CAPÍTULO 16

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-¡Cobarde! -el omega golpeaba con sus puños la puerta del baño mientras era sujetado por su alfa-. ¡Sal de ahí de una vez por todas! -gritó furioso-. ¿¡Cómo te atreves a hacerle eso a mi hermanito!? ¿Ah? ¡Contéstame! -hizo silencio por un breve momento esperando las palabras de Liu Haikuan mientras trataba de regularizar su agitada respiración-, ¿acaso no ves qué él aún está chiquito y hay que cuidarlo? -preguntó indignado.

-¡Por eso lo hice! -contestó el alfa al otro lado de la abertura.

-¡Eres un... ! -gruñó.

-¡Zhan, déjalo! -exclamó Wang Yibo sujetando su cintura. Se maldecía nuevamente por no poder calmar a su omega con el poder de sus feromonas debido al inhibidor.

-¿Que lo deje? -ladeó su rostro arqueando una de sus cejas-. ¡Ja! ¿Acaso lo estás defendiendo? -entrecerró sus ojos, examinando detenidamente al alfa a su espalda-. ¡Pues, claro! ¡Si los dos están cortados por la misma tijera! -afirmó, pinchando con el dedo índice el pectoral de Wang Yibo.

El ambiente en la habitación del menor de los omegas Xiao se había vuelto asfixiante gracias a las feromonas de Xiao Zhan.

Si bien, el pelinegro apreciaba mucho a Liu Haikuan, se encontraba sumamente furioso al darse cuenta que Zhou Cheng había sido marcado por el alfa.

Aunque las circunstancias de la vida lo volvieron sobreprotector, no era un hermano celoso o posesivo.

Más bien, Xiao Zhan, estaba molesto, los nervios se apoderaron de su ser al no estar al tanto de cómo se realizó dicha unión y si Zhou Cheng había estado de acuerdo o, al menos, consciente de sus actos, en el momento que se formó el lazo.

Xiao Zhan No deseaba que su hermano sufriera lo mismo que él.

-No es eso, bebé -Wang Yibo susurró quedito, tomando el mentón del omega. Quizás las palabras suaves ayudaban más que los fuertes gritos -¿Puedes calmarte y escucharlo?

Xiao Zhan suspiró profundamente mirándolo a los ojos. Detuvo los piques sobre el pecho del alfa mientras sentía sus mejillas sonrojarse por la intensa mirada del castaño. Parecía no hallar rastros de mentira en la suplica de su destinado.

-Z-Zhan... -la voy de Zhou Cheng los interrumpió sorpresivamente.

-¿¡A-Cheng!? -Xiao Zhan se removió del agarre de Wang Yibo y corrió en dirección a la camilla dónde se encontraba su hermano menor, olvidando lo que estaba a punto de responderle a Wang Yibo.

-Mnh -se incorporó-. ¡Z-Zhan!

-¡Hermanito! -Xiao Zhan sonrió mordiendo su labio inferior, tratando de impedir su llanto. Estaba plenamente feliz por el despertar de su hermano-. ¡Por fin despiertas! -exclamó, sentándose junto a él-. ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? -indagó, observándolo atentamente.

-Estoy bien -respondió con un suave susurro-. ¿Dónde está... -observó rápidamente la habitación y se asustó al no encontrar la figura de su alfa dentro de ella.

-¡Aquí estoy, bebé! -Lui Haikuan exclamó, sintiéndolo a través de la reciente marca.

-¡Cállate! -le respondió, Xiao Zhan.

-Bebé. Cariño -Liu lo ignoró, hablándole a su omega-. Dile que nos amamos y que no te obligué a hacerlo -suplicó para finalmente poder salir del baño.

-¿E-es v-verdad? -Zhan dejó de mirar la puerta del cuarto de baño y dirigió su mirada al rostro de Zhou Cheng.

-Mn -afirmó, mirando sus manos-, no me obligó -sonrió avergonzado-. Jamás lo haría y lo sabes...

Zombie Omega [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora