Lo Que Oculta La Noche | IruAzz || EDITANDO

Capítulo 20

La peli-rosa caminaba de la mano junto al chico rubio, ambos mantenían una sonrisa en su rostro, ya llevaban muchos meses en aquella relación, la mayoría de los chicos de aquella escuela pensaban que la chica se aburriría de Kiyoshi en algunas semanas, sin embargo, aquello no era verdad, la chica se veía más que enamorada, su "hombre" como ella le llamaba era un chico muy tranquilo, así como también bondadoso con todos, lo que más le gustaba del chico es que era muy detallista e inteligente, aunque también se veía como todo un chico malo con aquellas perforaciones en la oreja y labio, cosa que la volvía loca en algunas ocasiones.

—En algunos días tengo que regresar a casa — dijo la chica mientras caminaba de la mano del otro.

—¿Por qué? — susurro.

—Tengo que asistir a una reunión familiar — no quería mentirle al chico, pero tampoco podía decirle que estar tanto tiempo en el mundo humano la estaba debilitando.

—¿Cuándo volverás? — pregunto mientras se detenía, mirando a la chica a los ojos noto como ella sufría por aquella pequeña separación.

—Tratare de no tardar mucho, lo prometo — con sus manos, tomo las mejillas del chico quien simplemente cerro los ojos al sentir el tacto de la mujer.

—Esta bien —  susurro, no quería que la chica se sintiera presionada por lo cual acepto que ella se fuera, confiaba totalmente en ella.

—Nos podemos ver antes de que me vaya — ella dijo haciendo que el chico en frente de ella se emocionara.

—Si, si quiero — termino por decir dedicándole un beso a la chica.

Amaryllis quería hacer todo lo posible porque el chico fuera feliz, porque al ser él feliz, ella lo era. Siguieron caminando hasta que llegaron a la casa de la chica quien se despidió de Kiyoshi con un suave besos en los labios para después irse de a su casa. ¿Podre sellar nuestro vínculo? Se pregunto con algo de duda, quería hacerlo con él, poder estar junto a él, no ocultarle lo que verdaderamente es, pero lo que siempre la detenida es saber si Kiyoshi la aceptaría, si la seguiría amando aun cuando supiera que ella era un demonio y no una simple humana.

"La forma de poder culminar el vínculo que los hará verdaderas almas gemelas, es entregarse al amor, hacerse uno solo, danzar en el mar de la lujuria siendo consumida por el amor que le tienes a tu pareja, una vez que ambos sean uno podrán sentirse más que nunca, estar juntos los hará sentirse completos, sin embargo, no lo hagas si sientes que tu pareja destinada no te aceptara."

—Lo hare — susurro — él me ama tanto como yo a él.

Amaryllis tenía que regresar al inframundo por algunos días, ya que al estar tanto tiempo en el mundo humano la estaba debilitando más rápido de lo normal. Ese era uno de los requisitos que tenía que cumplir si quería estar más tiempo en el mundo humano.

"Cada cuatro meses, se debe de ir al inframundo ya que estar tanto tiempo en el mundo humano afecta el desarrollo como demonios, haciendo que poco a poco pierdas el control sobre ti, así como también por instinto sucumbes a las ganas de saciar tus deseos."

No le molestaba tener que irse cada cierto tiempo ya que era parte de las reglas que tenia que seguir, pero no quería dejar solo a Kiyoshi por mucho tiempo, ella esperaba poder terminar todo a tiempo y volver con el chico lo más rápido posible.

Algunos días pasaron y la pareja no quería separarse, ya era hora de que la chica se fuera por algunos días, era lo necesario y tenia que seguir las reglas, además no quería que el chico se asustara si ella comenzaba a dejar salir su lado demoniaco. No quería que él se enterara de esa manera.

—Es hora de irme — dijo con una sonrisa en el rostro, aunque la chica estuviera sonriendo, no estaba feliz.

—Lo sé y espero volver a verte pronto — la chica asintió.

—Lo harás, solo será por un corto tiempo — ambos se encontraban abrazados — podremos vernos muy pronto, por ahora me tengo que ir.

Con aquellas palabras vio como la chica se metió a un auto y se alejo de él. Amaryllis no sabia que aquel sentimiento que estaba creciendo en su pecho era la tristeza, pues nunca la había sentido antes. Pero ahora ya la comprendía, ya sabia de que se trataba y no le gustaba.

Algunas horas después ya estaba en casa, estar en el inframundo se sentía mejor que nunca, su lado demoniaco estaba más que controlado y se sentía en paz. Antes no se sentía de aquella manera ya que sabia que algo le faltaba, pero ahora estaba bien.

Solo unas horas en casa y ya estaba más que mejor tanto que deseaba regresar al mundo humano, pero no podía permitírselo, aun no era tiempo de hacerlo.

—¿Qué bueno verla por aquí señorita? — hablo su sirviente más fiel.

—Sabes que conocí a alguien muy interesante — le dijo apenas abrió la boca.

—Veo que eso la tiene muy feliz — le dijo.

—Y lo estoy, él es un gran chico, me gusta.

—Lo puedo ver en su cara señorita — su sirviente le dedico una pequeña sonrisa, lo cual contagio a la peli-rosa — espero verla fe

Oh, pobre chica, nunca pensó que aquello le traería grandes problemas, desamores y traiciones que nunca en su vida pensó que le pasarían, en aquel momento se sentía bien, se sentía feliz con todo y todos, pero aquella felicidad no le durara por mucho tiempo. 

 Así es este amor que nunca se desvanece, que con cada prueba se engrandece, una llama eterna que arde con pasión, iluminando siempre nuestro corazón.