J A S ▪︎ ||Just A Second|| ▪︎ [YiZhan]

24

Dos hombres de gran tamaño con pesadas botas y armadura, con espadas igual de pesadas, eran dos hombres que desprendían una especie de aura negra, aterradores, eran dos hombres muy intimidantes que caminaban hacia la cabina principal de la nave donde se encontraba Yibo. Estos abrieron la puerta de golpe haciendo sobresaltar al castaño.

Al no ver a Zhan por ningún lado se asustó, vio como aquellos hombres se acercaban a él y a Cyrus, no sabía cómo funcionaban las cosas, pero sí sabía que luchar, el problema era que Zhan nunca le había enseñado a hacerlo sin gravedad, y ahora sí se sentía como un pedazo de carne en jaula de leones.

— ¡¿Príncipe Aagney que está sucediendo?! — se escuchó de la pantalla.

— E-ellos están aquí.

— ¡¿Dónde está Zhan?!

— No l-lo sé.

Uno de los hombres se acercó a la radio y puso su mano encima haciendo que salga humo.

— ¿Qué le hicieron a mi Ge? — preguntó con el enojo y miedo apoderándose de él.

— ¿Quién? ¿El rey Aarón?... Probablemente ya este muerto — habló el más alto de los hombres con una voz que Yibo describía como la voz del horror, fuerte, airosa, y muy grave.

— Eso-eso no es cierto — apretó el cinturón con fuerza.

— No seas ingenuo niño. ¿Sabes dónde estamos hora mismo?... Nada sobrevive allá afuera.

— ¡NO ES VERDAD! — gritó con lágrimas en sus ojos.

— Solo necesitamos tu llama.

— ¡Están idiotas si creen que van a llevarme!

— No vamos a llevarte, vamos a matarte. Ya seas por las buenas o por las malas-

— ¿Qué tal si yo elijo? — un golpe en el cuello hizo que el hombre cayera al piso.

— Zhan-ge — llamó con lágrimas cayendo.

El otro intruso se abalanzó contra Zhan y comenzó una pequeña pero muy potente batalla.

Yibo pudo ver sangre en el suelo de la nave, pasó su vista rápidamente al pelinegro comprobando si estaba herido y efectivamente, el brazo  de Zhan estaba sangrando. Trato de desabrochar el cinturón de seguridad para ir a ayudar a su mayor, pero un grito lo detuvo.

— ¡NO LO HAGAS! — era Zhan quien lo advertía.

— ¡Ya me estás hartando! — dejó de forcejear con aquel hombre, dio un paso hacia atrás y su cabello empezó flamear junto con pequeño rayos que comenzaban a envolver las llamas.

Estaba elevando el nivel de sus llamas, al abrir sus ojos, estos brillaban de un potente y electrizante violeta. Tomó al hombre del cuello y lo elevó para lanzarlo contra la pared, y por el golpe, quedó inconsciente. Zhan como pudo juntó los dos cuerpos inconscientes, de su mano se deslizaba una cuerda morada que a su alrededor recorrían rayos del mismo tono, ató a los hombres y con cansancio cayó al suelo de rodillas.

— ¡Zhan! —  nuevamente intentó sacar el cinturón.

— ¡No! Estoy bien... Estoy bien — se paró con algo de dificultad dejando que solo sus ojos volvieran a la normalidad.

— Tu brazo...

— Solo es un pequeño rasguño, estoy bien — calmó acariciando con delicadeza los cabellos del menor. — Tranquilo.

Caminó hasta la silla del piloto dejándose caer y soltando un suspiro.

— ¡Cuando entres cierra bien la puerta!