Capítulo 26

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—¡Ezis, cuidado! —alertó Iggie

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—¡Ezis, cuidado! —alertó Iggie.

Gracias a él la cazadora tuvo tiempo de esquivar las rocas que una bruja había lanzado hacia ella.

Ezis e Iggie no entendían que estaba pasando. Todo estaba tranquilo y de un momento a otro docenas de brujas salieron del bosque e intentaron internarse en Yantra. Querían impedirlo. Querían enfrentarlas y matarlas a todas antes de que tuvieran la mínima oportunidad de entrar a la ciudad. Pero les superaban en número incluso con Njord y Terry de su lado.

—Esto no funciona —dijo Njord después de cortar el el pecho a una de las brujas.

La sangre negra de esta le había manchado la ropa. En un charco la bruja agonizaba mientras se desangraba, Njord terminó con su sufrimiento cortándole la cabeza. La siguiente bruja no tardó en atacarlo buscando venganza por su compañera caída.

—Tenemos que buscar a los demás, Nicola y Christa tienen que ayudarnos también —dijo Ezis esquivando un rayo lanzado por una bruja. Este impactó en el tronco de un árbol unos metros más atrás dejando un pequeño agujero chamuscado.

Se notaban que todas esas brujas eran de rangos bajos ente D y C. Sus ataques eran mucho más débiles, menos potentes y menos coordinados que los de una bruja de rango superior.

El peligro no lo representaba la calidad, sino la cantidad. Por sencillo que les resultara acabar con ellas eran diez veces más que ellos. Estaban agotándolos.

—Mi cuervo localizó a Nicola y Aitor cerca de aquí —dijo Njord—. Iremos a por ellos, aguantad todo lo que podáis.

—De acuerdo —asintió Ezis cortando el cuello de un brujo con sus cuchillos.

Njord y Terry se abrieron paso entre las brujas y desaparecieron en dirección a la ciudad. Solos Ezis e Iggie no aguantarían mucho, deseaban que sus compañeros no tardaran mucho en regresar. Lo que estaba claro es que no podían evitar que varias brujas los sobrepasaran y fueran directas a la ciudad.

Dejarían que de esas brujas se encargaran los caballeros y las valkyrias. Ellos tratarían de que pasara el mínimo posible para que no hubiera tantas bajas civiles. Porque estaba claro que en cuanto las brujas accedieran a la ciudad irían directas a por las pobres personas que no podían defenderse. También, para disgusto de los cazadores, irían a por los niños.

—¡Ezis, detrás! —volvió a alertarla Iggie.

Se giró con brusquedad para darle una patada en la cara a la bruja que se acercaba. Esta cayó al suelo con un alarido, Ezis se puso sobre ella tratando de clavar su cuchillo en la cabeza o pecho de la bruja. Se resistía, consiguió agarrar las muñecas de Ezis y peleaba con ella por su vida.

La bruja chillaba y pataleaba. Ejercía toda la fuerza de empuje que podía para quitar a Ezis de encima suya. Otra bruja aprovechó que estaba ocupada, e Iggie demasiado lejos, para acercarse por la espalda. El ayudante la vio, esta vez no tuvo tiempo de avisarla.

Witch Hunters | Inazuma Eleven GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora