¡Capítulo corregido! Perdón por la tardanza<3
~*~
—¿Por qué no has traído el molde del pastel de la casa del vecino? —Pongo los ojos en blanco, deteniéndome frente a la puerta principal. Ella era la única mujer que hacía un pastel cada fin de semana, sin demora alguna. No quiero ir, las ganas de encarar al señor Wyrick eran nulas.
Él había dicho que lo traería, pero no se molestó en ello. El extraño comportamiento durante la semana me hacía imposible cumplir mis tareas; como la de sacar la basura, hacerlo mientras me observaba con enojo, solo me hacía sentir cohibida.
¿Qué diablos le había hecho?
—Lo olvidé. —Me disculpo, encogiéndome de hombros. Una de sus cejas de eleva, y no puedo evitar maldecir a su jefa por no mantenerla en el trabajo. No odiaba a mamá, la amaba, pero había momentos en los que solo deseaba estar sola.
—Entrarás por esa puerta cuando vea mi molde en tus manos, Saskia. —Su tono es serio, y sé que no tengo escapatoria. Tendría que enfrentarme a un enojado señor Wyrick. Podría negarme, lo que significaría una noche sin mi teléfono, pero eso no me alejaría de ir a buscar el bendito molde.
—No creo regresar temprano —Respondo, sé que debo cerrar la boca, pero me es casi imposible, por lo que agrego: —¿Por qué no vas tú? Él quedó realmente encantado con tu pastel y creo que quiere darte las gracias personalmente.
Ella no responde. Erín Martín se limita a fulminarme con la mirada. Sé que he ganado por ahora, había vencido a la bestia sin soltar una sola gota de sudor.
Abandono mi casa con rapidez antes de ser el blanco perfecto para gritos. No quería arruinar el esfuerzo que había hecho para no sonar grosera. Una vez pongo un pie fuera del jardín, maldigo a los rayos de sol que me ciegan.
¡Odiaba el clima de España!
Un gran perro rubio entra en mi campo de visión, haciéndome sonreír. Sé que es Zeus cuando corre por el jardín del señor Wyrick. Lo veía a menudo, aun cuando escapaba de la mirada del dueño cada que salía en busca del can.
—Adentro. —La voz suena dura y ronca, haciendo que el can se aleje mucho antes de percatarse de mi presencia. Lo veo por un corto segundo y desvío la mirada, enfocándome en el camino frente a mí.
No sabía cuál era la razón por su enojo, él se había comportado así desde aquel día del supermercado. Fue algo grosero cuando solo intenté ser amable.
No entendía a los hombres, y se suponía que las complicadas éramos las mujeres.
Siento la pesada mirada azul en mi espalda hasta que me alejo del vecindario. Cuando coloco los auriculares en mis oídos, Miley Cyrus suenan con fuerza, haciéndome sonreír y tararear en voz baja.
Ella se había convertido en el ejemplo de muchas chicas. Vivir y deja vivir, eso era lo que transmitía, o al menos lo que yo podía captar. Ella empezaba a vivir su vida luego de haber sido controlada. ¿Errores? Cualquiera los comete, pero no era una mala persona, solo era una humana más.
Y no lograba entender porque debían juzgarla.
—Lo lamento. —los audífonos son arrancados de mis oídos, y debo equilibrarme para no terminar en el suelo. ¿Realmente tenía que ser tan distraída? Un largo brazo está alrededor de mi cintura, ayudándome a mantenerme y es cuando deduzco que no caeré al suelo. Lo cual agradezco.
Intento disculparme como se debe, pero mi boca cae abierta cuando fijo mi vista en la mata de cabello rubio frente a mí. Iris tan azules como el mar me observan con diversión, y un aro adornando el labio inferior me hace boquear como un pez.
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INTRINSIC © |EDITANDO|
RomanceÉl quiere a la inocente niña en sus brazos. Ella... ¿Caerá en sus encantos? Historia Registrada en Safe Creative. © All rights reserved. Se encuentra expresamente prohibida su reproducción, copia (total o parcial), publicación o modificación en cual...