Capítulo 26

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Eva

Era hoy. Por fin, hoy. Por fin me iban a desconectar del catéter de oxígeno. Por fin me iban a quitar el tratamiento del suero. Por fin iba a salir al aire libre. Pero sobre todo, por fin, iba a verle a él. 

Salgo de la cama y espero a que Bea entre a mi habitación para ayudarme. Necesitaba saber donde, cuando y como. Al cabo de 15 minutos, la enfermera entra entusiasmada y empieza a sacar ropa y más ropa de la bolsa que traía.

Eva: Pero Bea...¿qué es todo esto?

Bea: - me mira perpleja, pero después sonríe. - ¡Vamos, Eva! ¡Vas a volver a ver al amor de tu vida! ¿Acaso no es importante? Anda, ponte mona. Que esta ropa de hospital no vale pa'na'. - dice de forma informal. Aunque hay algo que me llama la atención. - 

Eva: ¿Cómo sabes qué es el amor de mi vida? - me mira callada y después, vuelve a sonreír, pero esta vez de una forma más tierna. - 

Bea: Ay, cariño. - dice tocándome la mejilla. - Se nota cuando hablas de él. Aparece un brillo en tus ojos que lo indica claramente. - esta vez, su mano pasa a mi cabello y me lo acaricia hacia abajo hasta llegar a mi hombro. Finalmente, suspira. - Cuídalo, ¿vale? No creo que exista alguien más que te haga más feliz. - yo asiento, decidida, y dispuesta a cumplir lo que me acababa de pedir. - 

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Raúl

Entro por la puerta y cierro esta con fuerza. Le veo. Todavía dolorido y soñoliento. Pero me da igual. Hoy es el día.

Raúl: ¡Vamos, imbécil! ¡Levántate! ¡Tenemos que ir al hospital, y no por tu estúpido brazo!

Él me mira, cansado y ensangrentado. No parece tener ninguna reacción. Enfurecido, agarro su camiseta y le levanto como puedo.

Raúl: ¡Venga! ¡¿Estás sordo o qué?!

X: ¿Señor? - escucho a mis espaldas. - 

Es Carlos.

Raúl: ¿Qué quieres? - digo molesto. - 

Carlos: Perdone si molesto, pero pensé que si curábamos al señor Andrés quizá podría ayudar en el atraco. - miré a ambos. Vi que tenían miedo, miedo de mi respuesta, pero aun así me pareció buena idea. - 

Raúl: Bien. Que así sea. Pero... - esperé para dar más tensión. -  Con la condición de que él nos haga el trabajo sucio...

Le miré, y él, enfurecido pero temeroso, aceptó.

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Hugo

Cojo todo lo que necesito. Las gafas de sol, la chaqueta, el reloj...y lo más importante: la rosa.

Voy al lugar que ha dicho Bea. El pasillo tres, tirando a la derecha, y enfrente de la cafetería.

Los nervios recorren mi cuerpo. Los pensamientos, mi cabeza. 

Y entonces la veo. 

A Bea. 

Me ve, y rápida como un rayo, me dice con la mano que venga.

Bea: ¡Corre! Está al caer.  - yo asiento, nervioso. - 

Empiezo a frotarme las manos.

Bea: Hugo...no exageres. - sonrío y suelto una pequeña risa bajita. - 

X: Está bajando. - anuncia otro enfermero. - 

Espera, ¿qué?

Cuando me quiero dar cuenta, más de 20 enfermeros, enfermeras, doctores y doctoras esperan impacientes su llegada.

Hugo: Bea... - digo mirando a mi alrededor. - ¿Qué es todo esto?

Bea: ¡Hugo! Una pareja se va a reencontrar...¡en este hospital se celebra todo! ¡Es super importante para nosotros! - yo hago una mueca. - 

Hugo: Bea...no exageres. - ella se queda perpleja al darse cuenta que he utilizado su misma frase, y mueve la cabeza. - 

X: ¡Ya llega, ya llega! - nervioso, miro a la puerta, y encuentro sus ojos azules, mirando directamente a los míos. - 

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Raúl

Raúl: ¡Vamos! ¡Todos fuera del coche!

Los otros cinco hombres vestidos de negro y yo nos dirigimos a la puerta trasera del hospital.

Allí, Mario, nuestro infiltrado en el hospital, nos abre las puertas necesarias.

Raúl: ¿Estáis todos listos? ¿Armas preparadas? - asienten. - Bien, cambiaos.

Mario nos dio los uniformes y en cuestión de minutos ya estábamos listos.

Raúl: Guardad las armas en los bolsillos. - obedecieron y nos dirigimos al pasillo indicado. - ¿Preparados? - solo nos quedaba llegar a el último pasillo. - 

Andrés: ¡Espera! - dijo. - ¿Estás seguro de esto? - yo sonreí irónicamente. - No podría estarlo más.

Me miró y tragó saliva. Parecía indeciso. Pero tenía que hacerlo, o le costaría la vida.

Seguimos caminando y nos paramos justo al final. Solo quedaba doblar la esquina. 

Raúl: Encended armas. - había tensión en el ambiente, y se oía ruido de fondo. Tenían que estar ahí. - A la de tres. - todos permanecían en silencio. - ...Una... - nos posicionamos las manos. - ...Dos... - pusimos el dedo en el gatillo, y... - ...¡Tres! - 








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Holaaa

Perdón por estar tan inactiva. El concierto de cierta persona pasado mañana me trae loca jaja.

Hoy un capitulillo más corto.

¿Qué creéis que ha pasado?

¿Habrán dado a alguien?

¿De qué trabajo se encargará Andrés?

Lo descubriremos en el próximo capítulo, donde habrá un flashback de alguno de los criminales, y donde se explicará su plan.

Mil gracias por leer. Si os ha gustado votad y comentad.

Aviso por aquí que si me pongo las pilas con esta novela, la próxima (Por Siempre) empezará aproximadamente entre el 5 y el 8 de JULIO. Iré avisando cositas de todas formas.

Gracias bonitxs <3.

Insta: paradoja_temporal 

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