J A S ▪︎ ||Just A Second|| ▪︎ [YiZhan]

14

— Antes que nada... Empezaremos por lo más fácil... Todo lo que tienes que saber, y también sé que te va a volver loco. ¿Ves esto? — de su bolsillo había sacado dos pequeñas cajas negras redondas y menor asintió.

Zhan lanzó las cajitas al piso, juntó su dedo índice y anular, una pequeña luz salió de ellos en dirección a las cajas convirtiéndolas en dos majestuosas motocicletas deportivas.

— Ay por dios — susurró Yibo con asombro y como si de un niño pequeño y curioso, corrió hacia una de ellas.

— ¡NO ESPERA!

Al momento de acercarse y tocar una de las motos, un campo de fuerza se accionó haciendo que el menor chocara contra él y cayera al piso.

— Tienen un campo de protección — terminó de decir.

— Aauh — se quejó Yibo girando sobre su costado y haciéndose bolita en el suelo.

— No seas apurado para próxima, o quizás mejor, déjame terminar de hablar — retó mientras lo ayudaba a levantarse.

— La de filos morados es mía, la negra es tuya, te golpeó porque no te reconoció como su dueño.

— Entonces. ¿Esto es mío? — el mayor asintió.

— Regalo de cumpleaños número dieciocho de parte de tus padres.

— ¡Waao! —  se acercó y se sentó en la que era para él.

— Zhan-ge. ¿Dónde está la llave? — preguntó, buscando la ranura para las llaves.

— Esa es la mejor parte... Pon tu mano sobre esta placa y enciende tu llama — al hacerlo, la placa se iluminó pero se volvió a apagar al igual que la llama del menor.

— ¿Qué se supone que debería de pasar?

— Abre tu mano y en vez mostrar tu llama, has que sea una llave — Yibo así lo hizo y efectivamente apareció una llave.

— Ahora sí, enciende tu llama y deja que la consuma.

— Se va derretir.

— No lo hará.

El menor obedeció, al hacerlo vió como pasaba todo lo contrario a lo que imaginó, la llave era la consumía su llama y no al revés, luego de unos segundos ya no era una llave normal, esta era completamente de fuego.

— Ahora pon la llave sobre la placa

Al hacerlo, pudo ver como su moto se pintaba de franjas doradas y rojas.

Sonrió. No cabía de la emoción, era literalmente su moto soñada, y eso que nunca soñó con una que luciera así.

— Bien, estas motos funcionan como las motos normales de aquí, frenos, caja de cambios, embrague, sencillo... El problema, es que son mucho más rápidas.

— ¿Qué tan rápidas? — preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.

— Siete veces más que la velocidad límite de una moto deportiva promedio. Eso quiere decir que para ir a una velocidad normal en una de estas, tendrás que ir a paso tortuga en una de las de aquí...

— Pero que hermoso — dijo Yibo bajando su tronco para abrazar el vehículo de dos ruedas.

— Pero como eso no pasará y no te la llevarás a ningún lado no es necesario — sonrió al ver que había adivinado las intenciones del menor y cómo la su sonrisa desaparecía.

— ¿Pero si puedo usarla verdad? — el mayor asintió.

— Pero solo en ocasiones importantes, escapar por ejemplo, cuando te estén persiguiendo y yo no esté, y cuando tenga que enseñarte a manejarlas, solo en esas ocasiones — señaló con su dedo y Yibo asintió.