Capítulo 11

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Los siguientes días los pasaron con normalidad, pues Iruma ya no escuchaba nada en su mente, es como si aquella persona o ser que antes le hablaba todo el tiempo hubiera desaparecido de la faz de la tierra, se sentía algo extraño ya que se había a...

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Los siguientes días los pasaron con normalidad, pues Iruma ya no escuchaba nada en su mente, es como si aquella persona o ser que antes le hablaba todo el tiempo hubiera desaparecido de la faz de la tierra, se sentía algo extraño ya que se había acostumbrado a escucharlo todo el tiempo, a responderle cada vez que él le hablaba.

No sabía cómo sentirse al respecto, le gustaba hablar con aquella persona, lo sentía correcto, pero ¿Por qué no lo conocía? ¿Cómo él lo conocía? ¿Cómo es que le puede hablar a la mente como si fuera la cosa más normal del mundo? Hasta la fecha no le había dicho nada a su abuelo pues no quería que lo tacharan de loco, pero necesitaba saber que rayos pasaba en su vida.

—Iruma — Lied habló al peli-azul que se encontraba sumido en sus pensamientos — Oye Iruma — le volvió a hablar ya que el contrario no le respondía.

Después de algunos segundos Iruma volteo a verlo.

—¿Qué pasa Lied? — pregunto Iruma a su amigo, quien le veía con intriga.

—¿Te pasa algo? — pregunto.

Aún no querría preguntarle como se había encontrado con Alice, aun no era tiempo de ello, pero, las ganas de saber se hacían más grande con cada minuto que pasaba.

—No es nada — respondió con simpleza. Lied sabía que aquello era mentira, lo sabía perfectamente, pero por el momento dejaría las cosas como estaban ya que no quería presionar de más a su amigo.

También quería buscar la manera de decirle su verdadera naturaleza, ya no quería mentirle, llevaba tanto tiempo haciéndolo que sabía que el chico se enojaría demasiado cuando lo supiera e incluso puede que los deje de hablar, pero es un riesgo que quería correr si quería que Alice se acercara a Iruma de una vez por todas, aunque ya no hablaran o, aunque ya no vivieran en el mismo sitio y mundo, Lied estaba dispuesto a ayudar a quien alguna vez fue uno de sus primeros amigos.

—¿Crees que nos perdone? — Clara le pregunto mentalmente.

—No lo sé — soltó un suspiro cansado — quiero creer que sí, Iruma no es el tipo de chico que se enoja por mucho tiempo.

—Quiero creer eso.

—Yo también.

—No quiero que Iruma me deje de hablar.

—Yo menos, es el único amigo que tenemos aquí, no hay nadie más que él.

¿Y si no le decimos? — Clara no quería perder al peli-azul, no quería porque ese chico era quien la había ayudado hace tiempo, eran amigos desde hace ya muchos años, no quería perderlo.

Al finalizar las clases, los tres amigos se fueron directamente a una cafetería, aquella que Iruma había visto hace algunos días. Iruma quería comer una rebanada de pastel que le pareció de lo más delicioso posible y claro en compañía de sus dos mejores amigos. Al llegar al lugar, los tres se sentaron en una mesa que estaba a lado del gran ventanal, la vista era linda ya que daba al jardín en donde había diferentes plantas de diversos colores.

Una vez que se acomodaron hicieron sus pedidos e Iruma pidió aquel pastel que tanto había ansiado. Mientras esperaban decidieron hablar de las clases u otra cosa que a Clara se le ocurría por ejemplo hablaba de aquel animalito que encontró y guardó en su mochila para dárselo como regalo a Iruma, lo que no sabia Clara era que aquel animalito ya se había escapado, provocando que ella se pusiera triste por no saber guardar bien lo que encontraba.

—No debes de tomar los animales y guardarlos para ti — le decía Lied mientras tomaba una de sus manos — a ellos no les gusta estar encerrado.

Clara simplemente asintió a lo dicho.

—Iruma-chi — hablo la chica e Iruma le presto total atención — prometo regalarte algo muy bonito — el chico solo asintió para después decirle un gran "Sí" con la más linda y cálida sonrisa que pudo. Algunos minutos después su pedido habían llegado a su mesa.

Varios minutos habían pasado y aquellos tres amigos estaba más que disfrutando su estancia juntos hasta que Lied sintió aquel característico olor de Alice. Tratando de buscarlo sin que fuera sospechoso miro para ambos lados sin encontrarlo.

"¿Estaré perdiendo mis poderes?" — se preguntó mientras miraba a Clara y después a Iruma.

Iruma quien estaba sentado en frente suyo comenzó a removerse en su asiento, se notaba algo inquieto además que mantenía su mirada en un lugar en específico, miraba al otro lado de la calle, ahí estaba, el característico cabello color rosa que destacaba a Alice.

El peli-azul sin pensarlo dos veces salió de lugar y corrió al encuentro con aquella persona, no lo conocía, pero se algo le decía que era correcto ir tras él. Cruzo la calle para ir a su encuentro, pero el chico ya no se encontraba ¿Dónde se había metido? Se preguntaba el chico.

Aquí estoy — nuevamente escuchó en su mente.

—¿Eras tú el chico peli-rosa?

—Si, soy yo — y como arte de magia, Alice apareció en frente de un asustado Iruma.


Te busco incansable, sin desfallecer, porque perderme en ti es mi anhelo, y mi deseo en cada amanecer

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Te busco incansable, sin desfallecer, porque perderme en ti es mi anhelo, y mi deseo en cada amanecer.

Te busco incansable, sin desfallecer, porque perderme en ti es mi anhelo, y mi deseo en cada amanecer

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Lo Que Oculta La Noche | IruAzz || EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora