Quiero que seas tú. Suga o Jk.

Resaca

La luz que entra por mi ventana me lastima, creo que tengo resaca.
Me siento en la cama y busco mi celular, enciendo la pantalla para observar que hora es (las 5 de la mañana) y lo arrojo tras de mi, no quiero seguir durmiendo así que decido salir a caminar.

Afuera hace mucho frío pero me ayuda a distraer mi mente y agradezco este gesto de la naturaleza. Llego a la cafetería y pido un café expreso frío. Camino un poco más para poder sentarme en el pequeño parque, observo a las personas haciendo ejercicio, algunas parejas, algunos solos, de todas las edades.

Regreso a casa y el agua que cae sobre mi desde la regadera siento que aclara mi mente, si cierro los ojos puedo ver a Suga sentando en mi sala diciendo que el hizo todo por tenerme cerca, si los abro puedo ver a Jk besándome en esta misma lugar. Las lágrimas salen y siento que mi cuerpo se está rindiendo.
Salgo a mi cuarto y me doy cuenta que son las 6:30 de la mañana, tomo mi celular y marco un número que hace mucho no hacía, pero hoy lo necesito.

- madre: hola hija, que bueno que marcas, qué pasa?
- A: hola mamá, solo llamaba para saludar...
- Madre: Sabes que jamás lo haces, dime qué pasa - puedo notar su preocupación, ella es la única que sabe cuando estoy mal, no puedo mentirle.
- A: tengo que decidir que hacer con dos personas que entraron en mi vida - las lágrimas salen nuevamente - No se que hacer.
- Madre: escucha tu corazón, detente un momento y escucha tu cuerpo, no lo ignores nuevamente. A estas alturas no puedes hacer otro cambio de vida por no seguir lo que quieres.
- A: lo se - ahora mis lágrimas no me dejan ver, el recuerdo de mi vida pasada me pesa - lo sé...
- Madre: debes alistarte para trabajar, compra todo lo que necesitas y has pan de naranja. Cuando lo comas sentirás que estoy ahí.
- A: Gracias mamá.
Me despido sin ganas y recuerdo lo mucho que extraño a mi madre, tal vez es bueno planear viajar a verla.

Llego a mi puesto y todo está vacío, es muy temprano aún pero debo mantenerme ocupada, no quiero seguir pensando.

- S: puedes pasarme tu número.
Su voz me saca de mi trance, esta parando frente al mostrador y parece no haber dormido nada. No digo nada, tomo una nota y escribo mi número.
Lo toma y se aleja en silencio.

El día pasa tranquilo, Mimi me mira con preocupación pues no entiende qué pasa.

Llegamos a la cafetería y nos sentamos lo más alejadas que podemos.

- M: pasó algo con Jk?
- A: paso algo con Suga...
- M: no puede ser.
- A: lo mismo dije yo anoche cuando estaba sentado en mi sala.
- M: y que harás? - mi rostro se llena de lágrimas y ella cambia de tema - Jin me pidió salir hoy pero creo que tienen ensayo pues pronto saldrá de gira.
- A: me alegro mucho! Espero que la pases bien.
- M: espero que las dos estemos bien.

El resto del día pasa tranquilo, estoy recogiendo todo en mi lugar cuando alguien me abraza por la espalda, yo lo empujo y me volteo bruscamente.
- Jk: tranquila, soy yo.
- A: hola - lo abrazo con todas las fuerzas que tengo y el hace lo mismo - que bueno que estás aquí.
- Jk: yo también te extrañe, pero hoy no podré ir contigo, tengo que practicar unas canciones y saldré tarde, mañana quiero llevarte a un lugar lindo, todos iremos... será el fin de semana así que alista todas tus cosas.
- A: debo pensarlo, no puedo estar ahí si los demás no quieren.
- Jk: todos quieren, yo les dije.
Veo entrar al resto del grupo y platicamos un momento más, están todos menos Suga y eso me hace sentir más cómoda. Me despido de todos y entran a una oficina.

Camino con Mimi por la calle, hablamos de muchas cosas y dejo de pensar en todo lo qué pasa en mi vida, llegamos a una esquina y es momento de despedirme.
- M: segura que no quieres que vaya contigo a tu casa? Puedo quedarme contigo.
- A: estoy bien de verdad, tú debes estar lista para cuando te hable jin.
- S: así que eres el compromiso que tiene hoy?
Ambas volteamos y vemos a Suga caminar a donde estamos paradas.
- S: no te preocupes, yo la acompañaré a su casa.
- M: como usted diga.
- S: no me hables así, no estamos en la oficina, ademas que se nota que no te parece.
- M: tienes razón, jamás dije que me pareciera.
Me despido de ella y sigo caminando, el está a mi lado observando el cielo, llegamos más rápido de lo que creí y el se acomoda de nuevo en el sillón. Esta vez traía una mochila y saca una botella y frituras, las coloca en el sillón y me hace la seña de que me siente con el.
- S: Porque lo dejaste ir?
- A: siempre que hable contigo debo preguntar a qué refirieres?
- S: lo siento, porque dejaste que el se casara si lo amabas?
Lo miro detenidamente a la cara, no se hasta donde llego en la historia por la que ahora me pregunta.
- A: es una larga histeria.
- S: es una larga noche - me mira y se que no me dejará en paz hasta le cuente lo qué pasó.
Esta es la primera vez que hablaré de esto desde que me fui del país que me dio todo y me lo quito en un abrir y cerrar de ojos.

Regresemos al presente, acompáñame mientras estoy sentada en esta silla en medio de una bodega que sinceramente no se donde está, pero el silencio me ayuda a pensar con claridad. Aprovecharé para contarles a ustedes la historia de porque llegue aquí.
Acompáñame... esta vez quiero decir en voz alta porque huí de mi vida.