Zombie Omega [YiZhan]

CAPÍTULO 9

Wang Yibo se encuentra sorpresivamente devorando los fríos labios de su omega, quién parece no darse cuenta de lo que está sucediendo en este momento.

Bueno, realmente siente la lengua caliente y húmeda del alfa acompañando los movimientos de sus regordetes labios sobre los propios.

Pero el cerebro de Xiao Zhan ha dejado de funcionar o está congelado por la reciente ducha con agua helada que recibió por parte de los otros dos omegas pertenecientes a la base.

Y aunque escucha a su animal interior gritar que reaccione al beso del alfa, el omega no logra mover ni un solo músculo de su adormecido cuerpo.

Por su parte, Wang Yibo gruñe insatisfecho ante la renuencia de su omega en ser partícipe del beso. Luego de un suspiro, se obliga a abandonar la ardiente tarea de transmitirle calor a Xiao Zhan.

Las manos de Xiao Zhan, que estaban aferradas a su pecho, son retiradas por la distancia que el alfa pone entre ambos cuerpos. Aún puede observar la confusión del omega plasmada en su pálido rostro, donde dos pequeñas manchas sonrojadas se destacan sobre sus pómulos.

Los labios del omega permanecen entreabiertos e hinchados, mientras que los restos de la saliva del alfa sobre estos, le dejan un húmedo brillo, tan apetecible ante los ojos de Wang Yibo, quién tiene una jodida lucha interna con su parte animal en; seguir los deseos de su instinto o alejarse de una vez por todas.

—¿Q-Qué demonios haces? —Xiao Zhan pregunta al sentir cómo su cuerpo es depositado en el suelo de la ducha y ver como finalmente el alfa se aleja de él.

No sabe si cuestiona ser abandonado en el suelo o que Wang Yibo ha dejado de besarlo y sostenerlo entre sus brazos.

¡Alfa! ¡Alfa!

Su omega se deprime, agachando su cabeza ante la lejanía de su destinado. Se siente confundido por dejar de sentir su calor y al no percibir su dulce olor a chocolate.

¡Omega! ¡Mío!

—¿¡Puedes callarte!? —murmura el alfa, poniéndose de pie.

Wang Yibo está acostumbrado a satisfacer sus deseos y necesidades sin importarle la voluntad de los demás. Pero esa persona que se encuentra a sus pies, tiene la potestad absoluta ante sus acciones.

El gran alfa de la base, por solo ser un Wang, jamás se vio obligado a preguntar qué debe o no hacer. Y ahora, Wang Yibo tiene miedo ¡Tiene miedo! de estar forzando al omega a realizar algo en contra de su voluntad.

Aunque ha suprimido su celo y ha tomado inhibidores de aromas para no verse expuesto ante los demás mediante su nuevo olor, no deja de sentir la embriagante esencia de su omega, que ahora tiene la combinación de ambas, debido al lazo que él mismo ha creado.

—¿¡Yibo!? —Xiao Zhan trata de llamar su atención porque lo nota distraído.

El alfa sacude sus pensamientos mientras toca el panel de control de la ducha, volviendo a liberar el caudal de agua.

—¡Mierda! ¡Eres un... —el omega hace silencio cuando siente la lluvia de agua empapar su piel.

Levanta su rostro y sonríe al sentir la cálida temperatura del líquido recorrer su cuerpo desnudo. Eleva sus manos y juega con el agua como si de un niño se tratase, mientras se olvida por un instante que es observado por el alfa.

Wang Yibo, por su parte, traga duro.

La escena frente a sus ojos le parece altamente erótica.

¡Desvergonzado!