Eva
Era hoy. Por fin, hoy. Por fin me iban a desconectar del catéter de oxígeno. Por fin me iban a quitar el tratamiento del suero. Por fin iba a salir al aire libre. Pero sobre todo, por fin, iba a verle a él.
Salgo de la cama y espero a que Bea entre a mi habitación para ayudarme. Necesitaba saber donde, cuando y como. Al cabo de 15 minutos, la enfermera entra entusiasmada y empieza a sacar ropa y más ropa de la bolsa que traía.
Eva: Pero Bea...¿qué es todo esto?
Bea: - me mira perpleja, pero después sonríe. - ¡Vamos, Eva! ¡Vas a volver a ver al amor de tu vida! ¿Acaso no es importante? Anda, ponte mona. Que esta ropa de hospital no vale pa'na'. - dice de forma informal. Aunque hay algo que me llama la atención. -
Eva: ¿Cómo sabes qué es el amor de mi vida? - me mira callada y después, vuelve a sonreír, pero esta vez de una forma más tierna. -
Bea: Ay, cariño. - dice tocándome la mejilla. - Se nota cuando hablas de él. Aparece un brillo en tus ojos que lo indica claramente. - esta vez, su mano pasa a mi cabello y me lo acaricia hacia abajo hasta llegar a mi hombro. Finalmente, suspira. - Cuídalo, ¿vale? No creo que exista alguien más que te haga más feliz. - yo asiento, decidida, y dispuesta a cumplir lo que me acababa de pedir. -
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Raúl
Entro por la puerta y cierro esta con fuerza. Le veo. Todavía dolorido y soñoliento. Pero me da igual. Hoy es el día.
Raúl: ¡Vamos, imbécil! ¡Levántate! ¡Tenemos que ir al hospital, y no por tu estúpido brazo!
Él me mira, cansado y ensangrentado. No parece tener ninguna reacción. Enfurecido, agarro su camiseta y le levanto como puedo.
Raúl: ¡Venga! ¡¿Estás sordo o qué?!
X: ¿Señor? - escucho a mis espaldas. -
Es Carlos.
Raúl: ¿Qué quieres? - digo molesto. -
Carlos: Perdone si molesto, pero pensé que si curábamos al señor Andrés quizá podría ayudar en el atraco. - miré a ambos. Vi que tenían miedo, miedo de mi respuesta, pero aun así me pareció buena idea. -
Raúl: Bien. Que así sea. Pero... - esperé para dar más tensión. - Con la condición de que él nos haga el trabajo sucio...
Le miré, y él, enfurecido pero temeroso, aceptó.
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Hugo
Cojo todo lo que necesito. Las gafas de sol, la chaqueta, el reloj...y lo más importante: la rosa.
Voy al lugar que ha dicho Bea. El pasillo tres, tirando a la derecha, y enfrente de la cafetería.
Los nervios recorren mi cuerpo. Los pensamientos, mi cabeza.
Y entonces la veo.
A Bea.
Me ve, y rápida como un rayo, me dice con la mano que venga.
Bea: ¡Corre! Está al caer. - yo asiento, nervioso. -
Empiezo a frotarme las manos.
Bea: Hugo...no exageres. - sonrío y suelto una pequeña risa bajita. -
X: Está bajando. - anuncia otro enfermero. -
Espera, ¿qué?
Cuando me quiero dar cuenta, más de 20 enfermeros, enfermeras, doctores y doctoras esperan impacientes su llegada.
Hugo: Bea... - digo mirando a mi alrededor. - ¿Qué es todo esto?
Bea: ¡Hugo! Una pareja se va a reencontrar...¡en este hospital se celebra todo! ¡Es super importante para nosotros! - yo hago una mueca. -
Hugo: Bea...no exageres. - ella se queda perpleja al darse cuenta que he utilizado su misma frase, y mueve la cabeza. -
X: ¡Ya llega, ya llega! - nervioso, miro a la puerta, y encuentro sus ojos azules, mirando directamente a los míos. -
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Raúl
Raúl: ¡Vamos! ¡Todos fuera del coche!
Los otros cinco hombres vestidos de negro y yo nos dirigimos a la puerta trasera del hospital.
Allí, Mario, nuestro infiltrado en el hospital, nos abre las puertas necesarias.
Raúl: ¿Estáis todos listos? ¿Armas preparadas? - asienten. - Bien, cambiaos.
Mario nos dio los uniformes y en cuestión de minutos ya estábamos listos.
Raúl: Guardad las armas en los bolsillos. - obedecieron y nos dirigimos al pasillo indicado. - ¿Preparados? - solo nos quedaba llegar a el último pasillo. -
Andrés: ¡Espera! - dijo. - ¿Estás seguro de esto? - yo sonreí irónicamente. - No podría estarlo más.
Me miró y tragó saliva. Parecía indeciso. Pero tenía que hacerlo, o le costaría la vida.
Seguimos caminando y nos paramos justo al final. Solo quedaba doblar la esquina.
Raúl: Encended armas. - había tensión en el ambiente, y se oía ruido de fondo. Tenían que estar ahí. - A la de tres. - todos permanecían en silencio. - ...Una... - nos posicionamos las manos. - ...Dos... - pusimos el dedo en el gatillo, y... - ...¡Tres! -
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Holaaa
Perdón por estar tan inactiva. El concierto de cierta persona pasado mañana me trae loca jaja.
Hoy un capitulillo más corto.
¿Qué creéis que ha pasado?
¿Habrán dado a alguien?
¿De qué trabajo se encargará Andrés?
Lo descubriremos en el próximo capítulo, donde habrá un flashback de alguno de los criminales, y donde se explicará su plan.
Mil gracias por leer. Si os ha gustado votad y comentad.
Aviso por aquí que si me pongo las pilas con esta novela, la próxima (Por Siempre) empezará aproximadamente entre el 5 y el 8 de JULIO. Iré avisando cositas de todas formas.
Gracias bonitxs <3.
Insta: paradoja_temporal
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Siete mil millones de cosas.
Genç Kurgu"Si a ustedes alguna vez cuando veis una persona os entran las siete mil millones de cosas por el cuerpo, me podréis entender" Historia Evugo. 2ª novela. Espero que os guste. Él, triunfando en la música. Ella, con la música dejada un poco a un lado...