Capítulo 14: Joe

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—¿Ya te vas? —Ethan detiene mi marcha en medio del pasillo cuando se detiene frente a mí, tiene una botella de gaseosa en su mano y a veces me pregunto si el solo viene a trabajar o acabar con la comida de la cafetería.

—Sí. Ya termine con los planos de esta semana. —El ceño de mi mejor amigo se frunce, pero se toma su tiempo en beber un poco de su botella.

A veces su actitud me estresaba y solo quería estrellar mi puño contra su cara.

—Te vez muy feliz, Joe ¿Aun no sabré quien era la chica que tú y Alex escondían? —Ruedo los ojos e intento pasarlo por alto, pero el nuevamente me detiene —Somos mejores amigos, Joe, no podrás esconderlo por siempre. Solo ten cuidado ¿Vale?

—Estás todo dramático. —Me burlo de él y golpeo su espalda antes de hacer mi camino hacia el ascensor.

Era lunes y había prometido a Saskia pasar por ella después de clases, no pensaba separarme de ella después de aceptar mi propuesta. Saskia Almeric era mía y no iba a permitir que nadie se interponga entre nosotros.

Ni la tan temida diferencia de edades.

Asiento ante los saludos que llueven sobre mi cuando llego a la recepción de la planta principal, tengo 25 minutos para llegar a la escuela de Saskia. Espero llegar a tiempo.

Subo a mi auto sin perder mi tiempo y lo enciendo rápidamente, el aire acondicionado esta encendido y saco las dos botellas de agua que había tomado de mi oficina. Al menos ella tendrá algo para refrescarse.

Quince minutos después estoy frente a la preparatoria de Saskia, suelto un suspiro al ver que recién los alumnos empiezan a abandonar el edificio por lo que bajo del auto, se que aun llevo el uniforme verde que me hace sobresalir como militar, pero no tengo ropa en el auto para cambiarme.

Las miradas no tardan en caer sobre mi cuando me apoyo sobre el capo de mi auto, la mata de cabello negra no tarda en hacer aparición y detrás de esta bien una cabellera castaña, mi ceño se frunce al ver que Saskia solo niega con la cabeza hacia su amiga y la deja hablando sola.

¿Qué ocurre?

El enojo se nota en sus ojos cuando ella se da cuenta de mi presencia, la veo abrir y cerrar las manos rápidamente y se dirige a paso apresurado hacia mí, no sé por qué estoy nervioso, pero nunca es bueno tener a una mujer enojada cerca.

Mucho peor si es adolescente.

—¿Qué ocurre, nena? —Ella suelta un resoplido y saca un papel de sus bolsillos, no puedo evitar estar aun mas confundido pero tomo la hoja entre mis manos.

Es un examen de... ¿Calculo?

—¿Un tres? —Pregunto frunciendo el ceño.

—¡Un maldito y estúpido tres! —Ella se queja y no puedo filtrar la confusión fuera de mi sistema.

—Lo siento, Saskia, pero sigo sin entender. —Me disculpo, pero es tarde, ella ha arrebatado la hoja de mis manos y nuevamente la guarda en su bolsillo.

—Déjalo así. —Ella da una mirada a nuestro alrededor y hace una mueca —¿Me llevas a casa?

Asiento con la cabeza y abro la puerta del copiloto para ella, parece bastante enojada y desanimada, por lo que solo pienso algo para poder mejorar su estado de ánimo.

Rodeo el auto y ocupo mi lugar detrás del volante, le doy una mirada rápida a Saskia quien solo observa sus manos.

—¿Qué ocurre? —Pregunto mientras enciendo el auto, salgo con cuidado del estacionamiento, tratando de no chocar a algún estudiante despistado —No estas así por un examen.

INTRINSIC © |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora