Si, no comprendía de donde había salido la tontería de decirle a Bryan que se quedara a dormir, es decir, a dos meses de amistad ni una sola vez lo había hecho. Sin embargo, ahora lo dijo y Bryan acababa de aceptar, ¿era eso normal?
Dos amigos durmiendo juntos, una noche de un sábado. Debía ser normal, ellos viendo películas de terror hasta tarde, comiendo dulces y después durmiendo en el lugar que cayeran, ya sea la cama o el suelo, cosas de amigos. Entonces, ¿por qué estaba tan nervioso?
Nervios. Ansiedad. Frustración. Confusión.
-Mamá, ya llegué –dijo, intentando no hacer mucho escándalo, eran como las ocho y un poco más tarde. Pero conociéndolos, todos estaban sentados viendo la película que pasarían ese sábado, una que sus hermanas esperaban muy ansiosas.
-¡Alfredo Leyva!
Escucho un grito un grito desde la cocina y claramente pudo ver lo que venía. Su madre se acercó, Freddy notó que tenía su celular en la mano, seguro se la había pasado llamándolo, pero como él lo dejo arriba, ahora se lo sacaría en cara.
-Dijiste que solo caminarías, te fuiste hace mucho tiempo y lo peor es que no llevaste tu celular.
Bryan escuchaba atentamente, parecía que Melissa no lo veía, porque se concentraba en Freddy y no en el hecho de que él esté parado justo detrás del Leyva. Pero al menos, ahora comprendía porque no le contestó a los mensajes.
No había problema con el contenido de textos que le envió, todas eran bromas o chiste s que encontró en la red. Quizás la madre de Freddy ni los había leído.
-Lo siento, demoré más de lo que suponía –murmuró muy vagamente, buscando no mirarla a los ojos. No, mentirle en la cara jamás–. Y, lo más importante, me encontré con Bryan caminando hacía su casa así que, ¿se puede quedar a dormir?
-¿Bryan?
Ella observo al fin a aquel castaño que estaba justo tras Freddy. Soltó un suspiro, avergonzada, llevándose una mano a la boca.
-Lo siento, cariño, no debiste de haber visto esto –le dijo, refiriéndose al sermón que el acababa de soltar a su hijo.
-No se preocupe –sonrió él.
-Pero no entiendo, yo te hacía ya en tu casa. Hace como media hora que tocaste la puerta, ¿te entretuviste con algo?
Bryan solo asentó con la cabeza, mirar a Freddy no sería una opción en ese momento, ya que sin siquiera hacerlo, sentía como este le estaba regalando una mirada molesta. De los diez minutos que dijo, a los treinta, había una gran diferencia.
-¿Puede quedarse? –insistió Freddy, mirando a su madre.
-Claro, pero, ¿ya saben tus padres, Bryan?
-No, pero les avisaré ahora mismo.
-En ese caso, bienvenido a casa.
Melissa solo le regaló una cálida sonrisa y tras entregarle el celular a su hijo, se dirigió a la sala a al fin ver la película, con toda esa preocupación, no estaba prestándole ni la más mínima atención a la televisión.
**
-Así que... ¿diez minutos?
Fue lo primero que dijo Freddy una vez entraron a su habitación. Bryan solo sonrió, intentando no mostrar lo nervioso que estaba, pero no era su culpa, ni se le había cruzado por la cabeza el tiempo así que solo dijo un número y ya.
-Lo siento, creo que fue más.
-¿Tienes algo que decirme, Bryan?
No quería ser tan duro con él, pero le parecía sorprendente que el Mouque se haya quedado treinta minutos en el frío solo porque deseaba que hablaran. No, ahí debía de hacer algo más escondido, algo que Bryan no quería decirle.
El castaño rió.
-No se te escapa nada, ¿verdad?
-Mayormente, no –sonrió Freddy.
-Bueno, no es nada malo. Solo... deseaba verte, es todo.
Sintió como su corazón volvió a dar un salto, eso no era bueno, no, tenía que controlarse. Aguantar esas estúpidas ganas de abrazar a Bryan y de decirle lo mucho que lo extrañaba también, decirle cuanto lo necesitaba en ese momento, que con solo escucharlo le ayudaría demasiado. Pero no, Bryan no tenía que entrar en sus antiguos problemas.
-Pues aquí estoy –contesto, Bryan rió y él, inevitablemente, hizo lo mismo.
Al fin las cosas se habían calmado entre ellos, y podría decirse que ya estaban actuando como normalmente lo hacía, aunque diferentes cosas pasaban por la cabeza de cada uno.
**
Eran alrededor de las once y media, Bryan ya les había avisado a sus padres, por suerte, ellos no pusieron muchos ''peros'' y accedieron rápidamente.
Ahí estaban ellos, jugando videojuegos de carreras de autos. Freddy iba perdiendo y Bryan no le daba ni la más mínima oportunidad para dejarlo ganar.
-Eres muy competitivo –dijo el Leyva.
-Bueno, solo pídelo y te dejo ganar.
-No quiero que me dejes ganar.
-Entonces no más comentarios.
Seguían molestándose, quizás al fin todo regresaría a la normalidad.
-Bryan... déjame ganar.
-Bien.
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Mi Chico Malo (Breddy Meyva/Moyva)
FanfictionDos chicos muy opuestos, una maestra que los une como tutor y estudiante de malas notas, ambos heterosexuales y una hermosa amistad que supera limites inesperados. ¿Quieres saber que pasara con estos dos muchachos? Entonces entra a leerlo sin dudar...