Capitulo 44.

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Esa noche, Bryan se quedó con Freddy después de ese hermoso momento, ambos se sentaron en el estrado mientras el Mouque le explicaba al Leyva más o menos como era cada nota de la guitarra, buscando que aprendiera algo como mínimo.


Pero no mentirían, lo que ambos deseaban era tener el más mínimo contacto de sus manos, de sus cuerpos, o un simple roce de brazos. Todo eso era suficiente para que sonrieran instantáneamente y de vez en cuando, detuvieran esas clases improvisadas solo para besarse, olvidando por completo el donde, el cuándo y el cómo.


–No, Bryan, no puedo. Tus dedos son más largos que los míos, no sirvo para tocar guitarra.


Freddy se levantó, mirando de frente al Mouque quien aún seguía sentado con la guitarra en su regazo. La vedad era que no servía para ese tipo de instrumentos.


–No tiene nada que ver. Mira –le dijo Bryan, tomando la mano del Leyva y así, coloco su palma contra esta, demostrando que tenía razón y no había demasiada diferencia–. ¿Lo ves?


Freddy aprovechó el momento, gracias a que sus manos estaban juntas solo tuvo que moverla un poco para entrelazar sus dedos, encajando a la perfección. Se acercó más, quitando la guitarra de su camino, colocándose justo entre las piernas del más alto y rozó sus labios, sonriendo. Bryan le sonrió tiernamente, tomando su otra mano también y entrelazarla también.


–Te amo –murmuró Bryan, ya con completa seguridad.


Ahora que se sentía con una carga menos, aprovecharía hasta la más mínima oportunidad para decírselo, aunque terminara aburriendo a Freddy, no importaba.


–Yo también y mucho –sonrió el teñido.


El Leyva rompió la distancia, besando sus labios con total ternura. Se quedaron así por unos minutos, hasta que, gracias a la existencia del oxigeno, tuvieron que separarse. Pero aún así el teñido apoyó su cabeza en el hombro de Bryan, soltando sus manos y abrazándolo por el cuello, sintió como los fuertes brazos del Mouque rodearle la cintura, atrayéndolo más. Era increíble como con un solo abrazo ya creía ser la persona más protegida en todo el mundo.


–Ya debemos regresar –murmuro Freddy, muy pero muy bajo, pero no lo suficiente como para que Bryan no lo escuchará.


–¿No podemos quedarnos un rato más? Es lindo estar aquí.


–Parece un sueño –le sonrió Freddy–. Pero hay que volver, mi mamá se preocupará.


–Bien, pero mañana iremos al instituto juntos, es la única condición. ¿Recuerdas? Tenemos que dar el examen de ingreso a la universidad.


De nuevo algo en su interior se quebró, se había recordado a sí mismo hablando con el Mouque sobre universidades, para no alejarse, y ambos decidieron que irían a una local, cercas de sus casas. El problema era que ingresar a ella era muy difícil, por eso había días en que esa era otra de las motivaciones del Leyva para aprender algo en clases.


Las carreras aún estaban en duda, Freddy quería dedicarse a las artes, pero la cibernética también le iba muy bien. Mientras que Bryan quizás se dedicaba a la medicina. En cualquier caso, decidieron tomar la oportunidad que les daba el instituto de una media beca o una beca, por eso, el punto era esmerarse.

Mi Chico Malo (Breddy Meyva/Moyva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora