A la mañana siguiente Alice se levanto lo más rápido que pudo para poder ver a Iruma antes de que este se fuera de su casa, sin que nadie se diera cuenta volvió a atravesar la puerta al mundo humano, con una sonrisa en su rostro fue hasta la casa de Iruma y volvió a subir el mismo árbol que daba a su ventana.
Se preguntaba como era estar todo el tiempo con el peli-azul, a lo mejor su obsesión con el chico se estaba haciendo más grande con casa día que pasaba, pero como no obsesionarse con él, él era el ser más perfecto que sus endemoniados ojos habían visto jamás.
Sin que el peli-azul se diera cuenta se acerco a la ventana, noto que esta estaba cerrada con llave pero no era nada para detenerlo, a como pudo forzó la ventana y entro a la habitación del peli-azul. El chico se encontraba aún durmiendo, Alice se acerco a donde se encontraba y con sumo cuidado le acaricio la mejilla, Alice al fin pudo sentir la suavidad de esa hermosa piel.
Todo de él le gustaba, la manera en como sus respiraciones se acompasaba con la suya al estar cerca era una de las experiencias más placenteras que había tenido en su corta vida, verlo dormir a esa distancia era sin dudas la cosa más maravillosa que le podía pasar.
El peli-rosa quería continuar con aquellas caricias pero no pudo, ya que noto como el peli-azul se levantaba y se quedaba mirando a la nada, durante unos segundos pensó en acercarse nuevamente pero se quedo en su lugar sin hacer nada de ruido.
—Iruma — escucho que alguien le hablaba al chico para después abrir la puerta, Alice con rapidez se escondió en otro lugar lejos de la vista de la otra persona, ya que el que Iruma no pudiera verlo no significaba que alguien más no pudiera hacerlo — tu abuelo te esta esperando para desayunar — escucho que le dijeron para después notar como aquella persona entraba por completo a la habitación, agradecía que no se volteara a donde estaba, una vez que lo vio irse se acerco a Iruma.
—¿Dormiste bien? — le susurro en la oreja una vez se acerco a él. Vio como el chico volteaba de un lugar a otro como si con ello pudiera encontrarlo. "Es una lastimas que no puedas" se dijo a si mismo.
—Solo son imaginaciones mías — se dijo Iruma. El tenerlo a esa distancia era tortuoso para él, pero no podía permitirse que alguien más pudiera verlo, si ese llegase a ser el caso, él tendría que desaparecer por un tiempo y no lo quería. Por ello se planteo la idea de esconderse de todos y de todo si con ello conseguía estar más tiempo con Iruma.
Con sumo cuidado se volvió a acercar a él para después volver a susurrarle — ¿Enserio lo crees? Te imagine más inteligente Iruma — le gustaba ver a Iruma sumirse en la desesperación, no lo podía evitar, era parte de su naturaleza.
El ver como Iruma daba vueltas por toda su habitación era una de las cosas más placenteras por ver, verlo sumido en la desesperación por ser visto por alguien más, pero para su mala suerte este salió de la habitación escaleras abajo.
No quiso seguirlo por si alguna persona dentro de esa casa lo notaba, era mejor quedarse en donde estaba por si su chico volvía. Después de muchos minutos noto que no volvía, así que decidió irse del lugar. Al caminar por las calles se preguntaba si esa era la mejor manera de estar con el peli-azul, ¿Por qué su mamá se oponía a que él estuviera con Iruma? ¿Por qué el destino le emparejo con un humano? Aquellas preguntas inundaban su mente sin descanso alguno.
Siguió caminando entre las sombras de la ciudad cuando lo noto nuevamente, solo había pasado una hora cuando lo vio caminando, así que como era costumbre se atrevió a perseguirlo y ver a donde se dirigía.
Grande fue su sorpresa al verlo junto a otros dos demonios y para su mala o buena suerte eran Clara y Lied.
En la oscuridad de mis pensamientos, se agita el temor de perderte, un miedo que consume mi ser, un fuego que arde fuertemente.
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Lo Que Oculta La Noche | IruAzz || EDITANDO
FanfictionIruma tenia una vida tranquila y relajada hasta que aquella noche lo escucho por primera vez. Iruma no tenía ni idea que aquel ser convertiría su vida en una montaña rusa de emociones. -¿Estas seguro de ello? - una voz le preguntó. -Sólo es mi imagi...