Capítulo 5

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Usher sintió su pulso acelerarse al notar el frío filo del cuchillo demasiado cerca de su cuello

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Usher sintió su pulso acelerarse al notar el frío filo del cuchillo demasiado cerca de su cuello. Aquella tercera persona también había usado su otro brazo para pasarlo sobre su pecho e impedir que se moviera.

—Syo no creo que eso sea necesario... —dijo la chica.

Esta se veía preocupada por la situación del cazador, aunque sinceramente a Usher, estando en la situación en la que estaba, lo que menos le preocupaba en ese momento era la chica frente a él. Tenía que encontrar una forma de quitarse de encima al tipo que lo retenía.

—No sabemos quién es o qué hace aquí —dijo el chico tras él—. Si lo dejo ir podría dar la voz de alarma de que nos ha visto.

—Como si no tuviera nada mejor que hacer —dijo Usher logrando que el agarre en él aumentara.

—Cierra la boca.

—No creo que este chico vaya a hacer nada en nuestra contra, es más, creo que somos nosotros los que ahora mismo estamos atentando sin motivo contra él —frunció el ceño la chica.

Ella si que era lista. Ojalá y su maravilloso amigo le hiciera caso. Usher sentía como el filo del cuchillo ya comenzaba a cortar levemente la piel de su cuello.

—Suéltalo.

Usher no sabía qué pasaba ahora, pero reconoció la voz de Snio. Vaya, la última persona que quisiera que fuera a rescatarlo.

Notó como el cuchillo y los brazos de aquel extraño lo soltaban y pudo retomar la distancia. Se giró viendo al fin la cara de su atacante, este era ahora el que tenía el filo de la espada claymore de Njord demasiado cerca de su cuello.

—Tira el cuchillo —ordenó el chico y aquel albino tuvo que obedecer.

—¡Syo! —la chica quiso correr hacia él cuando otra persona la agarró del brazo reteniéndola con brusquedad.

Terry había dado la vuelta y había salido también del interior del bosque. Atrapó a la chica de vestido elegante antes de que pudiera hacer algo y la amenazó apuntándole a la cara con su Katar.

—No le hagáis daño —exigió el albino que parecía llamarse Syo.

—No estás en la posición de exigir cosas —negó Njord—. Menos cuando hasta hace dos segundos casi le rajas el cuello a uno de los nuestros, que además iba desarmado.

Syo tensó la mandíbula sabiendo que los papeles habían cambiado. Ahora el cazador se trasformó en la presa. Lo que teniendo en cuenta en lo que trabajaban Usher y los otros dos se volvía muy irónico.

—Los llevaremos al campamento, que Evans decida qué hacer con ellos —dijo Terry empujando a la chica.

—Ahora con las manos quietas y andando, o no me hago responsable de que lleguéis sin alguna extremidad —amenazó Njord.

Witch Hunters | Inazuma Eleven GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora