—¿Quieres comer algo, Saskia? —La madre de Joe pregunta, niego con una sonrisa en mi rostro.
—Estoy bien, gracias. —No puedo evitar sonrojarme cuando uno de sus ojos se cierra en mi dirección. Algo me dice que sabe que estábamos haciendo en la oficina de Joe.
—¿De que hablan? —Joe entra en la cocina, salvándome de alguna rara conversación con su madre. Sonrió en su dirección y tomo el plano que está en su mano. Era mi tarea.
—Conversación de mujeres, no sea entrometido. —Liz lo regaña, golpeando su mano cuando intenta robar una de las galletas recién horneadas—. Y bien... ¿Cómo les fue con el plano?
—Bien. —sonrió, abriendo el plano, lista para mostrárselo—. Aunque Joe hizo casi todo. Las reglas y trazos no se me dan muy bien.
—Esta genial, cariño. —Liz señala, asintiendo de acuerdo. Un suspiro es liberado de sus labios—. Me gustaría quedarme con ustedes, pero tengo que hacer las compras para mi hijo, no puedo irme y dejar que se muera de hambre.
Joe pone los ojos en blanco y yo golpeo su estomago con mi codo, el se queja, pero se limita a sacar su billetera, tendiéndole unos cuantos billetes a su madre.
—Por favor... No solo compres crema de avellanas. —Ruedo los ojos y me aclaro la garganta para decir.
—Podemos ir con usted. —Liz me brinda una sonrisa y golpea mi mano suavemente.
—No te preocupes, cariño, estaré bien. —Mira a Joe, extendiendo la mano—. Las llaves del auto.
Joe saca las llaves de su bolsillo, pero antes de entregárselas, entrecierra los ojos en su dirección.
—Algo le pasa a mi auto y ya no serás Liz.
—Si, seguiré siendo tu madre, mocoso. —Liz toma las llaves, y golpea la cabeza de Joe antes de abandonar la cocina, ambos nos quedamos en silencio hasta que escuchamos la puerta principal cerrarse, Joe se acerca a mí, una sonrisa tira de sus labios mientras retira el plano de mis manos.
—¿Repetimos lo del escritorio? —No puedo evitar sonrojarme ante sus palabras, sus labios se presionan contra los míos y suelto un jadeo cuando sus manos terminan sobre mi trasero, apretándolo suavemente.
—No. —Frunzo la nariz, golpeando su pecho—. Aun no me puedo sentar bien. —Joe suelta una risa, y un chillido escapa de mis labios cuando me obliga a saltar sobre él, mis piernas se aferran a su cintura y el camina hacia el sillón.
Su duro cuerpo se presiona contra el mío cuando se sienta, sus manos no tardan en deslizarse alrededor de mi cintura.
—Nena, te voy a pedir algo. —Su tono es serio, frunzo mi ceño, observando su expresión, y es cuando me doy cuenta que va a hablar sobre lo ocurrido con Andrew. Asiento, esperando a que continúe—. No quiero que estés alrededor de Andrew. Él... está mal.
—¿Mal?, ¿A qué te refieres? —Frunzo el ceño, separándome un poco de él, para poder observarlo bien. —Joe resopla, apoyando su cabeza en mi pecho, paseo mis dedos por su cabello, esperando a darle un poco de tiempo.
—Intento violar a una chica... Fue un problema realmente horrible, al menos para su familia. —Me quedo quieta, mi boca está abierta, y sé que la sorpresa esta dibujada en mi expresión.
—¿Qué?
—Eso. —Responde, su cabeza se levanta y me observa, sus dedos se pasean por mi frente y presiona entre la unión de mis cejas, eliminando el ceño que se había instalado—. No dejare que te pase nada, pero dentro de la escuela no puedo hacer mucho.

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INTRINSIC © |EDITANDO|
RomanceÉl quiere a la inocente niña en sus brazos. Ella... ¿Caerá en sus encantos? Historia Registrada en Safe Creative. © All rights reserved. Se encuentra expresamente prohibida su reproducción, copia (total o parcial), publicación o modificación en cual...