Capítulo 48

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La misma base aérea que había visto aterrizar a los cuatro prodigios fue también el lugar donde posteriormente tres hombres se reunieron para hablar de las terribles consecuencias que había dejado su paso por isla zafiro.

— Fuimos demasiado ingenuos. El enemigo que intentamos destruir estuvo escondiéndose en nuestras raíces todo este tiempo. Admito que los Jaeger nunca destacaron por ser los guerreros con más ética pero jamás pensé que apoyarían una barbarie de este tipo.

Quien hablaba era un hombre que si bien no llegaba a ser del todo un anciano, nadie diría que estaba en la flor de su juventud. Poseía una larga cabellera negra atada con una cola de caballo y vestía un Kimono azul oscuro. Su expresión y tono de voz reflejaban la calma propia del más paciente de los seres. Se trataba del alto mando de la división oriental de los guardianes: Kazuma Kenzo.

— Así pagaron la confianza que tuvimos con ellos. Mandamos guardianes de elite a cada una de sus bases, pero fue inútil. Esos bastardos han desaparecido por completo.

Excepto por la edad, el hombre al lado de Kazuma era totalmente opuesto a él, tanto en aspecto como en personalidad. Era bastante alto y fornido. Tenía ojos azules, cabello rubio y una abundante barba que recordaba a un vikingo. El miedo que provocaba su tono agresivo, se transformaba en respeto para todos aquellos que lo conocían más a fondo. El alto mando de la división occidental de los guardianes: Alejandro Klein.

— El escuadrón de Jade se está encargando de los interrogatorios, pero aun no sabemos qué otras familias estaban apoyando a los prodigios pero estamos avanzando, por cierto ¿Cómo está el señor Héctor? Aun con todo lo que hizo, Henry era su hijo.

Por último, frente a los dos líderes se encontraba Arthur Evergreen.

—Ni siquiera yo lo sé. El no ha tenido tiempo para procesar la traición de su hijo ni tampoco su perdida. Desde que todo esto se dio a conocer ha estado todos los días reuniéndose, o mejor dicho, recibiendo insultos por parte de los representantes de cada especie con la que tenemos alianza.

— ¿Tan mal está la situación?

—No podría ser peor. Estamos hablando de un grupo de humanos arrasando con seres sobrenaturales sin ningún tipo de piedad. Ese tipo de situaciones no ocurrían desde el acuerdo de paz. La indignación e ira del resto de especies esta por las nubes. Los lazos que tantos nos costaron crear están cayéndose a pedazos.

—Héctor lo está manejando como puede pero nuestra credibilidad esta por los suelos. Nos exigen respuesta que aun no tenemos y al no recibirlas su cólera aumenta. Además piden la ejecución de los prodigios sobrevivientes y sus seguidores.

—No podemos hacer eso. Necesitamos que nos den información. De nada sirve castigar a los que tenemos cautivos, si no sabemos de los demás corruptos que se esconden entre nosotros todo esto se volverá a repetir.

—Lo sabemos Arthur, tratamos de explicárselos pero lo ven como una excusa para proteger a los nuestros.

—No nos queda más opción que ceder. Mientras más tardemos en darles lo que quieren, mas conspiraciones se armaran y en el peor de los casos podrían tomarse esto como un ataque generalizado por parte de la humanidad. Si eso ocurre, la guerra volverá a desatarse.

—Es por eso que en dos días enviaremos un grupo de guardianes de nuestra confianza a la mansión Evergreen para trasladar a los capturados. Hasta entonces sáquenles a esos miserables toda la información que puedan.

—Como ordenen.

La sala quedo en silencio durante unos segundos, como la calma que anticipa una tormenta.

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