CAPÍTULO 18

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Luego de vestirse en silencio, ambos salen del cuarto de baño y se encuentran con la reciente pareja enlazada durmiendo, abrazados y arropados en la pequeña camilla del omega.

No saben cuánto tiempo se han demorado para que Zhou Cheng y Haikuan se hayan quedado dormidos.

¡Ni siquiera los han esperado para cenar!

Xiao Zhan sonríe ante la escena.

Se siente realmente feliz de que su hermano haya encontrado su otra mitad. Sabe perfectamente que Liu Haikuan no dejará a Zhou Cheng desamparado.

Mientras, él...

No. No siente celos de su hermano. Solo desea que su estúpido alfa sea tan responsable cómo el de su hermano menor. También quiere sentir esa jodida conexión inexistente entre él y Wang Yibo.

¿Acaso eso está mal?

El castaño alfa observa como su omega borra la brillante sonrisa de su rostro luego de un corto suspiro.

Siente ganas de rodear su fino cuerpo con ambos brazos, apretarlo con fuerza y decirle que todo estará bien, sellar la promesa de que ellos podrán ser lo que el azabache tanto anhela con un dulce beso. Pero Wang Yibo no quiere mentirle.

—Z-Zhan —lo llama, susurrándole para no perturbar el sueño de las otras dos personas dentro de la habitación —la comida se enfría...

—Mn —murmura, acercándose a la improvisada mesa, sus ojos brillan de curiosidad, el omega no deja de hurgar como un niño los paquetes que contienen los diferentes alimentos.

¡Hace muchos años que Xiao Zhan no ve tanta comida junta!

—¿Qué sucede? ¿No te gusta? —Wang Yibo se acerca por detrás y con uno de sus dedos, enjuga las lágrimas que humedecen la mejilla de su omega.

—N-no es eso. Solo que... —hace una breve pausa—, me parece una alucinación tener tantos alimentos frente a mis ojos... —Xiao Zhan se aparta, secándose sus propias lágrimas con el reverso del pijama que le regaló su alfa mientras niega con la cabeza—. Debo parecerte un idiota —sonrió con pena, evitando la mirada de Wang Yibo.

—Mírame, Zhan —el alfa se acercó, arrodillándose junto a su omega que se había sentado junto a la mesa—. No llores, no me gusta verte triste, no te avergüences de tu pasado —entrelazó sus manos—. No estuve a tu lado, no te conocía y aún no nos conocemos por completo pero —habló con total sinceridad—, desde ahora, te prometo que no te faltará nada —besó las manos del omega—, haré lo posible, lo que esté a mi alcance —acarició la mejilla de Xiao Zhan, quién asintió cerrando los ojos y ladeando su rostro gustoso contra la cálida mano del alfa—. No soy el alfa de tus sueños y para ser sinceros —sonrió de lado—, no creo ser el de nadie. En verdad lo lamento, lamento que mi pasado me condene y no confíes demasiado en mí, soy un jodido imbécil que lo único que sabe es follarte —las mejillas del omega se sonrojaron mientras mordía su labio inferior. Las palabras del alfa eran crudas y certeras—. Intentaré demostrarte que deseo cambiar, necesito hacerlo. No solo por tí, bonito. También por mí. Ahora, basta de la palabra no ¡Ja! Espérame un momento, ¿sí? —Wang Yibo dejó un casto beso sobre los labios de Xiao Zhan y se alejó buscando algo entre las otras cajas que había traído consigo hace un par de horas.

—Ten —extendió un pequeño paquete envuelto por un papel brillante—. Cuando me sentía triste, por las noches, antes de dormir, mamá me traía a escondidas de mi padre una barra de chocolate —sonrió con nostalgia—. Decía comer tantas durante el embarazo que yo salí con el aroma del dulce que ella tanto amaba. Papá quería forjar un alfa rudo y dominante, él siempre terminaba regañando a mi madre por consentirme tanto y volverme un "alfa blando".

Zombie Omega [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora