Capítulo 25

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Con un duro día de vigilancia en Yantra sin muchos avances llegó la esperada noche

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Con un duro día de vigilancia en Yantra sin muchos avances llegó la esperada noche. Los cazadores se reunieron en la pensión que habían podido pagar. Se alojarían allí hasta que buscaran una solución para los ataques de las brujas. Estaba bastante a las afueras de la ciudad y no llamarían la atención indeseada.

Aitor y Nikko fueron los últimos en llegar de su patrullaje por el bosque. La chica estaba agotada. Movía su cuello de adelante a atrás y luego a ambos lados. Un crujido escapó de este, como si sus huesos suspiraran por la tensión acumulada.

—Necesito un buen baño y un masaje.

—Esto no es un balneario —negó Aitor arqueando una ceja—. Estamos trabajando.

—¡Pero me duele el cuello!, y la espalda, y los hombros —se quejó como una adolescente chillona.

Nicola sabía que eso molestaría a Aitor. Y a ella le gustaba molestar a su joven ayudante. Le animaba el día.

—No molestes —se limitó a decir.

—Eres malo conmigo —se cruzó de brazos haciendo como si hubiera cogido una pataleta—. Soy tu superior, me debes obediencia y respeto.

—Obediencia porque no me queda más remedio, no me apetece que me mate una bruja —la acusó con el dedo—, pero el respeto hay que ganárselo.

A pesar de sus duras palabras no consiguió ninguna reacción por parte de la fémina. Eso solo lo desquició más.

—¡Dios! ¿No podía tocarme ser aprendiz de un cazador normal? —llevó la mirada al cielo desesperado— Alguien como David, Bay o Shawn, hasta Byron me servía —movió los brazos de manera dramática como si alguien desde arriba lo estuviera observando.

—No mientas, todos sabemos que me amas y no podrías vivir sin mí —Nikko pinchó con el dedo la mejilla de Cazador.

Aitor rodó los ojos y bufó. No se molestó en apartar el dedo de la chica que seguía pinchando su mejilla.

—Además, siempre podías haberte quedado con Xavier y Jordan, estoy segura de que no les hubiera importado viajar contigo.

Los ojos de Aitor se abrieron horrorizados. Como si la simple mención de la idea fuera el mayor crimen que se podía cometer. Nikko rió por su reacción.

—Nunca. Jamás. Antes muerto.

—Eres un rey del drama.

—Mira quién fue a hablar.

Ahora fue el turno de Nikko de rodar los ojos. Ella conocía de primera mano la historia que había entre Aitor y Xavier y su ayudante; Jordan.

Aitor había quedado huérfano con tan solo cinco años, y no precisamente de una forma bonita. No es que quedarse sin padres pudiera ser bonito en otras circunstancias, pero la forma en la que él los perdió fue particularmente horrible.

Witch Hunters | Inazuma Eleven GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora