Capítulo 27: Saskia

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—¡Joe! —Me quejo, tratando de acallar mis risas. Pero el no parece completamente satisfecho con eso, un risa es liberada de sus labios mientras sus brazos rodean mi cintura.

No podía evitar sentirme algo triste, sería la última noche de Joe aquí, junto a mí, en la mañana el tendría que volver a casa por su trabajo. Mis risas cesan por un momento, en el cual los labios de Joe presionan un beso contra mi cuello.

—¿En qué piensas, nena? —Suelto un suspiro, quitando los mechones que se interponen en mis ojos. La luz de mi habitación continuaba encendida, hecho por el cual, los ojos de azules de Joe tenían un brillo más profundo, uno que me hacia querer perderme en su interior.

—Te voy a extrañar. —Murmuro, recordando su pregunta. Joe sonríe un poco, haciendo que el hoyuelo que tanto me gustaba aparezca en su mejilla. Sus labios se cierran sobre los míos, besándome con lentitud.

Mis manos no pierden el tiempo y se enredan en su cabello, tirando con suavidad del mismo. Mi labio inferior es mordido con suavidad, para luego, acariciar mi mejilla con su nariz.

—El tiempo pasa rápido. —Paso mis dedos por su mejilla, rascando con suavidad el incipiente vello que amenaza con empezar a cubrir su rostro—. Además, regresare cuando tenga días libres, no será tan malo, agregando que solo te quedaras un mes y medio.

—Buen punto. —Sonrió. Recordando la charla que tuve con mamá, en la cual la pude convencer de que quería volver, por que la extrañaba. En cierta parte no mentía, extrañaba a mamá, pasar las tardes junto a Jake no era nada divertido.

—Te amo. —Mis ojos se enfocan en los de Joe nuevamente, y una sonrisa estúpida ataca mis labios. No respondo, solo me limito a besarlo.

Podía pasar horas simplemente observándolo, o escucharlo hablar sobre su trabajo, ciertamente, el amaba su trabajo, aunque en este momento nos estaba alejando.

Es la una de la mañana cuando Joe empieza a quedarse dormido sobre mi pecho, murmurando cosas inentendibles, mis manos se pasean por su rostro, sonriendo como estúpida cuando una mueca se instala en sus labios.

Me importaba poco el hecho de que a las personas le resultara estúpido, el que una niñas como yo, se hubiera enamorado de Joe. O que un hombre como él fijara sus ojos en mi.

Nadie podía entenderme, ni yo misma lograba hacerlo.

Pero el tener a Joe -un hombre como él-, sobre mí, viajando varios kilómetros solo para arreglar las cosas, me alegraba lo suficiente, como para dejarme llevar por mis sentimientos hacia él.

Dicen que el amor no aparece de un día para el otro, pero en cierto punto, no es necesario conocer a una persona durante años para saber que es la única que llegara a completarte.

Por que aunque termine con el corazón roto, no me arrepentiré de amar a Joe.

Un golpe en la puerta me hace alarmar por un segundo, pero luego me calmo, recordando que Joe está junto a mí, durmiendo.

—¿Saskia, estas despierta? —La voz de Alison suena algo adormilada. No respondo, con cuidado de no despertar a Joe, quito su brazo que esta alrededor de mi cintura. El gruñe un poco, pero no opone resistencia.

Trato de encontrar mi pijama una vez fuera de la cama, pero lo único que soy capaz de encontrar es la camisa de Joe, la cual se encuentra a los pies de mi cama.

Cuando la puerta es golpeada por segunda vez, me apresuro, dejando de lados los zapatos y abriendo la puerta un poco, logrando pasar por el espacio reducido.

Alison me mira algo sorprendida, pero luego sus ojos se detienen sobre la camisa que llevo.

—De mi novio. —Respondo a la pregunta que no ha formulado—. Me la dio antes de que viniera. —Ella asiente con suavidad, para luego tomar una respiración.

INTRINSIC © |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora