No podía creer que aquel chico pudiera escucharle por medio de sus pensamientos, no sabia si estar feliz por ello o estar triste ya que era la única forma de poder comunicarse con él, eligió la primera, ya que al menos tenia una forma de comunicación.
Vio como Iruma se levantaba de manera rápida al escucharle en su mente, le era graciosa la manera en la cual veía a todos lados para comprobar que nadie más estuviera en su habitación y es que nadie estaba en aquel cuarto, solo estaba el pequeño Iruma ya que él se encontraba en el árbol que se encontraba cerca de su ventana.
Lo vio acercarse a la ventana y por un momento sintió que el miedo lo invadía ¿Qué si ahora lo podía ver? ¿Qué le diría? "Hola soy quien será tu pareja por el resto de tu vida" Ni que estuviera tan loco como para decir aquello y más sabiendo que el chico no le creería tan fácilmente.
Después de algún tiempo noto como Iruma se quito de la ventana sin ni siquiera notarle, respiro con normalidad pues se quito aquel peso de encima, pensó que a lo mejor si Iruma pudiera verlo le daría miedo y no querría verlo o tenerlo cerca.
—Sólo es mi imaginación — escucho que Iruma se dijo así mismo como manera de poder tranquilizarse.
Le gustaba ver esa faceta del peli-azul, le gustaba ver como el nerviosismo inundaba todo su cuerpo, como el chico era consumido por la preocupación de tener a alguien cerca y que al mismo tiempo no sea capaz de poder verlo, era angustia era palpable a sus ojos y le gustaba.
No aguanto más y volvió a hablarle en la mente — Es lo que tu crees, Iruma — con una sonrisa en su rostro miro fijamente al chico y como este entraba nuevamente en pánico.
Antes de irse del lugar miro nuevamente a la ventana de Iruma, anhelando el momento de poder estar a su lado, anhelando el momento en el que se pueda aparecer en frente suyo y entablar una conversación normal, poder velo sonreír de cerca y escuchar su voz.
—Deberías dejarlo — susurro a su lado un sirviente de su familia — sabes que no podrás estar junto a él, vamos la señora lo espera en casa — le dijo y con pasos pesados y con el alma dolida, salió del lugar siendo respaldado por el sirviente más fiel de la señora Asmodeus.
—Volveré a ti Iruma — se dijo a su mismo el chico peli-rosa saliendo del lugar.
Sin darse cuenta ya estaba en frente de su madre Asmodeus Amaryllis
—¿Te das cuenta de lo que te pudo haber ocurrido haya afuera? — pregunto Amaryllis con un gran enojo.
—No me paso nada — le contesto Alice — estoy muy bien, solo quería verlo ¿Es que no puedo hacer eso? — Para Amaryllis ver a su hijo de esa manera era doloroso, ella sabia muy bien como se sentía su pequeño Alice, pero tampoco quería correr el riesgo de perder a su hijo, no cuando sabia las consecuencias de ser emparejado con un humano.
—Te entiendo cariño, pero debes de entender que no quiero perderte — con cuidado se acerco a su hijo para después estrecharlo entre brazos — solo quiero verte feliz, no quiero que nada malo te pase — unas que otras lagrimas escaparon de los ojos de la mujer.
Alice se dejo abrazar, sin embargo no olvidaba la idea de poder estar con el chico que el destino le tenia, desde que lo vio supo que su endemoniado corazón seria solo para ese chico, no le importaba nadie más que él.
Además estaba dispuesto a correr cualquier riesgo con tal de pasar sus días con él.
Ámame, utiliza mi ser de la manera que quieras, suéltame, no aguanto esta tortura, quiéreme, antes de que cometa una locura, úsame, con mucha dulzura.
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Lo Que Oculta La Noche | IruAzz || EDITANDO
Fiksi PenggemarIruma tenia una vida tranquila y relajada hasta que aquella noche lo escucho por primera vez. Iruma no tenía ni idea que aquel ser convertiría su vida en una montaña rusa de emociones. -¿Estas seguro de ello? - una voz le preguntó. -Sólo es mi imagi...