Los días pasaron y sus deseos por volver al mundo humano eran grandes, deseaba ver a la persona que le había robado el corazón, no entendía el porque su familia no le dejaba volver, la mantenían encerrada en su habitación sin poder salir.
La peli-rosa deseaba estar en los brazos de su chico, volver estar a su lado era una de las cosas que más le gustaba, ese chico siempre le recordaba lo mucho que la amaba y eso le hacia sentir muy bien. Agregando que comenzaba a sentir algo distinto en su cuerpo, ella lo sabía, lo sentía, pero no quería hacerse ilusiones sin antes confirmarlo de manera segura.
Sin que nadie de su familia se diera cuenta, salió de su habitación con un rumbo fijo, la sonrisa que se podía ver en su rostro era más que encantadora, aquel brillo que se veía en sus ojos era uno inusual que no muchos demonios tenían el placer de tener pues pocos eran los demonios que se casan por amor, muchos se casaban con alguien de su rango y categoría para tener descendientes que resaltaran en un futuro en el inframundo, a Amaryllis nunca le importo aquello por lo cual le resultaba frustrante tener que dejar a su amado en las garras de otra chica humana.
La sonrisa que en ese momento estaba dibujada en su rostro, poco a poco fue abandonando su rostro al ver que no podía pasar al mundo humano, como si alguien le estuviera bloqueando el paso, intento cruzar de nueva cuenta y nuevamente algo se lo estaba impidiendo, ella no sabía lo que era.
Nuevamente intento pasar por aquella puerta que la llevaría al mundo humano y nuevamente fallo miserablemente, con los ánimos por los suelos tomo rumbo de nueva cuenta a casa en donde seguramente le estaría buscando por haberse escapado para irse con su humano. Al llegar noto como estaban esperando en la sala de estar de aquel lugar que en ese momento se sentía frio y distante.
—Ya no volverás a ver a ese humano — fue lo primero que escucho al estar frente a ellos.
—Te hemos conseguido una pareja — hablo otro de ellos. Y eso era lo que odiaba de su familia y de los demonios en particular, las familias más prestigiosas del inframundo, las familias que tenían in apellido y reconocimiento, juntaban a sus hijos primogénitos para estar junto a otros, todo para que siguiera la línea de sangre de un demonio de alto rango, en este caso el de los Asmodeus.
No dijo palabra alguna, simplemente asintió a cada cosa que decían los demonios superiores que estaban en frente de ella pues sabia perfectamente que no tenia caso decir algo pues no seria escuchada y menos tomada en cuenta, simplemente se resigno a no volver a ver más a ese humano que había robado su corazón y parte de su alma, pero algo la consolaba pues dentro de ella llevaba una pequeña criatura que era parte de aquel amor que nació entre un humano y un demonio de clase alta.
—Así es como sucedieron las cosas — su mirada no tenia ese brillo particular que la caracterizaba cuando estaba cerca de su hijo.
—Yo — Alice no podía pronunciar palabra alguna pues no sabia que decir en ese momento.
—No digas nada — hablo la peli-rosa mayor — sé que es difícil asimilar toda esta información, solo quiero que sepas que no me oponía porque quisiera, sino porque no quería que sufrieras como yo lo hice — termino de hablar.
—Lo siento — dijo agachando la cabeza — no sabia por todo lo que tuviste que pasar — sus ojos se comenzaron a cubrir por una fina capa de agua.
—No te preocupes hijo, no quería que lo supieras, solo quiero que seas feliz — poniéndose de pie, camino hasta donde se encontraba su hijo para después sentarse a su lado y rodearle el cuerpo con sus brazos, acariciando de manera delicada su rosa cabellera.
Algunos minuto después ambos peli-rosas estaban más que tranquilos, ambos mostraban una cálida sonrisa en su sonrojado rostro quienes después soltaron algunos suspiros. Sin decir palabra alguna Alice recostó su cabeza en el hombro de su madre quien solamente soltó un pequeño suspiro, ambos cerrando sus ojos y sucumbiendo al sueño que en ese momento les embargaba.
Un par de horas después el primero en abrir los ojos fue Alice quien se quedó quiero ya que no quería despertar a su madre, se quedo pensando en las cosas que tuvo que haber pasado aquella demonio para ser quien era ahora, ya que su madre era un demonio increíble, aborrecía inmensamente a la familia de Amaryllis por hacerle esas cosas a la mujer que le dio la vida pues ella se tuvo que casar con alguien que no quería solo para que él pudiera vivir una vida cómoda.
Con delicadeza se colocó de pie para después acomodar a su madre aquel sofá, la dejaría descansar por más tiempo. Le coloco una manta en su cuerpo cubriéndola lo mejor que pudo para después irse de casa rumbo a su amado peli-azul.
Al cruzar de nueva cuenta las puertas del inframundo, sintió un leve mareo al cual no le dio la mayor importancia, lo que más quería en ese momento era ver a su amado lo más pronto posible pues para él habían sido largos días en los cuales no veía su hermosa sonrisa o su linda mirada, ya que en el inframundo los días pasan más rápido que en el mundo humano. De manera sigilosa se dirigió a casa de Iruma.
En el corazón florece una esperanza, que ilumina la vida con su llama, aunque a veces la desolación llegue, el amor verdadero siempre vuelve.
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Lo Que Oculta La Noche | IruAzz || EDITANDO
FanficIruma tenia una vida tranquila y relajada hasta que aquella noche lo escucho por primera vez. Iruma no tenía ni idea que aquel ser convertiría su vida en una montaña rusa de emociones. -¿Estas seguro de ello? - una voz le preguntó. -Sólo es mi imagi...