Capítulo 28: Saskia

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La voz de papá suena lejana, siento sus manos en mi rostro, pero lo único en lo que puedo pensar es en Joe. Lo necesitaba conmigo. Él tenía que estar bien, los del hospital tenían que estar equivocados.

No era mi Joe el que encontraron. Él está en camino a Valencia, completamente bien.

El estaba bien.

—Él está bien. —Enfoco mi mirada en los ojos de Jack—. Joe está bien, ¿Cierto, papá? —Los ojos de Jack me observan, por lo que parecen unos largos segundos, no obtengo respuesta de él, solo un leve asentimiento.

Las lágrimas ruedan libres por mis mejillas, terminando en la camisa que llevaba puesta, no puedo controlar los sollozos que son liberados de mi parte. Joe tenía que estar bien.

—Saskia, cariño, necesitas calmarte. —La voz de Alison llega a mis oídos, pero la ignoro, mi vista no se despega de la puerta en la cual una de las enfermeras había entrado. Necesitaba respuestas, necesitaba saber si era él.

Abrazo mis piernas, metiendo mi cabeza en el hueco que se forma en ellas. No puedo evitar que la conversación que tuvimos hace horas se filtre en mi mente.

La intensidad de sus ojos al mirarme mientras decía "Te amo"... cuando hicimos el plano de mi casa de ensueños... la primera vez que me beso.

—Saskia. —La voz de papá suena en mi oído, una de sus manos esta acariciando mi cabello con suavidad y un sollozo más se escapa de mis labios, al recordar que Joe lo hacía cuando solía quedarme sobre su pecho—. Cariño, necesito saber si tienes el número de algún familiar.

Niego con la cabeza, negándome a decir una sola palabra.

La culpa carcomiéndome por dentro, si solo no hubiera venido a Barcelona... él estaría bien, si solo hubiese respondido sus llamadas, si solo no me hubiera comportado como una estúpida.

Él estaría bien.

—En su teléfono... ¿No tienen sus cosas? —Murmuro, levantando un poco la cabeza, los ojos de papá se clavan en los míos y se limita a negar con la cabeza—. Llama a Derek... el sabrá a quien llamar.

Me levanto de la silla, recibiendo unas cuantas miradas de parte de Jack y Alison, pero solo los ignoro.

Mis ojos están fijos en el letrero que colgaba sobre la puerta "Cirugías", las letras se burlaban de mi, brillando como árbol de navidad, solo quería tomar algo y hacer que desaparezcan, sacarlas de mis vista.

Pero no podía moverme, Joe me necesitaba.

Me apoyo contra la pared cercana a la puerta, terminando sentada en el suelo, rodeando mis piernas con mis brazos y dejando que las lágrimas continuaran deslizándose por mis mejillas.

Lo que suelen decir es cierto.

No sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes –o en mi caso-, cuando estas a punto de perderlo. Las risas y los juegos que había tenido con Joe desde que lo conocí.

La primera vez que lo vi; tan alto, tan arrogante... tan él.

Joe había sido el único en lograr sacar una parte de mi que no conocía; la parte que quería tener una relación, la parte que quería ser feliz junto a alguien y la cual solo salía a flote con él.

Mis lágrimas no se detienen por el paso del tiempo, solo me limito a quedarme en el mismo lugar, contando los segundos que pasaron desde que recibí la llamada.

Cinco horas, cinco horas desde que había despertado y había recibido la noticia tan horrorosa.

Más de nueve horas desde que Joe había estado sosteniéndome y diciendo que me amaba. Por qué de algo estaba segura.

INTRINSIC © |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora