Capitulo 10: Joe

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Hace más de dos horas que Saskia ha caído inconsciente sobre mi pecho, su respiración es sumamente lenta y sus labios están entreabiertos. Sabía que tenía que despertarla, pero es algo que no deseaba.

Mis dedos se pasean suavemente por su mejilla y ella parece no notarlo, por lo que sigo con mi paseo. La cabeza de Zeus se alza cuando mis dedos llegan al escote de su blusa.

Saskia había decidido ver una película, las gomitas habían desaparecido rápidamente entre los dos, y yo no podía borrar la estúpida sonrisa que se había formado en mi rostro.

Saskia puede parecer tímida en primera impresión, pero luego ella solo se relaja y empieza a sacar lo mejor de sí misma, era divertida, linda y realmente me encantaba la manera en la que se ruborizaba cuando decía algo subido de tono o solo la molestaba un poco.

Golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos y frunzo el ceño ¿Quién diablos es? Son las pasada las ocho de la noche. Lentamente me deslizo del agarre que Saskia forma alrededor de mi cintura. Se remueve un poco pero termina por recostarse completamente en el sillón.

Cuando me alejo un poco de ella Zeus se sube al sillón recostándose junto a ella y posicionando su cabeza en el estomago de Saskia, quien no parece darse cuenta.

Antes de abrir la puerta fijó mi vista en el pequeño agujero que da a la calle principal, la mamá de Saskia está ahí, abrazándose a ella misma tratando de alejar el frio.

Maldigo mentalmente ¿Qué hago? ¡Mierda!

Ella no tiene por que saber que pase toda la tarde con su hija, al menos yo no podría decirle nada. Saskia se enojaría demasiado y mi plan terminaría en nada. Sin abrir la puerta corro con todo el silencio que soy capaz de formar.

Los anteojos con los que trabajo están sobre el escritorio, no tardo mucho en colocarlos sobre mi rostro, tomo uno de los papeles con los que suelo hacer un diseño miniatura y vuelvo a la puerta principal.

Haciendo acopio de toda mi tranquilidad respiro hondo y abro la puerta, la morena se gira al darse cuenta de mi presencia. Pequeñas arrugas aparecen en sus ojos cuando sonríe en mi dirección, su vista viaja hacia el papel que tengo en la mano y sé que se va a disculpar por "distraerme".

—Siento mucho si lo molesto. Soy Erín, madre se Saskia. —Sonrió y estrecho su mano cuando la extiende hacia mi dirección —Solo vengo a preguntar si ella está aquí, dejo una nota diciendo que cuidaría a su perro pero su hora de llegada es a las 8.

—Joe Wyrick. —Sonrió en su dirección —Si, lo siento pero realmente necesitaba la ayuda, no es fácil hacer planos con un perro juguetón. —La hoja que está en mis mano baila, haciendo énfasis en que he estado trabajando —Pero pase, creo que esta en el patio trasero.

Ella sonríe y entra a la casa, se que desde la entrada no puede ver a Saskia así que cierro la puerta rápidamente y señalo hacia la cocina, ella parece dudar un poco pero se adelanta.

—Wow... Si que han hecho remodelaciones. —Es lo que ella murmura por lo bajo cuando ve la cocina, si, es genial, pero no suelo usarla seguido gracias a mi trabajo.

Hora de actuar, Joe.

Me dirijo a las puertas corredizas y como si lo que dijera a continuación seria verdad, frunzo el ceño: —No está. Me pareció dejarla aquí con Zeus.

Rápidamente tengo la atención de su madre quien se dirige a mi lado y le echa un vistazo al patio, viendo que digo la "verdad". Un ladrido nos hace girar a ambos y juro que quiero matar a Zeus.

—Bueno... creo que la encontramos. —digo una vez que la señora Erín se dirige hacia el sillón, ella se ríe al ver la extraña posición en la que su hija se encuentra, Zeus se ha vuelto a acomodar sobre ella y cuando me dispongo a moverla un poco para despertarla su madre me detiene.

INTRINSIC © |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora