Capítulo 33. ¨Lo siento¨

31 6 10
                                    

 Maldición, ¿por qué no puedo golpearlo? ¿Qué acaso nunca tuve oportunidad? ¿Todo este tiempo solo he sido un entretenimiento para él? Teniendo una habilidad tan poderosa pudo haberme derrotado desde un principio. Creí que podía detenerlo pero ahora yo...

Sacred body: una de las habilidades más poderosas que guardián puede aprender. Normalmente los guardianes solo podemos emplear la energía elemental a través de las armas sagradas las cuales se volverán más poderosas mientras más energía utilicemos. Sin embargo, existe una técnica que pocos logran dominar, una que si no es realizada de manera correcta puede significar la muerte, pero que una vez dominada, te otorgara una fuerza mas allá de lo que podrías imaginar. Esta consiste en aplicar la energía elemental en tu propio cuerpo, si logras hacerlo de la manera indicada y no explotas en el proceso, tu velocidad, fuerza y resistencia se elevaran a un nivel sobrenatural. Esta técnica debe tener un uso cuidadoso, pues si bien mientras mayor sea la cantidad de energía mas aumentaran tus capacidades, usar más de la que puedes controlar hará que tu cuerpo se desgaste hasta la muerte.

Para mi mala suerte Roy es uno de esos pocos que puede usar el Sacred Body a un nivel elevado. El está utilizando tanta energía que su cuerpo se ha vuelto prácticamente un lucero andante. Aun así, ni siquiera se le ve cansado. Lastimosamente, no hay nada que pueda hacer para igualar el tremendo poder que posee en este estado. Solo han pasado cinco minutos desde que lo activo y he recibido más golpes en ese tiempo que en cualquier misión desde que me convertí en guardián.

—¿Que pasa Evergreen? No me digas que es todo lo que tienes—Roy camina hacia mí con una expresión de superioridad—Dime ¿De qué te sirven ahora esos estúpidos ideales de los cuales estabas tan orgulloso?

Tumbado sobre un charco de sangre, maldigo una y otra vez mi propia debilidad. Tengo varias costillas rotas al igual que mi brazo izquierdo, también moratones en casi todo el cuerpo. Nunca en mi vida he sentido tanto dolor. No solo heridas físicas son las que me afligen, también la frustración de saber que en el momento en el que mis ojos se cierren, no los volveré a abrir.

—Vamos Jake, Si no te levantas tendré que buscar otras presas para divertirme.

No puedo perder, no aquí, no con todo lo que está en juego.

Sintiendo el dolor en mis huesos logro ponerme de pie aunque no dejo de tambalearme de un lado a otro.

—Maldito—apenas me queda voz para vocalizar un leve susurro—No te permitiré que le hagas daño—Alargo un puñetazo con el brazo que aun puedo mover.

— ¿Ah no?—Antes de que logre concretar el golpe, Roy desaparece de mis ojos y lo único que consigo golpear es al aire— ¿No lo permitirás?—La voz de Roy suena detrás de mí pero cuando volteo para lanzar un puñetazo no hay nada ahí. Mire donde mire no hay rastro de Roy.

"¿Dónde diablos esta?"

Una risa maquiavélica se escucha en los alrededores. Trato de buscar de donde viene el sonido pero solo consigo confundirme, es como si la carcajada viniera de todas partes al mismo tiempo. Algo impacta contra mi cara con tanta potencia que varios de mis dientes salen despedidos de mi boca. Más golpes impactan contra mi cara. Cada vez son más constantes e impredecibles, no puedo predecir de donde vendrá el siguiente. Los potentes puñetazos me desplazan de un lado a otro sin que pueda hacer nada para evitarlo. Chorros de sangre caen de mi cuerpo hacia el piso. Mi vista de a poco se torna borrosa.

¿Cómo demonios es esto posible? Mis ojos no pueden percibir sus movimientos ni tampoco puedo predecir cuando se acerca. Ese malnacido de Roy debe estar ocultando su presencia para que no pueda detectarlo. Eso y la velocidad que ha adquirido con el Sacred body lo hacen totalmente impredecible.

— ¿Todavía crees que puedes salvar a alguien Jake?— recibo un fuerte puñetazo en el estomago haciendo que suelte un grito de dolor acompañado de una gran cantidad de sangre que es expulsada por mi boca. La marca del puño de Roy quedo grabada en mi abdomen. El retroceso me ha desplazado varios metros—Una basura insignificante como tú que no puede salvarse a sí mismo—Sin perder un segundo se posiciona detrás de mí con una velocidad que rivalizaría fácilmente con la de un vampiro—solo puede observar lentamente como masacro todo lo que ama sin poder hacer nada más que sollozar mientras es sometido a mas dolor del que su mente puede asimilar—Una patada aterriza sobre mi espalda, por un instante, el tiempo parece haberse detenido permitiéndome escuchar el "Crack" de mi columna vertebral al hacerse pedazos. Lo siguiente es un dolor mas allá de lo que podría describir—Ese es el destino de los débiles.

Incapaz de mantenerme de pie, caigo al suelo retorciéndome y gritando de dolor. Con mi columna rota ya no podre volver a levantarme.

¿Por qué? ¿Por qué soy tan débil? He entrenado cada día y noche desde que me convertí en guardián ¿Por qué no soy lo suficientemente fuerte para salvarlos? En mi mente se repiten una y otra vez esas preguntas mientras golpeo con rabia el suelo y mi sangre, sudor y lágrimas caen sobre este. Si hay algo que duela más que todas las heridas que mi cuerpo posee en este momento, es la impotencia que estoy sintiendo. Yo no puedo caer así, no ahora, tengo que salvarlos, tengo que seguir.

Utilizando mis brazos, me arrastro lentamente por el suelo intentando llegar hasta donde están los demás. No voy a perder de esta manera

—¿Quién te dijo que podías tirarte en el suelo basura?—Roy se pone frente a mí con la expresión mas sádica que mis ojos hayan visto—Aun no he terminado contigo—me levanta del tomándome por el cabello—Aunque si tanto te gusta el piso... —mi cara es embestida contra el suelo de manera brutal, durante el impacto mi nariz se rompe—te llevare a él—Una y otra vez, mi cabeza es golpeada contra el piso del jardín haciéndome literalmente comer tierra—Hasta que mueras— Tras un último impacto todo se vuelve oscuro, mis ojos están abiertos pero no puedo ver nada.

Los ataques cesan, o eso creo, la verdad es que dudo si mi mente puede todavía percibir más dolor. Siendo sincero no sabría identificar si ya estoy muerto, y si no lo estoy, pronto lo estaré. Siento como si mu alma se hundiera lentamente en un abismo de oscuridad. Ya no siento dolor, ni cansancio, solo desesperanza.

—Húndete, en la desesperación— la voz de Roy hace eco en mi mente.

¿Realmente así es como acabara todo? ¿Así es como voy a morir? Nunca he temido a la muerte, mientras pudiera salvar a alguien, mi vida era algo que no me costaría sacrificar. Pero ahora, en este momento yo... no quiero morir, no de esta manera, no cuando hay gente que debo salvar.

Finalmente siento que aquel abismo termina de absorberme y mi conciencia empieza a extinguirse lentamente.

"Lo siento, no podre salvarlos esta vez"

VOTA SI TE GUSTO

Vampiro azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora