La leve brisa cálida, indicio de que la primavera se acercaba, revolvió sus mechones azules como si fueran pequeñas ondas en el mar. Desde su balcón podía observar todo lo que era su hermoso reino, o bueno, lo que alguna vez fue el reino que sus padres protegieron.
La puerta de su habitación fue golpeada con delicadeza y una voz aguda y dulce sonó a través de ella.
—Princesa Skie, ¿puedo pasar? —Skie suspiró alejándose del barandal de piedra blanca de su balcón.
«Princesa Skie» se le hacía extraño aquel título en su mente. Hacía años que dejó de ser la princesa heredera para ser un simple adorno dentro de la familia real. Honoríficos como; Su Excelencia, Su Alteza o incluso Su Ilustrísima, ya no serían necesarios para referirse a ella.
Pocas eran las personas que aún le hablaban con respeto en aquel castillo más allá de los sirvientes.
—Adelante —dijo finalmente tomando asiento al borde de su cama.
La inmensa puerta de madera de nogal de su habitación se abrió con un chirrido. Lo siguiente fue el sonido de pasos acercándose a ella. Para ella el sonido que aquellos zapatos producía era tan conocido que no necesitó mirar a su visitante para identificarlo.
—Hola, Señorita Silvia —saludó tratando de ser educada, pero sin muchas ganas de mantener una conversación en ese momento.
—Buenas noche, Princesa —saludó la mayor, tras hacer una reverencia que Skie no quiso mirar.
—Señorita Silvia, ya sabes que no hace falta que me trates tan formalmente —aclaró—. ¿Qué necesitas?
Trató de mirar a la cara de la recién llegada y ser menos cortante con ella. Skie solo quería estar sola en ese momento, pero su sirvienta, a la que veía como mucho más que eso, no tenía la culpa de que ella estuviera de mal humor. No se merecía un mal trato.
—Su Majestad el Rey pide que acudas a la cena —dijo Silvia con un tono dulce que su expresión no acompañaba.
La mujer se veía angustiada. Eso preocupó a la menor, Silvia normalmente no expresaba aquello que pensaba para no intervenir con su labor de obedecer al rey. Pero esta vez era diferente, no parecía poder ocultarlo.
—¿Quiere que vaya a cenar con ellos? —preguntó Skie confundida y Silvia asintió
Era extraño que el rey requiriera su presencia, de hecho el adulto siempre prefería verla cuanto menos mejor.
—Me pidió a mí expresamente que viniera a buscarte.
—¿Ha pasado algo? ¿Hice algo que le molestó?
—No, no parece ser nada de eso —negó rápidamente al ver la preocupación de la princesa—. Parecía bastante animado a decir verdad.
Skie no podía evitar tener un mal presentimiento de todas formas acerca de todo eso. En su interior brillaba la esperanza de que realmente fuera por algo bueno, pero conociendo al Rey Gyan nada era seguro. Lo único que aquel hombre hizo por ella desde que lo conoció eran cosas horribles que la desesperaban.
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Witch Hunters | Inazuma Eleven Go
FanfictionAU Inazuma Eleven Go El Imperio de Altair ha tenido problemas los últimos años por culpa de las brujas. Como si los problemas sociales, económicos y políticos no fueran suficiente esta reciente plaga trae a todo el ejercito de cabeza y también al pr...