mi auto estaba en frente, le abrí la puerta y espere  a que ella subiera, luego hice lo mismo y puse el auto en marcha, ya íbamos tarde a la primera reunión del día. Esta vez no pusimos música y el camino fue excesivamente silencioso, el trafico no era pesado pero si molestaba un poco, la miraba de reojo por el retrovisor cada cierto tiempo, esperando ver una expresión diferente en su rostro, pero se mantenía seria.

-Cuando lleguemos, conocerás a mas estudiantes - trate de iniciar una conversación- se amable con ellos.

-Se comportarme muy bien, gracias

Hablaba con Ira, se nota que nuestra conversación no le grado ni un poco, cuidarla seria mas difícil de lo que creía, mierda, primera ve que llego temprano a una reunión y me encargan a la mocosa.

No se cómo Toji lidiaba con ella o que estupido secreto le entrego, pero los altos mandos querían tenerlo y al parecer era algo de emergencia, lo declararon secreto de estado. Tara no sabía nada o fingía muy bien no saberlo, claro que eso no cambiaba el hecho de que ahora era su niñera personal. Por algo escogí a Megumi, el era más tranquilo.

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