Capítulo 47

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Frente a Eiden se encontraban dos de sus hermanos. Elmer y Elber Black, idénticos en apariencia, exceptuando que el último tenía el cabello recogido.

Sabía que eventualmente lo encontrarían pero lo hicieron en el peor momento posible. Faltaba mucho para que su brazo terminase de regenerarse y sus llamas seguían sin salir. Aun así el pelirrojo permanecía con guardia en alto, esperando el momento para atacar.

— ¿Qué te parece si nos calmamos? Hagamos algo atípico de nuestra familia y conversemos.

Quien hablaba era el mayor de los gemelos, Elmer.

— ¿Eso hará que desaparezcan de mi vista?

—Sabes bien que esa no es una opción.

—Entonces no tenemos nada de qué hablar.

—No te das cuenta de la suerte que tienes. Si el resto hubiésemos hecho la mitad de las tonterías que has hecho tu ya estaríamos muertos. Pero eres un caso especial. Siempre se espera que los Black seamos poderosos, pero incluso entre nosotros, tu siempre has destacado. Naciste con una fuerza abrumadora y un don para la destrucción. El rey lo sabe, ha visto de lo que eres capaz. La guerra está cerca y eres un arma que le conviene tener de su lado. Es por eso que tienes una oportunidad que nadie más tendría, la oportunidad de redimirte, volver a la isla con nosotros y quedar libre de todo castigo. Solo tienes que ofrecerle una ofrenda. Llevarnos hasta Dante.

— ¿Ofrenda, Acaso ese bastardo se cree un dios?

—Velo como quieras, solo responde ¿Dónde está Dante?

— ¿Por qué lo sabría?

—No trates de ocultarlo. Sabemos que está en esta ciudad. Aquí había un pequeño clan de exploradores de la isla vampiro que fue casi totalmente exterminado. Solo hubo dos sobrevivientes que decían haberse topado con un vampiro azul. Sabíamos que si Dante estaba aquí, probablemente tu también.

Elber se quedo observando a Eiden unos instantes y luego al chico que estaba a su lado. Su curiosidad despertó y en un abrir y cerrar de ojos se encontraba frente a Alexander

—Por cierto ¿Este quién es? ¿Un amigo tuyo? No parece estar muy bien — Mientras decía eso, el vampiro zarandeaba a Alexander que no mostraba reacción alguna.

—Suéltalo.

—No te enojes, no voy a hacerle daño, mientras menos estorbos mejor—con un ligero toque, Elber termina derribando el cuerpo de Alexander— volvamos a lo importante. Sabes cómo funciona esto. Estamos aquí por ser los más rápidos, pero el rey no tardara en enviar más gente. Destruirán esta ciudad entera si hace falta y no pararan hasta encontrar a Dante. Puedes llevarte el merito de entregar al traidor y probarle tu lealtad al rey o puedes esperar a que lo haga alguien más, ¿Qué harás?

—Lo que hare será matar a todos y cada uno de los que ese maldito envié, empezando por ustedes.

Eiden iba a arremeter contra su hermano pero apenas dio un paso recibió un puñetazo en la cara que lo detuvo.

—Eres un engreído. Incluso en esta situación crees que puedes hacer lo que quieras.

A pesar de la distancia Elmer había logrado interceptarlo en un instante.

Eiden respondió con una patada que golpeo a la nada ya que su objetivo había desaparecido. Mientras lo buscaba con la mirada, fue golpeado por Elber que siguiendo el ejemplo de su hermano, retrocedió inmediatamente después del ataque. Eiden dio un salto para perseguirlo pero algo lo detuvo en el aire. Elmer había agarrado su pierna y de un tirón lo estampo contra el suelo.

Vampiro azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora