Zombie Omega [YiZhan]

CAPÍTULO 6

Xiao Zhan no podía creer lo que estaba presenciando dentro de una gran jaula de hierro.

Encerrado como si se tratase de un animal o el peor de los criminales, debía permanecer entre esos gruesos y largos barrotes constituídos de algún duro y brillante metal porque libre se convertiría en una amenaza para la humanidad no infectada. Gran falacia.

Los gemidos de la omega se mezclan con los jadeos del alfa que arremetía con una fuerza descomunal contra su húmeda vagina.

—Mírame, soy yo preciosa. Volví. No más Yibo —gruñó molesto y con autoridad.

—Lo sé, lo sé muy bien. Te extrañé tanto —le respondió ella entre gemidos.

Él no necesitaba ser el espectador de un engaño amoroso ni mucho menos disfrutar la función pornográfica en alta definición. ¡Pobre Yibo! ¿Merecía esa traición?

El omega sacudió su cabeza. Lo único que Xiao Zhan deseaba saber en estos momentos era dónde lo habían llevado y en qué condiciones estaba su hermano menor, Zhou Cheng.

Sólo había visto uno que otro animalito aparearse en el bosque y él aprovechaba esa distracción para cazarlos, con el único motivo de supervivencia.

Pero aquellas libidinosas personas, superaron ampliamente su espectativa.

Bueno, él había hecho exactamente lo mismo con su alfa, pero no había nadie mirándolos a su alrededor. ¡Desvergonzados!

Agradecía que el alfa estaba totalmente vestido y solo había logrado abrir su cremallera para sacar su miembro para luego introducirlo en el interior de la omega.

Ella era bonita y la que mejor lo había tratado. Hasta el momento.

Después que lo obligaron a descender de la camioneta y lo separaron de Zhou Cheng, los otros dos omegas desaparecieron con su hermano, mientras ella se encargó de encerrarlo a él.

La habitación era grande e iluminada. Había muchos aparatos, recipientes de vidrios de diversos tamaños y colores, pizarras gigantes con anotaciones que Xiao Zhan no alcanzó a leer ¿Quizás un laboratorio?

Su sangre se heló y los finos vellos de su nuca se erizaron al ver varias fotografías de lo que supuso que eran difuntos infectados en otra pizarra con más anotaciones ¿Ese día se había convertido en el último de los hermanos Xiao?

—Vamos, entra —le ordenó ella, sacándolo del transe momentáneo.

La omega había tecleado un par de dígitos sobre un pequeño dispositivo colocado en la puerta de lo que sería su jaula, provocando que se abriera automáticamente y Xiao Zhan no tuvo otra opción que ingresar sin oponerse, ya que —en todo momento—, era apuntado con un gran armamento. Tampoco tenía alguna chance de ganar.

Aunque quisiera escapar, Xiao Zhan estaba seguro que no avanzaría muchos metros antes de ser reducido nuevamente. Ese lugar era completamente seguro y monitoreado.

Cuando ingresó al recinto, alcanzó a visualizar varias personas armadas, cámaras y grandes barreras metálicas que sólo se abrían con el mismo sistema que su jaula ¡Era jodidamente imposible!

Tampoco se iría sin Zhou Cheng.

—¿Nombre? —ella le preguntó, dejando de lado su arma. Ahora sostenía entre sus manos una carpeta y un bolígrafo.

Xiao Zhan decidió guardar silencio.

—¿Edad? —insistió.

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