Capítulo 20. Prueba de acero

59 10 15
                                    

NARRA Jake

Han pasado unas cuantas horas desde que Evelyn se fue. El sol empieza a salir y a pesar de estar en mi cama desde hace un buen rato, no he dormido nada, con tantas cosas en que pensar no he podido conciliar el sueño.

En cuanto Sofía despertó la puse al tanto de todo lo ocurrido, ella dijo que iba a buscar a un "Amigo" para que nos ayudara en la batalla que está por venir. Alex se encuentra en su habitación descansando, el aun no se ha acostumbrado del todo a este mundo y al hecho de ser un medio vampiro y ahora todo esto de que es una especie de vampiro diferente y objetivo de los prodigios debió añadir más estrés del que ya tenía.

Mientras espero a que Sofía regrese intento pensar en algo que nos dé posibilidades de detener a los prodigios pero no se me ocurre nada, Alex es solo un medio vampiro, Sofía es una buena guardiana pero no está al nivel de un prodigio ni yo tampoco. Tengo que hacerme más fuerte pero no tengo mucho tiempo, en tres días los prodigios empezaran su masacre y no tengo la suficiente fuerza para hacerles frente. En teoría yo debería poder ser tan fuerte como ellos ya que se me considera el quinto prodigio, pero no se qué tipo de entrenamiento fue el que recibieron para desbloquear su poder ya que renuncie a mi título antes de someterme a este.

Salgo de mi habitación y bajo al primer piso para desayunar algo. Al bajar me topo con Alex quien se encuentra sentado en la mesa mientras se da un bocado de lo que parece ser un pastel de chocolate que acompaña con un vaso de sangre.

—Que extraño verte despierto a estas horas de la mañana—Tomo asiento en la mesa y tomo un trozo del pastel de chocolate— Aunque lo que más me sorprende es que sepas como preparar un pastel.

—De hecho lo aprendí en Europa, mi abuela cocinaba horrible así que tuve que aprender a hacerlo yo mismo para no morir intoxicado. En cuanto al porque estoy despierto tan temprano se debe a que anoche casi me matan, dos veces consecutivas, y pues eso no te deja con muchas ganas de dormir que digamos.

—Te entiendo perfectamente, yo tampoco he podido dormir nada, todo esto del plan de exterminio de los prodigios me tiene preocupado y aun me duele la espalda por el golpe de ese maldito vampiro.

—Si, me aterro el solo sentir el tremendo poder que emanaba ese tipo.

— ¿A que te refieres con sentir?

—Pues... es un poco difícil de explicar, cuando ese vampiro apareció pude "Percibir" de alguna manera lo que había en el, como si sus emociones y poder tomaran forma y tamaño, algo así como una aura gigantesca de color rojo que emanaba de su cuerpo.

—Espera, ¿Puedes ver el aura de la gente?

—Supongo que sí, no lo sé, solo me paso esa vez con aquel pelirrojo

—De verdad se nota que no eres un vampiro normal, nunca había escuchado de uno que fuera capaz de ver las emociones de la gente, ese tipo de cosas son más características de las hadas. Esa capacidad podría ser útil

—Su pongo que si, la verdad todo este mundo sigue siendo muy confuso, aun no me acostumbro del todo a vivir como vampiro. A veces escucho sonidos que están a cientos de metros de mí o intento dar un pequeño salto y salgo volando por los aires y estrellándome con el techo, todos estos poderes siguen siendo difíciles de controlar. Yo quiero ayudarte en tu trabajo hasta que tu padre vuelva, pero luego de eso, no quiero más estos poderes, quiero que aquel "exorcista" se encargue de volverme humano.

— Si, en cuanto mi padre vuelva con el exorcista podrás volver a la normalidad. Yo siento mucho que te hayas convertido en un vampiro. Cuando era niño me contuve para no decirte nunca sobre este mundo, mis padres me lo prohibieron, dijeron que lo mejor es que vivieras como una persona normal, pero de todas formas conociste todo esto y de la peor forma posible. Tal vez si te hubiéramos dicho la verdad no habría pasado todo esto, tal vez hubieras conocido mejor este mundo y te hubieras convertido en un guardián al igual que...

Vampiro azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora